Abuela y nieto, juntos después de 36 años

Un encuentro reservado e íntimo reunió a Estela Carlotto y Guido

La reunión se produjo anoche en La Plata. Estuvieron algo más de seis horas. En la sede de Abuelas de Plaza de Mayo explotaron los teléfonos y correos electrónicos. Hubo récord de consultas sobre identidad: de diez llamados por día, ayer hubo más de cien. Otras 250 consultas ingresaron vía mail.

De la redacción de El Litoral

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DyN - Télam

Finalmente, Estela de Carlotto y su nieto Guido Montoya -o Ignacio Hurban- se encontraron ayer por la tarde de manera reservada, sin fotógrafos ni periodistas. La noticia la confirmó anoche la propia organización Abuelas de Plaza de Mayo. “Felizmente, Guido Montoya Carlotto ya pudo abrazar a su familia, que lo buscó sin pausa y de forma incansable durante 36 años”, hizo saber la entidad a través de su página de la red social Facebook, donde calificaron de “íntimo” al encuentro llevado a cabo en la ciudad de La Plata.

La organización hizo además un llamado a “los medios, la sociedad en general y a la Justicia en particular a respetar la intimidad de Guido y sus allegados, para que nuestro nieto pueda encarar el proceso de restitución de identidad con sus tiempos y acorde a sus posibilidades”.

En esa línea, la organización cuestionó al Tribunal Federal Nº 1, que encabeza María Romilda Servini de Cubría, al señalar que “desde que ayer se conoció la noticia, circuló información de forma indiscriminada, que desde la institución nunca hubiésemos dado a conocer. Lamentamos que muchos de los datos hayan sido brindados por el mismo tribunal”, consignó el comunicado, en alusión a la magistrada que pocas horas antes había dado la noticia de la restitución a Estela de Carlotto.

“También esperamos que la Justicia se adecue a la situación y se priorice el fortalecimiento de los vínculos familiares que el terrorismo de Estado intentó destruir, postergando por el momento todo tipo de convocatoria a Guido, como se ha hecho en otros casos”, finalizó el comunicado.

Anoche, Guido Carlotto, secretario de Derechos Humanos bonaerense y tío de Hurban, había informado sobre el encuentro en su cuenta de la red social Twitter, donde escribió: “Luego de toda una tarde con Guido, siento que recobré gran parte de lo que perdí hace 37 años. Hoy vi a Laura y a los 30 mil. Gracias”.

Récord

La noticia de la recuperación de la identidad de Guido provocó que el teléfono de Abuelas de Plaza de Mayo no parara de sonar en todo el día de ayer, por lo que se convirtió en una jornada récord en cuanto a consultas sobre identidad.

“El impacto inmediato (de la recuperación de la identidad de Guido) fue mayor al de cualquier campaña de difusión”, aseguraron desde Abuelas, donde ya están intentando cuantificar el rebote de la noticia. “Algunos llaman para consultar, otros para aportar datos; en cada caso se los orienta. No paran de llamar”, indicaron desde la institución.

Si bien todavía no cuentan con los números definitivos, desde el área de Presentación Espontánea, al que recurren quienes tienen dudas sobre su origen (o terceros vinculados), aseguraron que la cantidad de consultas que tuvieron ayer superaron, por mucho, los niveles promedio.

“Tuvimos que agregar un teléfono y pedir a un compañero de otra área que nos asistiera”, graficaron, y luego calcularon: “En períodos bajos llaman unas 10 personas por día; durante las campañas, el promedio es de 40. Ayer llamaron unas 100”, contaron.

Esa misma área, que divide su trabajo en dos turnos, entrevista entre 4 y 6 personas por día (2 ó 3 personas por turno): ayer, 6 personas se entrevistaron por la mañana y 4 por la tarde. El mayor impacto se sintió también a través de las consultas por correo electrónico. El área de Presentación Espontánea recibe unas 25 consultas diarias en promedio mientras que ayer ingresaron 250 consultas vía mail.

El dato

“Chau abu”

Según relata hoy el matutino porteño Página/12, Estela, Claudia, Kibo y Remo Carlotto se encontraron ayer con Guido y conversaron durante seis horas y media. Claudia, una de las hijas de la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, contó al diario que el joven de 35 años despidió a Estela con un “Chau abu”, y “¿mi vieja casi se desmaya”, relató.