• Festival de Teatro Rafaela 2014

Lo mejor de lo mejor

Es imposible hacer referencia a la suprema calidad de la programación de este Festival. Haremos mención aquí de lo que sobresalió en tan nutrida cartelera. Sin orden de mérito cabe consignar la fantástica presentación de Impresentables Grupo, de Córdoba, que ofreció “Payasos en familia”, la versión libre de la obra “En familia” de Florencio Sánchez con autoría y dirección de David Picotto, con un elenco en el que se destacó Julieta Daga, una actriz estupenda, muy bien acompañada por Laura Ortiz, Mariana Roldán, Guillermo Vanadio y el propio Piccotto. El espectáculo, como todos los presentados en Rafaela, fue largamente ovacionado por el público, que disfrutó con sonoras carcajadas.

Por mucho tiempo permanecerá en nuestra retina la calidad artística de la obra mendocina “Pajarito”, de Oscar Navarro, en la que Juan Comotti, el talentoso director de “Llanto de perros”, conmueve a los espectadores. Es difícil permanecer indiferente ante la fuerza de esta propuesta. Tres hermanos y un amigo en una villa del Gran Mendoza comparten chistes, armas, delitos y una violencia exacerbada que explota para no parar. Comotti golpea con la tragedia y el dolor; la angustia y lo sexual más la necesidad de amor de cada uno de sus seres. Es una obra sobre la profunda soledad y la, insistimos, terrible violencia generadas en un entorno que angustia. Excelentes y sobrecogedoras actuaciones del elenco, integrado por Emmanuel Tamales, Marcelo Díaz, Marcelo Perafán, Juan Pablo Lemos y María Laura Masuti.

En el Complejo Cultural del Viejo Mercado, se pudo ver la admirable “Ya estoy solo”, de Romina Mazzadi Arro ofrecida por el Grupo Hijos de Roche de Rosario, con una magnífica dirección de Paula García Jurado y la soberbia actuación de una actriz brillante: Elisabet Cunsolo, capaz de estremecer a una roca. Una lección de alta teatralidad en un espacio refulgente.

Otra propuesta de innegable calidad fue la premiada “Querido Ibsen: soy Nora”, la lúcida reescritura del clásico “Casa de muñecas”, de Ibsen, con el precioso texto de Griselda Gambaro, la inteligente dirección del director Silvio Lang, y el rol protagónico a cargo de Belén Blanco.

Un punto alto en la profusa cartelera ofrecida por el Festival fue sin duda alguna el montaje de “Yo te vi caer”, que congregó a tres personalidades de gran trayectoria: Maricel Álvarez, el cada vez más renombrado Santiago Loza y Diana Szeinblum -imposible no recordar a la talentosa Iris Scaccheri cuando uno la ve-, una bailarina y coreógrafa que impresionó por su magnífica labor en un espectáculo lacerante, de gran contenido plástico e indiscutibles logros de estructura dramática.

Ratificó su excelencia “La fiera, leyenda de la mujer tigre”, de Mariano Tenconi Blanco, un joven dramaturgo al que habrá que seguirle los pasos, con la maravillosa entrega actoral de Iride Mockert, una actriz de enorme talento, entregada sin fisuras al tono impuesto por la dirección.

Debemos señalar que en danza, brilló “Los cuerpos”, un espectáculo de plasticidad suprema en el que esos cuerpos fueron protagonistas de una idea por cierto conmovedora y una música estupenda a cargo de Martín Minervini. Los bailarines -autores asimismo de la dirección- Federico Fontán y Ramiro Cortez dieron cuenta de una precisa coreografía y se entregaron a su propia poética, sin fisuras. También se vio al grupo cordobés Blick Danza Teatro que ofreció su muy buena versión de “Cae la noche en Okinawa”, de Facundo Ramírez interpretada por Adrián Andrada y Luis Ramírez.

Y más...

Conmovedor resultó “Relato íntimo de un hombre nuevo”, la obra dramática de Martín Slipak que contó con la impresionante actuación de un excelso Lisandro Rodríguez -la mejor actuación masculina del Festival- y “Todos mis miedos” por Grupo Estudio El Cuarto, de Esteban Bieda y Nahuel Cano, magníficamente interpretada por María Abadi, Anabella Bacigalupo, Diego Echegoyen y el talentosísimo Pablo Seijo.

Uruguay trajo la exquisita “Tebas Land” a cargo del grupo Complot, bajo la dirección de Sergio Blanco con las sólidas actuaciones de Gustavo Saffores y Bruno Pereyra.

Merece destacarse asimismo otro punto alto: la dolorosa “Entonces bailemos”, una propuesta para recordar, con cuatro narradores y un insólito cantante de música country que construyen una trama de historias urbanas para disfrutar en todo momento. Ellos y ellas exponen sus hilarantes historias con intenso ritmo que no decae en ningún momento. El amor, su ausencia, el dolor, el sexo y la soledad son las notas distintivas del magnífico y embriagante texto de Martín Flores Cárdenas; también brillante la dirección de la propuesta, enriquecida por demoledoras interpretaciones de Laura López Moyano, Carolina Marcovsky, Marcelo Mininno, Javier Pedersoli y Julián Rodríguez Rona.

Cautivó por talento por donde se la mire la admirable propuesta de “Mau Mau o la tercera parte de la noche”, del intenso Santiago Loza, con las impresionantes actuaciones de Eugenia Alonso y Gaby Ferrero, bajo la dirección del talentoso y minucioso Juan Parodi, un director que cala hondo en el espíritu femenino. Dos tilingas recorren tres décadas de historia argentina en la mítica boite, y una instalación con la revista Gente como protagonista recorre con indudable certeza comportamientos y lenguajes de aquella época. Y de ésta también. El público ovacionó largamente el trabajo de dirección y actores.

La presencia rafaelina dentro del Festival se dio con el estreno de la Coproducción entre el Teatro Nacional Cervantes y la Secretaría de Cultura de la Ciudad de Rafaela. “Proyecto LANDIA”, escrita por Ariel Dávila y dirigida con seguridad por el cordobés Gonzalo Marull. Se destacó el talento de los actores rafaelinos Gustavo Mondino, Silvit Yori, Marcelo Gieco y Marcela Bailetti -excelentes, impecables, de indisimulable entrega-, muy bien acompañados por Laura Dayer, Alejandro Adrián Barbero y Gerardo Gerez.

El Festival fue este año una demostración de grandes actuaciones. La santafesina Iride Mockert conquistó a todos con su maravillosa “La fiera...”. Para no olvidar.