Los familiares de las víctimas marcharon a tribunales y a litoral gas

A un año de la explosión de gas que destrozó tres torres en Rosario

  • Hoy a la mañana, comenzaron los actos para recordar a las 22 personas que murieron en la explosión que dejó una profunda herida en la memoria de Rosario.
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Los vecinos recuerdan con mucho dolor las imágenes de un sector de la ciudad que parecía bombardeado, y los bomberos no olvidan los gritos de la gente que pedía ayuda. Foto: Archivo El Litoral

 

Germán de los Santos

Corresponsalía Rosario

Hay un vacío y un silencio. No sólo en la calle Salta a la altura del 2100, donde a mitad de cuadra ahora se ven el cielo, las nubes, y pasa el sol entre los edificios. Ese hueco aporta como certeza que faltan tres torres y 22 vidas, que se esfumaron tras la explosión que se produjo hace un año a causa de una fuga de gas. A las 9.38 de la mañana hoy, a esa hora maldita y precisa, el silencio se rompió y volvieron a sonar las sirenas.

Cada habitante tiene incrustado en su memoria qué hacía, dónde se encontraba y cómo reaccionó hace un año cuando la ciudad se sacudió por la detonación que se originó por una pérdida de gas, luego de que el gasista Carlos García fallara en el cambio del regulador de gas del edificio de Salta 2141.

Los parientes de las víctimas dejaron hoy a la mañana en la puerta de los tribunales una inscripción sugerente: “La especulación mata”. Esa leyenda está dirigida a los jueces, fiscales y funcionarios judiciales que están a cargo de la causa que ocupa más de 10.000 fojas, y tiene a once personas procesadas. Después del amanecer, los familiares se trasladaron a la sede de Litoral Gas, donde se concentra gran parte de las críticas sobre la falta de controles y la presunta negligencia de la empresa en la tragedia. Claudia Vaio, madre de Santiago Laguía, confesó que hoy se tiene más a flor de piel el recuerdo imborrable de ese día. “La imagen de mi hijo la tengo todo el día en la memoria y la imagen de ese día, cuando llegué a Oroño, no me la voy a borrar mientras viva”, apuntó.

Luciano Salazar, jefe de los Bomberos Voluntarios de Rosario, hizo gráfico ese momento crucial, cuando arribaron hace un año después de la explosión a Oroño y Salta. “La primera imagen que tengo cuando llegué es que esta calle donde estoy ahora parecía Medio Oriente, como si hubiera sido bombardeada. Había balcones que colgaban y gente que pedía a gritos ayuda”, señaló.

Los recuerdos azotan durante la mañana en esa calle que se desfiguró tras la explosión. No sólo cambió su fisonomía, sino su espíritu. Es un lugar apagado. Donde estaban los tres edificios que se derrumbaron tras la explosión actualmente hay una pared de ladrillos, con 22 cruces blancas, y una puerta de chapa, fría, que separa al baldío de la calle Salta, que se reabrió al tránsito hace seis meses. Se reconstruyeron y refaccionaron las 238 viviendas y negocios que fueron afectados por la explosión que recibieron un subsidio del Estado provincial de 20.000 pesos pero el ritmo de ese barrio no volvió a ser el mismo. Muchos departamentos de los edificios cercanos están vacíos. Griselda, la dueña de la panadería de la esquina de Salta y Balcarce, admitió que ha sido muy difícil para los comerciantes de la zona. “No sólo es el dolor de recordar todos los días la explosión, sino que esta zona murió. Es una cuadra fantasma”, reconoció la mujer, que contó que se salvó porque se le cayó un mueble encima.

Mariano Nardi, el dueño del bar Malos Conocidos, fue clave tras la tragedia. Ese lugar sirvió de contención para familiares que buscaban por aquellos días a seres queridos que estaban desaparecidos. “El barrio ya no es el mismo”, coincide con Griselda este joven que tiene su comercio a unos metros del edificio que explotó. Nardi aseguró que extraña a los vecinos que veía todos los días en el bar o a los que les llevaba café a la mañana. “Yo atiendo todos los días a Aldo Guidotti, el dueño de la casa de cuadros. Su compañera Adriana Mattaloni murió bajo los escombros. La tristeza del hombre es terrible”, reflexionó. Otra cosa que le quedó grabada para siempre fue la imagen de los familiares frente al portón del supermercado La Gallega, en el cantero central de calle de Oroño, esperando noticias de sus seres queridos.

Eleonora López, hermana de una de las víctimas, confesó que no está conforme con el proceso judicial. “Fue apresurado el procesamiento de los once imputados en la causa”, advirtió la hermana de Carlos López, quien murió en el derrumbe. Se mostró a favor de involucrar en la causa a los directivos más altos de Litoral Gas. Desde fines de 2013, la empresa concesionaria que brinda el servicio de gas acordó un resarcimiento económico con casi la mitad de los damnificados por la explosión.

Por desistir de continuar con acciones legales en lo civil y penal, Litoral Gas pagará 1.200 dólares por metro cuadrado a las personas afectadas por el siniestro. Hoy, 25 son los querellantes que ratificaron su rechazo a la propuesta extrajudicial de la firma y mantuvieron su voluntad de avanzar en el proceso

Vaio cuestionó a la fiscal Graciela Argüelles, quien “dijo que excepcionalmente podrá ir alguno a prisión, y como familiares de víctimas creemos que están jugando con nosotros, con nuestro dolor y con la dignidad de nuestros familiares fallecidos”. Y agregó: “Creo que nos están provocando y esperan que nosotros reaccionemos violentamente, cosa que no van a lograr”.

Para Vaio, los familiares no pueden “soportar esta falta de respeto por parte de la Justicia y del gobierno de Santa Fe, nos parece una burla todo esto”. Entiende que la fiscal “juega con la memoria” de su hijo y que “todo lo que se hizo hasta ahora está todo mal hecho”.

La causa por la explosión tiene 11 procesados

  • La causa de la tragedia, caratulada como “estrago culposo agravado”, está en la Sala III de la Cámara de Apelaciones de Rosario, luego de que la jueza Irma Bilotta dictara el procesamiento contra 11 personas. Este delito implica cinco años de prisión, pero no hay actualmente ningún detenido en el caso, luego de que permaneciera demorado unas horas después de la tragedia el gasista Carlos García.

Este tribunal de alzada rechazó la apelación sobre los procesamientos pero resta definir un pedido de inconstitucionalidad que hizo la empresa concesionaria. Entre los imputados se encuentran el técnico matriculado García y su ayudante, Pablo Miño, quienes trabajaron en el cambio del regulador de gas ubicado en las cocheras. Los otros imputados son el técnico José Luis Allala, quien trabajó en el sistema de gas del edificio unos diez días antes del siniestro, y los administradores del consorcio Mariela Calvillo, Norma Bauer y Carlos Repupilli, como así también cinco empleados de Litoral Gas. Los familiares de las víctimas esperan que el Ente Nacional Regulador de Gas (Enargás) responda a un pedido de caducidad del contrato de la firma Litoral Gas SA que hicieron hace más de un mes.