Falleció Luis Andrés Piedrabuena, destacada figura del básquet local

El último adiós al “Colifa”

Estaba radicado desde hacía 55 años en el Chaco. Se vinculó siempre a Gimnasia y Esgrima y formó parte de equipos que pasaron a la historia.

El último adiós al “Colifa”

Eusebio, Roatta, Allevi, Barea, Duarte y el “Colifa” Piedrabuena, en uno de los clásicos de aquellos tiempos de gloria del básquet santafesino. Piedrabuena jugó en Colón pero su corazón fue de Gimnasia. Foto: Archivo El Litoral

 

Tomás Rodríguez

(Especial para El Litoral)

El 26 de mayo pasado se apagó en Presidencia Roque Sáenz Peña (Chaco), donde estaba radicado desde hacía 55 años, la vida de Luis Andrés Piedrabuena, quien fuera una destacada figura del baloncesto santafesino y con el seleccionado de la Argentina, dirigido por el maestro Jorge Hugo Canavesi se adjudicó la tercera edición del Campeonato Mundial Universitario en Dortmund (Alemania), en 1953.

Desde pibe estuvo vinculado al club Gimnasia y Esgrima, en 4 de Enero y Juan de Garay. Allí vivió una niñez y adolescencia imborrables, pasando momentos brillantes y defendiendo apasionadamente la malla de la franja. “Fue mi primera novia y a la malla de la franja azul la quise con honda pasión”, recordaba siempre con amor y lealtad.

Cuando realizaba su propia semblanza decía: “Yo era ambidiestro, rápido para definir el ataque, de excelente pique y salto. Aprovechaba mi altura, entonces 1,80, era importante, huesudo y me la rebuscaba con mi estilo bastante bien, aunque nunca fui un goleador excepcional”.

En la década del ‘50 del siglo pasado cuando en 1954 en Gimnasia y Esgrima se produjo la segunda escisión, por algunas diferencias y la gran cantidad de jugadores del club, Edgard “Tubo” Parizzia y Mario Alfageme emigraron a San Lorenzo de Almagro, mientras Ariel y Luis Loréfice, Fermín Osvaldo “Negro” Páez, Pablo Ángel Zaro (luego destacado relator deportivo que triunfó en Rosario y Buenos Aires) y él, se fueron a Colón, donde jugó poco tiempo, porque fue declarado profesional por el gobierno de la dictadura militar.

“Lucho” o “Colifa” (este mote se lo puso el famoso jugador gimnasista de la década del ‘30, Arturo González, compañero de Tomás Vío, Raúl Calvo, Julio Carrasco y Raúl Reyes, entrenador de las divisiones promocionales) era hijo de Claudio Piedrabuena, fundador y primer presidente de la Asociación de Periodistas de Santa Fe. Había nacido en esta capital el 4 de febrero de 1928.

“¡Eh pibe, escuchame, sos colifa, siempre estás riéndote! Estamos ganando por apenas 20 puntos y cuando llegás al banco, siempre con una sonrisa alegre en tus labios. Colifa, ¡vamos a jugar en serio...!”, lo reprendía el “Negro” González.

En 1949, 1951, 1952 y 1953, integró el equipo mensana, que resultó campeón invicto de los certámenes oficiales de primera división de la Asociación Santafesina de Básquetbol. En 1950 -a los 22 años- actuó en el quinteto de Gimnasia y Esgrima, que ganó el certamen provincial, al vencer en la final en la desaparecida cancha de Regatas, en el parque Oroño, a Newell’s Old Boys de Rosario.

Otro importante lauro fue alcanzado en el Luna Park, en 1950, cuando el equipo formado por los defensores Tomás Vío y Luis Piedrabuena y los delanteros Ariel Loréfice, Oscar Ulla y Horacio Virgilio ganaron el torneo internacional, superando a Instituto Deportivo y Comercial de Valparaíso, Chile (cuarto), con Hernán Raffo, la figura del certamen, por 53 a 48; a Estudiantes Unidos de Santiago del Estero (tercero), con su ídolo Rafael “Negro” Lledó, 56 a 50; a Palermo, de Buenos Aires (segundo), con Ricardo González, 39 a 37, quien luego sería vencedor del torneo de la Federación Argentina.

