El patrimonio de Augusto en el bimilenario de su muerte

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Proyecciones láser de colores muestran cómo lucía la fachada coloreada del Ara Pacis Augustae, comisionado tras las victorias del emperador Austo en Hispania y Galia.

Foto: EFE

 

Cristina Cabrejas

(EFE)

“Encontré una ciudad de ladrillos y os dejo una ciudad de mármol”. Con esta frase el primer emperador de Roma, Augusto, describió su legado antes de morir el 19 de agosto del 14 d.C. y ahora la capital de su imperio le rinde tributo con numerosos eventos para descubrir su patrimonio en el bimilenario de su muerte.

Durante este año se han organizado eventos en todo el mundo para conmemorar los 2.000 años de la muerte del emperador que expandió el imperio romano, pero a partir del 19 de agosto se multiplicarán las iniciativas en Roma para redescubrir cómo Augusto hizo de ella una ciudad imponente.

El día del entierro de Augusto se organizó una larga procesión funeraria desde Nola (sur de Italia) donde murió mientras visitaba la ciudad natal de su padre, Tiberio, hasta Roma, donde se cerraron todos los negocios por luto. Sin embargo, el día en el que se conmemoró su muerte se vivió en Roma una jornada de extraordinarias aperturas.

El 19 ppdo. el Ara Pacis, el altar conmemorativo dedicado a la diosa romana Pax para celebrar las victoriosas en las campañas en Galia e Hispania y el período de la paz impuesto por Augusto tras su regreso triunfal, abrió hasta la medianoche y mostró los colores originales de sus relieves que se esfumaron con el paso del tiempo. Gracias a proyecciones con láser, los espectadores pudieron observar cómo el monumento recuperaba su policromía original reconstruida tras años de estudios y gracias a los restos de pigmentos encontrados.

Además de los verdes de las decoraciones vegetales, los rojos pompeyanos de los frontones que representan la escena del Sacrificio de Enea o el Lupercal (que representa a la loba que amamanta a Rómulo y Remo), cobraron color las túnicas de la impresionante procesión de la familia de Augusto en uno de los laterales.

Ese mismo día también se pudo visitar el Mausoleo de Augusto, imponente monumento funerario que actualmente se está restaurando y que se abrirá de nuevo a las visitas en 2016, cuando está previsto que se terminen las obras.

A partir del 18 de septiembre, el Ministerio de Cultura italiano ha organizado “el recorrido de Augusto”, que comienza con la visita al Palatino, la colina donde residió la familia de Augusto y donde se podrán visitar habitaciones de la Domus del emperador que hasta ahora habían permanecido cerradas.

Las restauraciones hechas con motivo del bimilenario han permitido que salgan a la luz las pinturas murales, con maravillosas escenas vegetales, del antiguo triclinio de la Casa de Livia, la tercera y más amada esposa del emperador.

Roma organizará hasta finales de año dos exposiciones sobre la vida de Augusto, un convenio internacional en el Palacio Altemps y serán organizadas visitas extraordinarias en un total de once lugares relacionados con el primer emperador.

Se podrán visitar así la Cripta Balbi, nacida sobre un edificio de la época, el mausoleo de Cecilia Metea, construido inspirándose en el Mausoleo del emperador, y el Vico Jugario, el camino que partiendo del río Tíber atravesaba el Foro romano pasando por la basílica Julia, otro de los edificios construidos durante su imperio.

Continuará aún hasta el 27 de septiembre, el espectáculo “Foro de Augusto. 2000 años después”, uno de los actos más espectaculares de estos meses en el que se ha permitido gracias a proyectores láser reconstruir este espacio a partir de los restos arqueológicos.

La narración audiovisual y espectaculares imágenes reconstruyen el centro del imperio de Augusto, cuya construcción duró 30 años, y que estaba presidido por el templo en honor de Marte.

Sólo gracias a la tecnología se ha podido reconstruir la colosal estatua de Augusto, que los arqueólogos calcularon que medía once metros de altura.