Llega “Relatos salvajes”

Llega “Relatos salvajes”

Julieta Zylberberg, Darío Grandinetti, Oscar Martínez, Szifrón, Ricardo Darín, Leonardo Sbaraglia y Rita Cortese, artífices del relato coral. Foto: DyN

 

De la redacción de El Litoral

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En seis historias breves, donde Szifrón confirma su destreza narrativa, Ricardo Darín, Oscar Martínez, Leonardo Sbaraglia, Rita Cortese, Érica Rivas y Julieta Zylberberg interpretan a seres de distinta condición social que son expuestos a diversos modos de violencia social en un grado tan alto que su forma de ver y pensar el mundo, sus creencias éticas, se derrumban y pierden sentido.

Uno de los puntos fuertes del filme es su capacidad de generar una revolución interior en los espectadores, al ponerlos al igual que hace con sus personajes en una situación límite frente a la cual no saben qué posición tomar, ya que los perturba y les produce profundas dudas acerca de su cosmovisión y moral.

“La invitación que le hago al espectador es abandonarse a esa pérdida de los estribos e ir más allá, aventurarse hacia el deseo y el impulso más primitivo”, afirmó Szifrón, quien viene de competir por la Palma de Oro en el último Festival de Cannes, y que también se preguntó: “¿Qué pasaría en la realidad si alguien rompiera esos límites?”

En una entrevista con Télam, el director aseguró que “uno se reprime como ciudadano muchas veces por día. Estamos midiendo las consecuencias de cada uno de nuestros actos, calculando sus consecuencias. La vida de la gente en sociedad no es en libertad, sino muy controlada, y por eso está la fantasía de perder el control y responder a las cosas que nos ocurren”.

Ese carácter subversivo de “Relatos salvajes” se manifiesta especialmente en el episodio protagonizado por Darín, quien encarna a un ingeniero especialista en explosivos que, cansado del abuso impune al que se ve sometido por los agentes municipales que se llevan su auto con cualquier excusa y luego le cobran multas imposibles, decide tomar justicia por mano propia.

En ese sentido, Szifrón aclaró: “Cuando escribía la película no me cuestioné mucho la polémica que podría generar sobre la violencia por mano propia. No tuve tiempo de cuestionarme eso, pero desde ya la película no tiene ninguna intención de ser una apología de la violencia por mano propia”.

Argumentos

Szifrón recordó que estaba trabajando en seis guiones para otros tantos largometrajes, pero finalmente decidió concentrarlos a todos en una misma y única película: “Empecé escribiendo cuentos cinematográficos que tienen muchos puntos en común y que hacen que la película se viva como una experiencia continua”.

“Estos cuentos cinematográficos los escribí de manera catártica y muy automática, y ahora me doy cuenta de que de algún lugar personal salen y reflejan algo profundo. Recuerdo que hace muchos años tuve una serie de episodios de estar al límite y perder el control, lo cual puede haberme influido”.

“En aquellas ocasiones me conecté con el placer de defenderme. Cosa que uno generalmente no hace. Reprimirse tiene un costo altísimo, conlleva un sacrificio psicológico tremendo y puede traer consecuencias graves”, agregó el cineasta, que sin embargo aclaró que actualmente, frente a las mismas circunstancias, no volvería a actuar de la misma manera.

“Alguna vez la grúa me llevó el auto o presencié tensiones en un casamiento. Este tipo de imágenes están en mi memoria, pero la verdad que la película está más dominada por la fantasía y la imaginación que por la realidad. Todo el proceso estuvo dominado por el placer y la libertad. Y el juego era no tener límites a la ahora de imaginar”, añadió Szifrón.

Vida y ficción

  • La segunda novedad es “Cae la noche en Bucarest” (“Când se lasa seara peste Bucuresti sau metabolism”), escrita y dirigida por Corneliu Porumboiu, con las actuaciones de Diana Avramut, Gabi Cretan, Bogdan Dumitrache y Claudiu Dumitru.

Estamos en pleno rodaje de una película. Paul, el director, tiene un romance con Alina, una actriz secundaria. El día siguiente es el último día de rodaje para Alina. Paul decide rodar una escena de desnudo con ella. Pero mañana será otro día. Paul se despierta por la mañana, enfrentándose a sus dudas y cambia de idea: en lugar de rodar la escena, le cuenta al productor que le duele la úlcera... Gradualmente la película y su vida se irán mezclando más y más, llevando al rodaje al un lugar inesperado.