Hepatitis: piénselo de nuevo
El 28 de julio de cada año, la OMS y sus asociados conmemoran el Día Mundial contra la Hepatitis con el objetivo de acrecentar la sensibilización y la comprensión de la hepatitis viral y las enfermedades que provoca. La fecha recuerda al descubridor del virus de la hepatitis B, Profesor Baruch Samuel Blumberg, galardonado con el Premio Nobel, nacido ese día.
FUENTE. OMS (WWW.WHO.INT). foto. guillermo di salvatore.
La hepatitis viral un grupo de enfermedades infecciosas que comprende las hepatitis A, B, C, D y E afecta a millones de personas en todo el mundo, puesto que provoca hepatopatías agudas y crónicas y causa la muerte de cerca de 1,4 millones de personas cada año. A pesar de ello, la hepatitis sigue siendo una enfermedad en gran medida olvidada o desconocida.
En abril de este año, la OMS publicó nuevas recomendaciones sobre el tratamiento de la hepatitis C. En mayo pasado, los delegados de 194 gobiernos presentes en la Asamblea Mundial de la Salud adoptaron una resolución con objeto de mejorar la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de la hepatitis viral.
Con ocasión del Día Mundial contra la Hepatitis, que se recordó el pasado 28 de julio, la OMS y sus asociados instaron a los encargados de formular las políticas, el personal de salud y el público en general a “pensárselo de nuevo” ante este “asesino silencioso”.
La efemérides ofreció una oportunidad para centrar la atención en medidas específicas tales como: fortalecer las actividades de prevención, detección y control de la hepatitis viral y sus enfermedades conexas; aumentar la cobertura vacunal contra la hepatitis B e incorporar la vacuna en los programas nacionales de inmunización; coordinar una respuesta mundial contra la hepatitis viral.
SOBRE LA ENFERMEDAD
¿Qué es la hepatitis? La hepatitis es una inflamación del hígado. La afección puede remitir espontáneamente o evolucionar hacia una fibrosis (cicatrización), una cirrosis o un cáncer de hígado. Los virus de la hepatitis son la causa más frecuente de las hepatitis, que también pueden deberse a otras infecciones, sustancias tóxicas (por ejemplo, el alcohol o determinadas drogas) o enfermedades autoinmunitarias.
La hepatitis A y la E son causadas generalmente por la ingestión de agua o alimentos contaminados. Las hepatitis B, C y D se producen, por lo general, por el contacto con humores corporales infectados. Son formas comunes de transmisión de estos últimos la transfusión de sangre o productos sanguíneos contaminados, los procedimientos médicos invasores en que se usa equipo contaminado y, en el caso de la hepatitis B, la transmisión de la madre al bebé en el parto o de un miembro de la familia al niño, y también el contacto sexual.
La infección aguda puede acompañarse de pocos síntomas o de ninguno; también puede producir manifestaciones como la ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), orina oscura, fatiga intensa, náuseas, vómitos y dolor abdominal.
¿Cuáles son los distintos virus de la hepatitis? Los científicos han identificado cinco virus de la hepatitis designados por las letras, A, B, C, D y E. Todos causan enfermedades hepáticas, pero se distinguen por varios rasgos importantes.
El virus de la hepatitis A (VHA) está presente en las heces de las personas infectadas y casi siempre se transmite por el consumo de agua o alimentos contaminados. Se puede propagar también por ciertas prácticas sexuales. En muchos casos la infección es leve, y la mayoría de las personas se recuperan por completo y adquieren inmunidad contra infecciones futuras por este virus. Sin embargo, las infecciones por el VHA también pueden ser graves y potencialmente mortales. La mayoría de los habitantes de zonas del mundo en desarrollo con saneamiento deficiente se han infectado con este virus. Se cuenta con vacunas seguras y eficaces para prevenir la infección por el VHA.
