“La literatura es una poderosa fuerza para encontrar la verdad”

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La reconocida escritora argentina Elsa Osorio visitó nuestra ciudad en el marco del Plan Nacional de Lectura. Además de dictar un taller en Sadop y brindar una conferencia sobre “Literatura y Memoria” en la sede de ATE, dialogó con Nosotros.

 

TEXTOS. REVISTA NOSOTROS. FOTO. PABLO BARRERA.

El Plan Nacional de Lectura, que lleva adelante el Ministerio de Educación de la Nación, tiene como uno de sus tantos lineamientos el de propiciar el encuentro entre escritores y lectores. Con este objetivo, llegó a Santa Fe la escritora Elsa Osorio. Reconocida por sus obras “Callejón con salida” y “A veinte años, Luz”, la autora dialogó con Nosotros sobre su participación en aquel proyecto, su compromiso con la memoria colectiva desde la literatura y la tarea que lleva adelante como formadora de narradores.

- Llegaste a nuestra ciudad en el marco del Plan Nacional de Lectura. ¿Desde cuándo participás de este proyecto y de qué manera?

-Participé en actividades en el 2011 y 2012. En el 2013, viajé a distintas ciudades del país y di charlas en distintos lugares: sobre todo en escuelas, pero también en alguna biblioteca, feria del libro, centro cultural, universidad. Han sido experiencias variadas y muy ricas. Yo, que he vivido años en el exterior, he viajado -y viajo- mucho por distintos países donde me invitan a hablar de mi obra, de la historia de la Argentina, y frecuentemente de literatura y memoria; creo que el Plan Nacional de Lectura me permitió acercarme, hablar y escuchar, aprender de personas de mi país, justamente lo que yo quería hacía tiempo. En mis conferencias en el marco del plan, suelo hablar de Literatura y Memoria, del oficio de escribir, de narrativa, de mis libros.

- Tu conferencia -en la que estuviste acompañada por Natalia Porta López- presentó, justamente, la relación entre literatura y memoria. En este sentido, ¿Qué creés que aportaron tus trabajos, especialmente “A veinte años, Luz”, a la recuperación de la memoria colectiva de nuestro país?

- Creo que la literatura es un camino transversal a la historia, que tiene el poder de conectar con los lectores de una manera eficaz, de transmitir emociones, hechos; porque, aunque sean inventados, están basados en una realidad. La literatura plantea preguntas al lector, le devela verdades, lo lleva a tomar posición. He reflexionado sobre esta paradoja: la ficción, que es una cadena de inventos, de mentiras, puede a veces acercar a la verdad con más eficacia que un testimonio, un ensayo. “A veinte años, Luz” produjo efectos que estaba lejos de imaginar mientras lo escribía, y que me permiten hoy decir que la literatura, más allá de la fascinación que me produce, es también una poderosa fuerza para encontrar la verdad y la justicia, para hacernos mejores personas.

- Decís que “A veinte años, Luz” te contagió esperanza ¿Por qué?

- Porque mi personaje me enseñó mucho, pude mirar nuestra historia (la de mi generación) desde su punto de vista, y en su búsqueda de identidad y de la historia de nuestro país, me contagió su esperanza. Volví a creer, y no me equivoqué, porque hemos dado pasos gigantes. Luz no existía cuando la escribí. No había ningún caso de una chica que buscara su propia identidad. Coincidió con la publicación de la novela en España, la búsqueda de identidad de María Carolina Guallane, justamente una chica de Santa Fe, que descubre que es Paula Cortassa, hija de desaparecidos. Diferente de mi personaje, porque ella fue adoptada de buena fe, sus padres adoptivos apoyaron su búsqueda. A partir de entonces y hasta ahora, son muchos los chicos que han buscado y encontrado su identidad. Pero en el momento que escribí mi novela eso estaba ahí, latente, yo deseaba que sucediera, y por eso debo haberlo escrito. La literatura puede ser a veces premonitoria, pero sin ninguna conciencia de quien lo escribe.

ENSEÑAR A ESCRIBIR

- Además de crear tus propios textos, enseñás a escribir en tus talleres, incluso vas a dictar uno cuando nos visites ¿Desde cuándo lo hacés?

-Es un placer para mí acompañar a alguien en su proceso de escritura, lo hago hace más de 30 años y me ha producido enormes satisfacciones tanto literarias como humanas. Creé un método, basado en el juego, para destrabar la escritura. Y ahora, después de años de práctica, estoy escribiendo con la colaboración de una escritora y ex-alumna, mis clases, que seguramente serán un libro. Además, estamos trabajando en talleres a distancia, un desafío que me entusiasma, otro modo de tender un puente.

- Asegurás que la imaginación y la capacidad narrativa pueden desarrollarse ¿Cómo?

- Pueden desarrollarse con técnicas, aprendiendo conceptos que organizan el discurso literario y, sobre todo, con trabajo, con horas de lectura y escritura. Ahora bien, eso otro que es necesario, esa pulsión que nos lleva a escribir es algo que está o no está, aunque el trabajo de taller estimula y enseña a escribir Pero es cierto que el trabajo estimula. Quizás alguien descubre que escribir es un trabajo y que no está dispuesto a pasar tantas horas en esa tarea, a otro se le abren nuevos caminos en la escritura, pero en el mientras tanto, lo pasamos bien, algo imprescindible para aprender.

- Contanos en qué estás trabajando en este momento.

- Por un lado en un guión de “A veinte años, Luz”, y por el otro, en una novela, también con bases históricas, que transcurre en los setenta y en la actualidad, una historia policial que transcurre en Francia y en Argentina.

SU OBRA

Elsa Osorio nació en Buenos Aires, en 1952. Es autora de los libros de cuentos “Ritos privados” (1982), “Reina mugre” (1989) y “Callejón con salida” (2009), y de la biografía novelada “Beatriz Guido: mentir la verdad” (1992). Publicó el ensayo “Las malas lenguas” (1994) y las novelas “A veinte años, Luz” (1998), “Cielo de tango” (2006) y “Mika” (2012). Escribió guiones televisivos y cinematrográficos. Además, coordina talleres de narrativa.

A VEINTE AÑOS, LUZ

La novela presenta a Luz, una joven que a sus 20 años, con la llegada de su primer hijo, empieza a dudar de su pasado. Algo que parecía enterrado en su memoria lucha por salir a la superficie, y le hace pensar que podría ser uno de los cientos de niños nacidos en cautiverio durante la última dictadura militar argentina.

Como si de repente empezara a quitarse la venda que le tapaba los ojos, Luz se lanza a una valiente y tenaz búsqueda de la verdad.

“A veinte años, Luz”, que fue editada en todo el mundo, fue finalista del prestigioso Premio Fémina (Francia) y obtuvo el Premio Amnesty International.