llegan cartas

Lector fiel a El Litoral

JOSÉ C. TOSCANO

DNI. 6.235.008

Desde hace más de 50 años leo El Litoral. Durante gobiernos de distintos signos, absolutamente negativos para el país, que mi viejo cerebro se empecina en recordar he opinado sobre acontecimientos políticos cuasi delictivos, a pesar de haber mantenido latente la esperanza de poder vivir una feliz evolución de nuestra Argentina. Qué ilusorio lo mío. He llegado a la vejez, y angustiado por el oprobio de situaciones agobiantes, veo con profundo dolor la acelerada involución moral de nuestra patria; dolor de pensar que hoy debiéramos ocupar un lugar de privilegio entre las naciones llamadas del Primer Mundo. Los diarios sucesos se reflejan en la atención de nuestros lectores con buen sentido común, como así en la fina percepción de agudos periodistas, como los señores Néstor Vittori o Rogelio Alaniz, entre otros a quienes admiro y felicito, porque la claridad y convicción de sus conceptos me sirven de acicate para creer que no todo está perdido.

A pesar de ello, en un artículo de mayo del corriente año, el señor Vittori, ante uno de los tantos temas que condicionan nuestra forma de vida se preguntaba ¿vamos al frente o para atrás? y, absolutamente convencido, adhiero al segundo interrogante. En la misma edición, el señor ministro de Interior, Florencio Randazzo, no disimiló su negativa furia ante jóvenes delincuentes que ensuciaron con pintura un vagón de ferrocarril. “Hay que matarlos” dijo. Aparentemente para el señor ministro ese hecho, a todas luces condenable, fue más importante que la insoportable cantidad de muertes de seres humanos inocentes, o no tanto, que provoca una delincuencia con una muy creíble libertad de acción. Por supuesto, en esa oportunidad y sobre tal aterrador asunto, al señor Randazzo no se le ocurrió decir una sola palabra contundentemente condenatoria.

No puedo abusarme del espacio que estoy solicitando se me conceda, pero quiero gritarle a la corporación política que “obligadamente estamos soportando”; sin asomo de dudas, “vamos para atrás”, y pregunto: ¿hasta cuándo señores? Les recuerdo que ustedes fueron elegidos para gobernar eficientemente, con justicia y lealtad a esta Argentina que nos cobija. Aunque, evidentemente, parecen obligaciones imposibles de cumplir.