El virus de la hepatitis B (VHB) se transmite por la exposición a sangre, semen y otros líquidos corporales infecciosos. También puede transmitirse de la madre infectada a la criatura en el momento del parto o de un miembro de la familia infectado a un bebé. Otra posibilidad es la transmisión mediante transfusiones de sangre y productos sanguíneos contaminados, inyecciones con instrumentos contaminados durante intervenciones médicas y el consumo de drogas inyectables. El VHB también plantea un riesgo para el personal sanitario cuando este sufre pinchazos accidentales de aguja mientras asiste a personas infectadas por el virus. Existe una vacuna segura y eficaz para prevenir esta infección.
El virus de la hepatitis C (VHC) se transmite casi siempre por exposición a sangre contaminada, lo cual puede suceder mediante transfusiones de sangre y derivados contaminados, inyecciones con instrumentos contaminados durante intervenciones médicas y el consumo de drogas inyectables. La transmisión sexual también es posible, pero mucho menos común. No hay vacuna contra la infección por el VHC.
Las infecciones por el virus de la hepatitis D (VHD) sólo ocurren en las personas infectadas con el VHB; la infección simultánea por ambos virus puede causar una afección más grave y tener un desenlace peor. Hay vacunas seguras y eficaces contra la hepatitis B que brindan protección contra la infección por el VHD.
El virus de la hepatitis E (VHE), como el VHA, se transmite por el consumo de agua o alimentos contaminados. El VHE es una causa común de brotes epidémicos de hepatitis en las zonas en desarrollo y cada vez se lo reconoce más como una causa importante de enfermedad en los países desarrollados. Se han obtenido vacunas seguras y eficaces para prevenir la infección por el VHE, pero no tienen una distribución amplia.
Hacerse el test para la C
Un simple análisis de sangre puede representar la diferencia entre sufrir las peores consecuencias de la Hepatitis C o curarse. Ocurre que esta infección puede desarrollarse sin síntoma alguno durante años, hasta producir complicaciones tales como cirrosis o cáncer de hígado.
Por tal motivo, el 28 de julio pasado -Día Mundial contra la Hepatitis, ICALMA -Fundación de Cuidados Integrales- impulsó una campaña que recomienda realizar dicho test al menos una vez en la vida.
La hepatitis es una inflamación del hígado, generalmente causada por virus, entre los cuales se destacan el A, el B y el C. Y a diferencia de las hepatitis A y B, la hepatitis C no puede prevenirse por vacuna, lo que hace imprescindible redoblar los controles para detectarla.
La campaña de redes sociales que ICALMA llevó adelante, denominada “Hepatitis C: C puede prevenir. C debe detectar. C puede curar”, contó con el apoyo de AbbVie, y tiene como objetivo llegar a la comunidad haciendo hincapié en los principales grupos de riesgo de sufrir esta infección, para que acudan a realizar los tests de detección.
El Dr. Adrián Gadano, Jefe de la Sección Hepatología del Hospital Italiano de Buenos Aires y Presidente de la Fundación ICALMA, explicó que “aproximadamente 400 mil argentinos podrían estar infectados con Hepatitis C, pero la mayoría no lo sabe, ya que se contagia por la sangre infectada por el virus y produce síntomas muy inespecíficos o es asintomática. Las consecuencias de no detectar y tratar a tiempo esta enfermedad son graves: puede provocar problemas hepáticos serios, incluyendo cirrosis, insuficiencia hepática y cáncer de hígado”.
Los especialistas coinciden en la importancia de la detección temprana, ya que cuanto antes la detecte, mejores serán las chances de tratamiento. “En el presente, se ha avanzado en forma notable en el área terapéutica, y el pronóstico de los pacientes puede ser mucho más optimista. Inclusive, en un futuro próximo esperamos contar con medicaciones que permitirán trazar un antes y un después en el tratamiento de la hepatitis C. Para ello, es necesario actuar precozmente”, agregó el Dr. Galdame, quien sostuvo que “si bien los métodos de detección son sencillos, generalmente no están incluidos en los análisis de sangre de rutina. Hay que pedir el test al médico clínico o de familia”.
+ Info: www.icalma.org.ar.