Operativo de las Tropas de Operaciones Especiales

Atraparon a un peligroso joven en la isla Clucellas

Tiene apenas 18 años, pero pesan sobre él sospechas por varios crímenes. Estuvo preso por un homicidio, pero en abril de este año había burlado al Servicio Penitenciario para escapar. Unos días después habría cometido otro asesinato.

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Siete efectivos de las TOE participaron del procedimiento, que arrancó en la costa de la isla Clucellas y -tras una frenética persecución- terminó en su “corazón”.

 

Joaquín Fidalgo

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El pasado 20 de abril de este año, Pablo Tejedor, un joven de 23 años, salió de su casa junto a su esposa, en la cuadra de Zavalía al 200, en barrio Centenario. Eran cerca de las 22.30 y tenían previsto ir hasta un almacén para comprar -por recomendación del médico- jugo de naranja para su bebé, de pocos meses de vida. Apenas pisó la vereda, la pareja se topó con un violento joven armado. “Vos andás con la bronca. Esto es por la bronca”, repetía, mientras apuntaba con un arma de fuego. Las víctimas trataron de explicarle que se había confundido de persona, que no entendían lo que les decía, pero el criminal ya había decidido el final de la historia. Un primer disparo se escuchó y la bala pegó en la pared. El segundo tiro, prácticamente a quemarropa, impactó en el pecho de Tejedor. Un vecino cargó al muchacho malherido y lo trasladó hasta el Hospital Cullen, pero el proyectil había hecho estragos en órganos vitales. Murió en el “shock-room” de ese centro de salud.

Los investigadores de la Sección Homicidios de la Unidad Regional I y los fiscales de la Unidad Especial inmediatamente apuntaron a un tal “Nico”, un joven de 18 años domiciliado en las inmediaciones. Serían abrumadoras las pruebas en su contra, según aseguraron fuentes confiables. Desde entonces, la policía trataba de dar con el sospechoso. Se realizaron numerosos allanamientos durante los días siguientes en toda la zona sur de la ciudad, pero el buscado siempre lograba escabullirse.

Evadido

El “Nico”, a pesar de su corta edad, está vinculado con varios crímenes perpetrados en nuestra ciudad. De hecho, estaba preso por un asesinato desde que tenía 16 años. El pasado 3 de abril -unas semanas antes del crimen de Tejedor-, el Servicio Penitenciario lo trasladó hasta la casa de su madre, quien aparentemente se encontraba gravemente enferma. En esa oportunidad, este joven aprovechó un descuido de los agentes y se les escapó por el fondo de la vivienda, mientras sus familiares echaban a los uniformados del inmueble.

Desde ese día, los vecinos veían cómo este individuo deambulaba por las calles con total impunidad. El día anterior al asesinato de Pablo Tejedor, el “Nico” también habría baleado a un albañil, al que le había usurpado la casa. Este hombre terminó en el Hospital Cullen, con un tiro en cada pierna.

Seguramente “asfixiado” por la “presión” que ejerció la policía en la zona de la villa de Barrio Centenario, el acusado desapareció de la escena.

En la isla

La División de Inteligencia Centro-Norte de las Tropas de Operaciones Especiales (fuerza de elite dependiente de la Secretaría de Delitos Complejos) recibió hace un tiempo información de que este sujeto podía estar “aguantándose” en la zona de islas.

Los investigadores comenzaron entonces distintas tareas de observación y vigilancia. Así llegaron a la conclusión de que el “Nico” pasaba sus días en la isla Clucellas, en compañía de otros jóvenes, en una precaria casilla ubicada frente al Club Náutico de nuestra ciudad.

Se organizó entonces un procedimiento del que participaron siete efectivos y que se ejecutó en horas de la tarde de ayer. Los “uniformados”, disfrazados de pescadores, se acercaron en lancha hasta donde estaba emplazado el ranchito y cuando llegaron a la orilla sacaron a relucir sus armas. “Alto, policía”, gritaron. Sabían que se enfrentaban a una persona peligrosa, por lo que portaban ametralladoras.

Los cuatro jóvenes que estaban en la isla comenzaron a correr hasta el interior, por lo que se produjo una veloz persecución que terminó en el mismo “corazón” de la Clucellas. Allí, los muchachos fueron reducidos. Todos aportaron datos confusos sobre sus identidades, por lo que fueron trasladados a sede policial. Allí se pudo determinar que uno de ellos era el “Nico”, que fue a parar tras las rejas. Los otros tres (dos eran menores de edad), ya recuperaron su libertad.

¿Otros hechos?

Se sospecha que este sujeto pudo cometer algunos hechos delictivos más en la zona donde tenía el aguantadero, para obtener recursos. El último domingo, dos mujeres que remaban en sus kayaks sufrieron un intento de asalto. Los ladrones, tres muchachos que andaban en canoa, llegaron a dispararles cuando las víctimas se negaron a entregar sus pertenencias. Afortunadamente, salieron ilesas. Los investigadores presumen que el “Nico”, pudo estar implicado también en el episodio.

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El tal “Nico” está acusado de matar a Pablo Tejedor, el joven del barrio Centenario que fue asesinado cuando salió a comprar jugo de naranja para su bebé. Foto: El Litoral