Pulsos de la política provincial

Es necesario mantener la calma

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Fuerte cruce. El diputado justicialista Héctor Acuña y el ministro del Gobierno Rubén Galassi protagonizaron el enfrentamiento verbal de la semana, a causa de declaraciones del legislador.

 

Por Darío H. Schueri

El brutal encontronazo político entre el ministro de Gobierno, Rubén Galassi, y el diputado peronista Héctor Acuña terminó de confirmar nuestros presagios sobre un convulsivo inicio de la etapa preelectoral santafesina; situación que no es ajena a los zarandeos nacionales, pero necesita de la conviviente lucidez de la clase política que debe servir como ejemplo de armonía, y no como excusa para la violencia.

El diputado Acuña se aferró a escuchas telefónicas judiciales entre dos implicados en el narcotráfico rosarino (uno de ellos policía) ambos presos, que mencionan en sus diálogos al gobernador, para abonar terribles sospechas sobre el primer mandatario santafesino. El el ministro Galassi calificó al hecho como una “canallada”, concepto político esgrimido y ampliado por los senadores del FPCyS que en un áspero documento inspirado por senador por San Cristóbal Felipe Michlig rescató la figura del gobernador Bonfatti en su lucha contra el narcotráfico.

El aumento de la tarifa de Assa, la ruidosa renuncia del titular del Ente portuario de Santa Fe Marcelo Vorobiof, que será indagado por siete supuestas irregularidades, los cuestionamientos a la proyectada Tasa Vial y al “impuesto verde”, junto a la flaqueza de la obra pública, son algunos tópicos de la política oficial a las que el peronismo intentará asirse para cimentar su campaña electoral, y respecto de los cuales el gobierno acepta el lógico y genuino debate político. Pero vincular al mismísimo gobernador como supuesto beneficiario del dinero narco, es un límite que el gobierno frentista no está dispuesto a tolerar. Tampoco el peronismo, cuyos senadores salieron a respaldar la integridad moral del gobernador.

El entramado del armado

Las filigranas de los posibles armados políticos embelesan y angustian por igual a los actores de los distintos sectores de la vida política santafesina.

En el radicalismo, tras el tsunami en el florero que armó Mario Barletta luego de la foto con Del Sel pareciera que hay cierto sosiego, sobre todo con el socialismo que había observado con mucha curiosidad el acting del presidente de la UCR. En los últimos días, Bonfatti no dejó de tomarse fotos con el intendente de Santa Fe, José Corral, anunciando millonarios aportes provinciales para la ciudad capital.

De paso, los radicales vernáculos están a la espera de las paranoides definiciones del presidente del Comité nacional, Ernesto Sanz; ya que ahora se habla de Massa-Sanz. Da la impresión de que a Sanz todos los colectivos lo dejan bien en su parada final hacia la vicepresidencia.

El PRO santafesino anda tras la captura de los doscientos mil votos que dicen necesitar para apoltronar al actual (y futuro renunciante) diputado nacional Miguel Torres del Sel en el sillón del Brigadier. Para ello, aseguran, conversarán con todos los espacios que quieran aliarse a la patriada. Naturalmente el límite es el peronismo kirchnerista.

Del Sel se respalda en una amplia encuesta provincial encargada a la consultora Isonomía de Capital Federal, que lo ubica en el podio de los candidatos con posibilidades, junto al socialista Miguel Lifschitz que arrastra un amplio margen de desconocimiento, pero con la invalorable tracción del gobernador Bonfatti que ostenta nada menos que el 77% de imagen de gestión y el 75% de imagen personal.

El massismo, tras la deserción de Carlos Reutemann en el armado nacional intenta reagruparse. Hoy los adherentes del tigrense no se animan a invocar el nombre del “Lole”, y mucho menos a estamparlo en un afiche o pasacalle, ya que el ex gobernador prefirió subsumir su accionar político dentro de la homérica “unidad del peronismo santafesino”. Casi una entelequia; pero bálsamo anímico para el desconcertado peronismo santafesino.

A propósito, siguiendo el mandato del líder espiritual, mañana domingo en el estadio cubierto Ángel Malvicino del Club Unión de esta ciudad, el bloque de concejales del PJ servirá un multitudinario almuerzo “por la unidad” donde, dicho sea de paso, la gente de la agrupación Mesas de Trabajo anunció que no participará. Según ellos, “la unidad se tiene que hacer sobre la base de un proyecto político que contenga a todos, y no para repetir candidaturas de algunos”, disparó el conductor del sector, Gerardo Crespi.

En cambio, estará presente el titular del bloque de diputados “bielsista” Pablo Dibert, en el convencimiento de que “todo lo que convoque a la unidad del justicialismo es lícito”.

Los empresarios están muy atentos

La Bolsa de Comercio de Rosario celebró el jueves su 130º aniversario. El ambiente exudaba preocupación. Los asistentes -políticos y hombres de negocios- no dejaban de posar su mirada ansiosa sobre el Congreso Nacional que tendrá entre sus manos otra instancia histórica para el país, con insospechadas derivaciones cuando trate la ley de pago soberano de la deuda externa.

Son momentos en los que hay que mantener la calma, decían. En la Argentina de estos tiempos, no hay espacio para los intolerantes, sea cual sea el sector político o ideológico del que provengan.


Se confirman presagios sobre un convulsivo inicio de la etapa preelectoral santafesina; situación que no es ajena a los zarandeos nacionales.