Según Bruno “Gringo” Varani (Regatas Santa Fe), “el inefable Lucho era muy ágil, extremadamente veloz; manejaba las dos manos; marcaba y atacaba bien; jugaba de back (defensor), aunque cuando fue convocado para la preselección nacional los especialistas estimaban que era delantero”.

Su miopía

“La miopía fue limitando su accionar como delantero y decidió jugar como back”, escribió Osvaldo Ricardo Orcasitas el principal investigador del básquetbol argentino en la página Webasketball, explicando que el problema era la marcación individual. “Tenía que encontrar un detalle diferenciador en el oponente al defender (pantalón, medias, zapatillas) porque si no, era un desastre, siendo cómico observar cómo sus compañeros le indicaban la posición del hombre a marcar”.

“Lucho” Piedrabuena solía recordar en rueda de amigos cada vez que venía a Santa Fe que “luego vinieron los lentes de contacto. Quizás fui el primero en usarlos, pero eran tan enormes, del tamaño de la uña del dedo pulgar, que no logré habituarme y por fin aparecieron los anteojos con cristales inastillables, que también usaba el porteño Adolfo Lubnicki...”.

La “Universiada”

Junto a “Lucho” Piedrabuena integraron el conjunto argentino campeón mundial de la Universiada ‘53, notables figuras del baloncesto de nuestro país, varios de ellos de la Primera Generación Dorada (ganadores del Torneo Mundial de 1950): Carlos Bianco, Pedro Andrés “Negro” Bustos, José María Félix “Yoyo” Cavallero, Horacio José “Palito” Colombo, Carlos Facetti, Oscar Alberto “Pillín” Furlong, Jorge Martínez, Ignacio Francisco José “Nacho” Poletti, Alberto Trama, Bruno José Varani y Roberto Luis Viau.

La campaña realizada por la selección nacional universitaria fue realmente excepcional, ganando en todos sus compromisos con amplitud (siete victorias), con verdaderas palizas a los conjuntos oponentes y que demostraba en cada juego, cabalmente, la capacidad y el accionar rápido, efectivo y brillante de la poderosa formación argentina

Los siete triunfos fueron frente a Persia 72 a 12; Egipto 72 a 34; Luxemburgo 48 a 19, Alemania 67 40; Bélgica 63 a 40 y en la final a Brasil, 61 a 42.

“Platos voladores”

Una de sus grandes alegrías como jugador fue la protagonizada en 1954 al disputarse el Torneo Cuadrangular Bodas de Oro de la Asociación Santafesina de Básquetbol (fundada el 26 de noviembre de 1929) en la vieja cancha de Unión; segundo fue Rosario, tercero Capital Federal y cuarto Córdoba, campeón argentino y vencedor del Torneo de la Feria de América, desarrollado en Mendoza.

El inolvidable Alfredo “Freddy” Murillas reveló al semanario El Gráfico años después -cuando triunfaba en Lanús- que “ese equipo tenía tanta velocidad que pasó a la historia como los famosos Platos Voladores”.

Lo dirigía Justo Blanco, y además del Colifa Piedrabuena actuaban Juan A. “Parco” Barea, Ángel “Negro” Cabrera, Ricardo “Húngaro” Crespi, Ariel “Caballito” Loréfice, Juan Carlos “Bruja” Loyarte, Alfredo Murillas, José “Pepe” Olivera y Oscar “Pilín” Ulla.

En 1956, “Lucho” Piedrabuena dejó de jugar en forma abrupta a los 28 años, porque fue víctima de la absurda y canallesca inhabilitación por profesionalismo que casi hace desaparecer al básquetbol argentino.

“El presidente de la Nación, Gral. Juan D. Perón, nos concedió un permiso de importación por un automóvil que hubo que pagar. Los mismos dirigentes del básquetbol nacional que celebraron el campeonato mundial de 1950 y la Universiada de Alemania de 1953, nos denunciaron en 1956 como profesionales, nunca cobramos un peso. Fue algo insólito, absurdo, atroz, criminal, de un resentimiento sin precedentes...”, dijo en su momento.

El 26 de mayo de 2014, Luis Andrés Piedrabuena, a los 88 años en Presidencia Roque Sáenz Peña (Chaco), nos dejó para siempre y desde el cielo con su clásica sonrisa nos ilumina con su estrella. Fue un hombre honesto, amigo leal, transparente, con singular espíritu deportivo amateur, serio, elegante, confidente y desinteresado. Hasta siempre, “Colifa”...