Aniversario

Progreso: la Escuela Nº 253 celebra su cincuentenario

El establecimiento educativo realizará una serie de actividades el próximo domingo 17 de agosto, vinculadas al aniversario. Desde la comisión organizadora invitan a todos los que pasaron por sus aulas, profesores y alumnos a participar de los actos.

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Inauguración del nuevo edificio en el año 1995 con la participación del entonces gobernador Carlos Reutemann. Foto: gentileza escuela 253

 

Corresponsalía Progreso

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La comunidad educativa de la Escuela de Educación Secundaria Organizada Nº 253 Mariano Moreno de Progreso, ultima los detalles para celebrar las bodas de oro de la institución. Las actividades se llevarán a acabo el domingo 17 de agosto desde las 9 con una ceremonia religiosa en homenaje a los alumnos, profesores, directivos y personal fallecido.

Luego a las 10.15, continuarán los actos con la recepción de autoridades en las instalaciones de la escuela donde se harán los actos centrales. En tanto, para las 13, se realizará el almuerzo del cincuentenario en las instalaciones de la institución educativa.

“Invitamos a todos los que pasaron por sus aulas: profesores, directivos y alumnos a participar de los actos previstos por los 50 años de vida de la institución. En cuanto al almuerzo, las tarjetas aún se encuentran a la venta en las instalaciones de la escuela, además para aquellos que quieran realizar la reserva puedan llamara a los teléfonos (03497) 488387 por la mañana y al (03497) 488023 por la tarde”, anunciaron desde la comisión organizadora.

Comienzos

En cuanto a los primeros años de vida de la instituciones, directivos explicaron a El Litoral que nace con el fin de posibilitar la continuidad de los estudios de alumnos que egresaban de las escuelas primarias, que se veían frustradas por falta de recursos económicos, dado que no podían desplazarse a los centros donde se encontraban los establecimientos secundarios.

“Allí, vecinos de Progreso constituyen una comisión encargada de solicitar ante las autoridades del Ministerio de Educación y Cultura de la Provincia la creación de un Ciclo Básico en la zona. Luego de meses de lucha a través del decreto Nº 2.477 -de fecha 25 de marzo de 1964- el gobernador Aldo Tessio dispone la creación del Ciclo Básico Comercial Nº 35”, indicaron.

Para el 2 de abril de 1964, el instituto comenzó a funcionar en un aula de Escuela Fiscal Nº 341 José María Paz. De esta manera y gracias al esfuerzo y entusiasmo, tanto de la juventud como de vecinos que siempre transitaron un camino de esperanza, sin importarles tropiezos ni adversidades, ven concretados sus anhelos.

“Los primeros docentes fueron el Dr. Mario Rivero, el director y profesor de Enseñanza Democrática, Eduardo Balañá (Geografía); Horacio Antuña (Botánica); María I. Fernández de Rivero (Castellano); María E. Canavesio de Meister (Matemáticas y Secretaría); Erico Weidmann (Historia); Belkys Kalbermatter (Cultura Musical) y Hermides Galopín (Educación Física). Además colaboraban Marta Huber y María Wachendorff (Portera), todos ellos locales ad honóren y completaban el personal Francisco Hessel (Inglés); Wilma Pravisani (Contabilidad) María A. de Luca (Dibujo y Caligrafía) docentes que viajaban desde Santa Fe, donde sus haberes eran solventados por la cooperadora escolar”, agregaron. En esos tiempos el acceso a Progreso, desde la Ruta Provincial Nº 4, no estaba pavimentaba y a los profesores había que buscarlos a la mañana temprano y llevarlos, una vez terminada la jornada.

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En abril de 1964 el Instituto comenzó a funcionar en un aula de la escuela 341 José maría Paz. Foto: gentileza escuela 253

Ampliación

En el año 1965, se dificultaba seguir en la Escuela Primaria, debido a la inscripción de un nuevo curso. Allí, el problema se resuelve por la solidaridad del matrimonio Agustín Merke y María Esther Demonte quienes ceden en préstamo una vivienda ubicada en Av. Santa Fe Nº 405 (actual Casa de la Cultura).

