Señal de ajuste

Dale a la zurda

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Víctor Hugo Morales

 

Roberto Maurer

La expresión “zurda” se relaciona con el uso de una extremidad izquierda, aunque en los términos de la política siempre perteneció a la derecha. Forma parte del vocabulario de la policía y de Mirtha Legrand, quien, cuando la empleó desafortunadamente ante los Kirchner (“¿se nos viene el zurdaje?”, fue su pregunta), se puso la gorra. En el periodismo, en los ‘70 la expresión podía encontrarse en revistas del peronismo de ultraderecha como El Caudillo.

En el vocabulario de progresismo populista, se fueron confundiendo los porotos, y es un ejemplo la creciente incorporación al discurso de términos castrenses, aunque nunca fue raro ese léxico en un movimiento político histórico fundado por un jefe militar.

No debe sorprender, por lo tanto, que se haya elegido titular “De zurda” uniendo la significación política y futbolística- al programa creado por el canal venezolano Telesur para cubrir el Campeonato Mundial de Fútbol, con la conducción de un par de rebeldes contradictorios: Armando Maradona y Víctor Hugo Morales.

El 10 apoyó a todos los gobiernos, e incluyó un fugaz momento de simpatía por Julio Cobos, cuya valentía destacó. Y más actualmente, se solidarizó con la madre del hijo extramatrimonial de Luis Ventura, a la vez que gestionaba la captura internacional de su última pareja.

Su compañero en la pantalla protagonizó una conversión tan fulminante que la experimentada en el camino a Damasco por Paulo de Tarso, luego San Pablo. En su más reciente epístola desde el Madison Square Garden, convirtió a Maravilla Martínez en una metáfora de la “década ganada” minutos antes de que el boxeador argentino se desplomara tres veces en el primer round.

LA FIESTA DE TODOS

El fútbol es una “pasión de multitudes”, una “fiesta” o un “sentimiento” según una jerga acrítica con la cual está permitido referirse a un fenómeno que abarca todo tipo de delitos y actos violentos. Bebote es llevado en andas por sus admiradores, las hinchadas visitantes están impedidas de concurrir a la cancha para evitar asesinatos en masa y un club santafesino es desvalijado impunemente. No se tiene recuerdo de que un dirigente corrupto haya resultado preso, y aún vivimos en pañales: se tramita un sistema de apuestas cuyo control será entregado a Cristóbal López, el Yabrán del Vicio.

El festejado título del ‘78 fue organizado por una dictadura como instrumento de propaganda, y la exaltación irracional del deporte hace que aún hoy ese campeonato ganado por un director técnico progresista sea un hueso atravesado en las gargantas argentinas.

ES LA DIALÉCTICA, IDIOTA

Ahora, un nuevo torneo mundial plantea algunos problemas al populismo paternalista. Siendo el fútbol el espectáculo favorito de las masas, resulta inesperado que las mismas se hayan lanzado a las calles para protestar contra el Mundial. El incómodo dilema fue recogido por “6,7,8”, donde se encontró una explicación: los manifestantes no representan a las intereses populares, salen a la calle instigados por la poderosa red O’Globo.

En su programa, Maradona expresó una idea distinta y la ilustró con una de sus siempre felices y sofisticadas metáforas: “El cemento le ganó al ser humano, la Fifa se está comiendo la pelota”. No es necesaria la Sorbona, la dialéctica también puede aprenderse en Villa Fiorito: un hincha brasileño no renuncia al fútbol ni a Vilma cuando hace huelga o lucha por sus reivindicaciones. A la vez, se rebela contra las decisiones imperiales de la Fifa, el nuevo poder mundial que Maradona siempre fue coherente en atacar.

En la apertura, Víctor Hugo saluda a Maradona: “Ahora tenemos que meter un golazo, Diego, estamos jugando de zurda, como no puede ser otra manera”. Sin embargo, cuando visitaba cuarteles durante la dictadura uruguaya, Víctor Hugo no jugaba de la misma manera.

Dale a la zurda

Diego Armando Maradona

Fotos: Archivo El Litoral