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“Últimas lecciones de Émile Benveniste” De la redacción de El Litoral

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El lingüista Émile Benveniste, en 1968.

Foto: Archivo El Litoral

Émile Benveniste, nacido en Alepo, Siria, en 1902 y fallecido en Francia, en 1976, es uno de los mayores lingüistas del siglo XX. Sus libros (como Problemas de lingüística general) significaron un aporte ineludible, sumándose a sus cursos de gramática comparada y lingüística general que dictó durante medio siglo en París. Su vida no fue fácil: prisionero de guerra, exiliado en Suiza (su hermano Henri fue deportado sin retorno a Auschwitz), finalmente un ataque lo sumió en siete años de parálisis, lúcido pero privado, justamente, del habla.

Siglo XXI acaba de publicar la traducción de las Últimas lecciones de Émile Benveniste, en edición al cuidado de Jean-Calude Coquet e Irène Fenoglio. En el prefacio Julia Kristeva señala: “Ya en el primer tomo de su obra maestra, el teórico propone una lingüística general que se aparta de la lingüística estructural, pero también de la gramática generativa (las dos dominan el panorama lingüístico de esa época), y propone una lingüística del discurso, fundada sobre la alocución y el diálogo, lo que abre el enunciado al proceso de enunciación, a la subjetividad y la intersubjetividad”. También subraya Kristeva la nueva dimensión de la lingüística general que propone Benveniste, en discusión con Saussure, acerca de dos tipos en la significación del lenguaje: “lo” semiótico y “lo” semántico.

Por su parte, Tzevetan Todorov, en el posfacio, realiza una emotiva evocación de Benveniste y del término de su vida, y describe un panorama esclarecedor sobre los tres grandes sectores que pueden entreverse en los estudios científicos de Benveniste: “El primero es el de su disciplina de origen, la gramática comparada y el estudio de las lengua indoeuropeas. De hecho, para él es un postulado que ‘la reflexión sobre el lenguaje sólo es fructífera si reposa sobre las lenguas reales’. Por ende, en numerosos estudios se ocupa de varias de esas lenguas, en especial el hitita, el sánscrito, el iranio, el griego antiguo, el latín, el francés, así como de su comparación”. El segundo ámbito, según Todorov, es el estudio que Benveniste realiza de la historia de la ideas y de las mentalidades, a través del vocabulario, y el tercero es el que atañe a sus aportes a la lingüística general (aunque siempre advirtiendo que el lingüista tiene necesidad de conocer el mayor número posible de lenguas para no caer en la ingenuidad de erigir categorías de su propia lengua como modelo universal). Los variados aportes de Benveniste, según Todorov, tienen como constante señalar que el lenguaje no es una simple característica humana; está en la base de “todas las categorías e instituciones características de nuestra especie. No existe pensamiento que sea independiente del lenguaje: ‘Pensamos un universo que nuestra lengua primero modeló’. ‘La posibilidad del pensamiento está ligada a la facultad del lenguaje pues [...] pensar es manejar los signos de la lengua’. Sin el lenguaje o, en términos más generales, sin lo que Benveniste denomina ‘facultad simbolizadora’ o ‘capacidad representativa de esencia simbólica’, la abstracción es imposible, al igual que la imaginación creadora”.

Estas Últimas lecciones dictadas por Benveniste en el Collège de France en el ciclo universitario 1968-1969 se presentan divididas en tres capítulos. El primero abarca las siete primeras lecciones bajo el título de “Semiología”, y en ellas el lingüista reseña la historia del concepto de sentido en lingüística y demuestra la necesidad de una teoría al respecto, señalando el modo en que se aparta de las nociones de Saussure y abocándose a la relación teórica entre las nociones de semiótica y de semántica.

El segundo capítulo (octava a decimoquinta lección), titulado “La lengua y la escritura”, contiene notas inéditas sobre tema tan variados como escritura y lengua escrita; escritura y lenguaje interior; escritura y mensaje, la escritura alfabética como instrumento de autosemiotización de la lengua, etc.

El tercer capítulo presenta la primera lección y las anotaciones realizadas por Benveniste para el curso que debía dictar en el próximo año académico. Cinco días después de dictar esa primera lección, el 1º de diciembre de 1969, Benveniste sufrió un accidente cerebrovascular, que lo paralizó y lo dejó afásico.

Dos anexos se presentan en el volumen: una biobibliografía de Benveniste a cargo de Georges Redard, y una nota sobre los papeles de Benveniste legados a la Bibliothèque Nationale de France, a cargo de Émilie Brunet.