La libreta de apuntes de Sabella
La libreta de apuntes de Sabella
Acortar el equipo para no alargar las dudas
Laburar más en la recuperación, mayor gravitación de Agüero e Higuaín para justificar los tres delanteros y evitar que Romero esté obligado a ser figura en todos los partidos, algunos de los retos del entrenador.

No se ve el fútbol
Alejandro Sabella se acomoda los lentes en Cidade do Galo, el complejo donde concentra la Selección Argentina en Belo Horizonte. Muchas de las dudas de funcionamiento apuntan a un entrenador que pasó caminando las Eliminatorias y ahora empezó sufriendo la Copa del Mundo. ¿Se podrá acomodar el equipo ante Nigeria el miércoles?. Foto: EFE
Enrique Cruz (h)
(Enviado Especial a Belo Horizonte)
Que los de arriba saben jugar, nadie lo duda, pero el otro día les costó. Y que los de abajo tienen problemas, tampoco es duda. Pero apareció ese arquero que tantas sospechas negativas ha despertado en la previa y que ahora responde con seguridad, brindando esas garantías antes reclamadas y hoy beneficiosas para el equipo.
En términos un poco más futboleros, Argentina tiene en Romero a una figura inesperada mientras espera que aparezcan otros argumentos un poco más coincidentes con el verdadero potencial de nuestra selección, que está del medio hacia arriba y en la persistente promesa de desequilibrio que puede esperarse de jugadores como Messi, Agüero, Higuaín o Di María.
Seguramente, Di María dijo lo que dijo (“para mí, no jugamos mal”), porque el equipo ganó. Pero internamente, Di María debe aceptar que por algo costó tanto ganarle a Irán. Y no lo digo porque no estableció la superioridad en las cifras finales que todo el mundo esperaba, sino porque frente a un planteo totalmente previsible del rival, el equipo de Sabella no supo cómo resolver.
En el fútbol pasan cosas, como que, por ejemplo, este partido que hoy se analiza con un resultado cerrado y definido en tiempo de descuento, podría ser diferente si Higuaín hubiese aprovechado uno de los dos mano a mano que tuvo en el primer tiempo o si alguna pelota quieta cabeceada por los defensores se hubiese convertido en gol. Era otro partido, seguramente, con Irán arriesgando más y con Argentina contando con eso que le faltó, espacios para generar los desequilibrios que no llegaron.
Argentina está clasificada pero puede quedar segunda si no asume el protagonismo deseado. Y Sabella tiene que encontrar soluciones a partir de un desarrollo táctico, de complementos y estratégico para no caer en confusiones. Dicho en otras palabras: si Sabella cree que el equipo es éste, el que jugó el segundo tiempo con Bosnia, el que arrancó con Irán y el que jugó parte de las Eliminatorias con buen suceso, debe insistir en la idea y pulirla.
La entrevista con Alfaro es absolutamente reveladora. Quizás un retoque puede darse con el 4-4-2, haciendo que un volante con características ofensivas (Maxi Rodríguez, por ejemplo), pueda solucionar algunos defectos de marcación por derecha, para que Gago juegue al lado o delante de Mascherano para acercarse a Messi. Esto también permitiría una mejor recuperación de la pelota en el terreno rival, al poner un volante más y evitar el estatismo e inactividad de los delanteros al momento de presionar sobre el rival. Es una idea, una alternativa distinta que podría resultar mejoradora si se la necesita a partir de algún resbalón en la producción ofensiva, donde en dos partidos no hubo goles de Agüero e Higuaín y hasta Sabella lo reconoció con sus decisiones, al sacarlos con el partido empatado con Irán para poner otros dos delanteros más frescos que puedan aportar una actividad que, en los que arrancaron de titulares, se hizo prácticamente nula en el segundo tiempo.