“En enero de 1973, por Decreto Nº 270 se transforma el Ciclo Básico Comercial Nº 35 en Escuela de Enseñanza Media Nº 253, funcionando ciclo completo .

En 1977, la familia Merke dona a la comuna el inmueble donde funcionaba la institución, condicionando que en caso de clausura de dicho establecimiento, el edificio debía albergar a otra institución de bien público. Pero el gran problema de ese inmueble era que no reunía el espacio físico necesario, debido a la gran cantidad de alumnos que asistían.

Por ello en 1987, se constituye la Comisión Pro Edificio de la Escuela, quien lleva adelante la primera edición de la Fiesta Provincial del Queso, con el propósito de recaudar fondos para ser destinados a la construcción del nuevo Edificio, hecho que se concreta el 8 de diciembre de 1995, con la presencia del entonces gobernador Carlos A. Reutemann. Para el año 2009, se terminan las obras de ampliación del edificio, con un nuevo panel sanitario, dos aulas, laboratorio y la terminación de las galerías.

Cincuenta años de fecunda labor en la vida de la escuela, invitan a retroceder en el tiempo y dirigir una mirada hacia los hombres y las circunstancias que han tenido que ver con su origen, apareciendo así la gran visión de futuro que impulsaron quienes sin escatimar esfuerzos ni tiempo, transitaron un largo camino con esperanzas hasta ver concretados sus anhelos.

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Por el vicio a la virtud

  • Hace pocos días cumplió también cincuenta años el hipódromo del Club San Martín de Progreso. La coincidencia con el nacimiento de la escuela secundaria no es casual. En realidad, la segunda es -en buena medida- hija del primero.

A principios de 1964, todo el trámite burocrático que exigía la creación de la escuela -que por entonces incluía solamente el ciclo básico, es decir hasta tercer año- estaba terminado y el período lectivo en marcha. Dicho así parece sencillo, pero -todavía recuerdan los memoriosos- demandó mucho trabajo, esfuerzos e innumerables viajes a Santa Fe, cuando los caminos estaban aún peor que hoy.

Con los papeles en orden y la cuestión edilicia resuelta -iba a funcionar en la sede de la escuela primaria José María Paz-, había que encarar una cuestión crucial: el financiamiento, porque por entonces -como ahora- la provincia no tenía fondos para solventar el gasto que demandaba el funcionamiento del flamante establecimiento.

Y es aquí donde se origina la idea: ¿por qué, en un pueblo con tradición burrera, no instalar un hipódromo y destinar todo lo recaudado en cada reunión al sostenimiento de la escuela? La idea prendió enseguida, de inmediato se hizo proyecto y poco después realidad.

Ricardo Estrada Picazo, productor de la zona y presidente de la cooperadora escolar, ofreció una porción de su campo para la instalación de la pista, decenas de vecinos del pueblo aportaron su trabajo para adecentarla y, para afianzar su compromiso con el colegio que iba a ser el de sus hijos, la Sra. de Estrada, María Cristina Iturraspe, confeccionó ella misma las chaquetillas de distintos colores que en adelante identificarían a los jockeys a cada carrera.

Y llegó el día. El 26 de julio se inauguró el hipódromo; la reunión incluyó diez carreras y el clásico se llamó Pichay, el apodo que recibía la más afamada fusta de la zona que vivía en Progreso.

Por muchos años, el hipódromo -originalmente llamado Jockey Club de Progreso- cumplió sobradamente su cometido: pagar los gastos que demandaba el funcionamiento de la escuela. Y más también, ya que en 1967 el club pudo comprar en terreno, más cercano al pueblo, donde aún funciona el circo hípico.

Y así, despojada de detalles por razones de espacio, es más o menos la historia que unió con un fin loable términos tan antagónicos como el vicio (si es vicio jugarle unos boletitos a un caballo) y la virtud (del conocimiento).