Robo en Colastiné Norte

Ladrones despreocupados

Ocurrió durante el fin de semana en una casa de calle Guaraníes al 5200, a la altura del kilómetro 1 de la Ruta Provincial 1. El propietario se quejó por la respuesta de la policía.

25-01-P1090645_1.JPG

Por más de 20 minutos interminables, Mauro Di escuchó cómo los delincuentes destrozaban su casa, mientras pedía auxilio por teléfono a la policía.

 

Joaquín Fidalgo

[email protected]

Un audaz robo fue perpetrado este fin de semana en una casa de familia del distrito costero de Colastiné Norte, en calle Guaraníes al 5200, aproximadamente a la altura del kilómetro 1 de la Ruta Provincial 1. Las características del hecho y la respuesta policial provocaron la indignación del propietario y también de los demás vecinos.

“Hace siete años que vivo acá”, comenzó diciendo Mauro Di, analista de sistemas de 42 años y padre de dos hijos.

“La secuencia comenzó el sábado por la tarde -relató-, cuando no había nadie en la vivienda. A las 19 sonó la alarma, porque delincuentes rompieron una ventana. Inmediatamente llamé a la Central de Emergencias 911 y me dirigí al lugar. Por varias horas, esperé a la policía, pero nunca llegó nadie. Finalmente me tuve que ir a la ciudad y cerca de las 5 de la madrugada del domingo otra vez me llamaron de la empresa de seguridad, porque se había activado uno de los sensores. Nuevamente llamé al 911 y ahí me dijeron que ya algunos vecinos habían alertado”.

Mauro no puede ocultar la impotencia y bronca que se refleja en su rostro, mientras revive los acontecimientos. “Cuando llegué a mi hogar, me encontré con gente del barrio que se encontraba en la puerta. ‘Todavía están adentro’, me dijeron. Entonces, me desesperé. Podía ver cómo los delincuentes se asomaban por una puerta lateral. Pasaban los minutos y adentro se escuchaban ruidos de vidrios y maderas que se rompían. Tomé una maza y traté de meterme, pero alguien me frenó. Menos mal. Llamé reiteradamente al 911, a las comisarías de Colastiné y Rincón”, manifestó.

“Casi una hora después de mi primer pedido de auxilio apareció a la distancia un patrullero, a paso de hombre. Entonces, los ladrones salieron caminando por el fondo con bolsas sobre sus hombros. Me asombró la tranquilidad con la que se movieron. No tenían absolutamente ninguna preocupación. Cuando se arrimaron los uniformados, les pedí que persigan a los malvivientes. Entonces, los policías pasaron y al ratito volvieron sólo con un poco de ropa. ‘Se escaparon’, se limitaron a decirme. Entonces, uno se puso a tomarme declaración mientras los otros tres se quedaron charlando en la puerta. Ninguno fue a perseguir a los que me habían robado”, se indignó Di.

Los malvivientes se llevaron una consola de juegos y una notebook, entre otras cosas. “Me duele porque la computadora era mi herramienta de trabajo. Me arrancaron seis meses de trabajo que tenía almacenado en el disco duro. Además, son tremendos los destrozos que provocaron. Destruyeron el lugar y no entiendo por qué hicieron eso. Pero lo que más bronca me da fue la acción o inacción policial. Envié correos electrónicos a distintos organismos públicos para pedir explicaciones a los funcionarios y no tuve ninguna respuesta. Nadie me contestó. Nadie me explicó por qué demoró tanto el patrullero”, disparó.

 
25-03-P1090643.JPG