La Posta de Yatasto

La Posta de Yatasto

Declarado Monumento Histórico Nacional, este sitio ubicado en la provincia de Salta y sobre el antiguo camino real hacia el Alto Perú, conmemoró los 200 años de un abrazo que trascendió la historia.

 

TEXTOS Y FOTOS. ALFREDO MIGUEL CEBALLOS.

Entre las poblaciones salteñas de San José de Metán y Rosario de la Frontera, bañada por el río Yatasto, se encuentra este encantador lugar, en medio de una gran vegetación y hoy rodeado de plantaciones de arándanos.

La casa, situada sobre el antiguo camino real que conducía al Alto Perú, se destaca por el alto balcón, la extensa cubierta, sus talladas puertas de madera y las rojas tejas de media caña del techo salidizio. El edificio corresponde a una parte del casco de estancia que originalmente perteneció a Don Francisco Toledo Pimentel.

Hacia 1780, su estado ruinoso era de tal magnitud que, al heredarla, Don Vicente Toledo y Pimentel debió reedificarla hacia 1784, según puede leerse en el dintel de la puerta principal. Éste había apoyado la causa patriótica y cuando el Ejército Auxiliar del Norte, al mando del General Balcarce, llegó a suelo salteño e hizo alto en esta estancia, lo proveyó de 1.300 caballos y 100 vacunos sin exigir gratificación alguna.

Consta de cuatro habitaciones en planta baja y una planta alta, a la que se accede mediante una escalera interior. Sus paredes son de adobe, revocadas y encaladas. La estructura portante del techo, las columnas de las galerías, el entrepiso, las escaleras, rejas, puertas, ventanas y balcón son de madera -material muy utilizado por la abundancia de árboles de excelente calidad- cuidadosamente trabajada, en especial las rejas y la baranda del balcón. Las fachadas, muy sobrias, de volúmenes netos, fuertes y grandes planos, le confieren una pureza de líneas que caracteriza a las construcciones de la época y puede considerarse como una típica vivienda rural de alto nivel para el período de la colonia.

BICENTENARIO

Este edificio fue escenario del histórico abrazo de Belgrano y San Martín hace ya 200 años. Previamente tuvo lugar el encuentro entre Juan Martín de Pueyrredón, jefe del Ejército del Norte, con el General Manuel Belgrano el 26 de marzo de 1812. Aquí recibió al día siguiente la jefatura del derrotado ejército de manos de Pueyrredón.

El 20 de enero de 1814, los propietarios de la hacienda ofrecieron una cálida acogida al Coronel José de San Martín cuando se dirigía hacia el norte y hospedaron también al Teniente Coronel Martín Miguel de Güemes a fines de febrero del mismo año, cuando éste recibió el cargo de Comandante de la Avanzada del Río Juramento.

El lugar fue declarado Monumento Histórico Nacional por Ley Nº 95.687, de 1942, funcionando como museo desde 1950, cuando sus propietarios donaron el solar al Estado nacional. Se realizó, además, su restauración.

En el exterior pueden observarse magníficos y añosos algarrobos que han crecido junto a los cimientos del sector caído, además de otros ejemplares como tala, palo borracho, mistol, pacará y ceibo, que le dan un magnífico marco y representan el ambiente característico de la zona.

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UN ENCUENTRO HISTÓRICO

En este lugar se encontraron por primera vez, el 20 de enero de 1814, Manuel Belgrano y José de San Martín. Éste había sido enviado con una columna de auxilio desde Buenos Aires; su abrazo con el jefe en desgracia selló una amistad sin sombras.

Cuenta la tradición que estos dos hombres fueron obsequiados ese día con pescado. De allí proviene aquella célebre receta “Dorado a la San Martín”.