A 40 años del estreno de “La Mary”

A 40 años del estreno de “La Mary”

La película argentina que protagonizaron Susana Giménez y Carlos Monzón se presentó en el recordado Cine Colón de esta ciudad el 2 de septiembre de 1974. Aquí, una reseña de un momento que para muchos santafesinos fue inolvidable.

TEXTOS. TOMÁS RODRÍGUEZ.

 

Hace cuatro décadas, la ciudad de Santa Fe se vio conmovida por el estreno del filme nacional “La Mary”, interpretado por Susana Giménez y Carlos Monzón, una película donde el prestigioso y afamado cineasta Daniel Tinayre cristalizó sus pasiones más allá de la pantalla y fue visto por casi un millón de personas.

A cuarenta años de su premiere, el 2 de septiembre de 1974, una película como “La Mary” resplandecía como un cuerpo extraño en aquel contexto de la cinematografía argentina.

Una multitud le dijo presente al acontecimiento cinematográfico, volcándose en forma masiva, con invitación especial o no, a la reconocida sala del cine Colón, en avenida Rivadavía al 2800 para albergar a entusiastas jóvenes y personas mayores de ambos sexos que pretendían estar cerca o recibir algún autógrafo de las figuras centrales, es decir, la popular pareja de intérpretes.

ÉPOCA DE CENSURA

“La Mary” cuenta una historia ajena a ese entorno formado por un público joven que ocupaba también las salas cinematográficas para ver “Estado de Sitio”, “Z” o las esporádicas funciones de “Último Tango en París” y “La Naranja Mecánica” antes de la censura y los secuestros de copias.

Detrás de “La Mary” aparecería un veterano lobo de cine como Daniel Tinayre con casi cuatro décadas de actividad, quien pensaba en la taquilla y en el plano perfecto en un mismo punto; un hábil hacedor de estrellas que en esos días fijaba más la atención en el teatro y la televisión que en su probable retorno a la cámara.

Asimismo, resultaba un apasionado simpatizante del deporte de los puños y un singular admirador de Carlos Monzón, a quien siguió con atención durante su trayectoria, observando personalmente o por televisión sus notables éxitos.

LAS PELICULAS DE “SU”

En ese entonces, Susana Giménez había interpretado en la pantalla grande papeles menores hasta “La Piel del Amor”, donde jugaba algunas escenas eróticas con Claudio García Satur, cuando pretendía ser una estrella, especialmente de la publicidad y el teatro, viviendo el después del éxito de “Las Mariposas son Libres”.

Carlos Monzón, en tanto, el 9 de febrero de 1974 volvía a defender su cinturón mundial de peso medio, dejándole el rostro amuchado de golpes al campeón e ídolo mexicano José “Mantequilla” Nápoles en sólo un puñado de asaltos, hasta el abandono previo al llamado de la séptima vuelta.

EL TALENTO DE TINAYRE

Daniel Tinayre, el marido de la actriz Mirta Legrand, famoso director cinematográfico, natural francés, nacionalizado argentino había observado varias peleas de Monzón y desde allí se le ocurrió la idea de reunir a la modelo y actriz junto al púgil en una historia de amor y sexo que transcurre en una geografía como la Isla Maciel, con el Dock y la Boca muy cerca, paisajes olvidados por el cine argentino de entonces.

Pero Tinayre se la juega y apuesta a todo o nada, trasladando su particular estética a los exteriores del sur de Buenos Aires para construir un relato ubicado en los años ‘40 del siglo pasado, donde la niña Gabriela Toscano interpreta a “La Mary” en los días posteriores al golpe de estado que derrocó a Hipólito Yrigoyen.

Para lograr el verosímil barrial, se parte de una novela de Emilio Perina y de la adaptación de José Martínez Suárez (cuñado del director cinematográfico) y Augusto R. Giustozzi con el propósito de aunar el estilo clásico pero desmesurado de Tinayre, director proveniente de la época de los estudios, al espectador de los años ‘70 que desconocía sus pares industriales y de las grandes empresas del cine argentino de antaño.

“La Mary”, en ese sentido, es varias películas en una sola: por un lado, el voraz protagonismo de Susana Giménez en un registro alto que encaja a la perfección para un personaje acusado de bruja, que hace lo posible por llegar virgen al matrimonio y que luego no desea tener hijos. Su rostro y sus gestos son certeros y concretos como si estuviera expresando un monólogo catártico que pretende ocultar a un personaje extremadamente frágil.

La voz de Monzón, en la piel de El Cholo, sería doblada por la de Luis Medina Castro y como resultado de una astuta maniobra de Tinayre y frente a las carencias actorales del boxeador, el filme agrupa a un notable plantel de intérpretes en roles secundarios. Entre otros, encarnando a los familiares de los personajes centrales, figuran Alberto Argibay (Raúl), Dora Baret (Sofía), María Rosa Gallo (Doña Consuelo), Ubaldo Martínez (Don Evaristo), Jorge Rivera López (Ariel), Leonor Manso (Luisa), Antonio Grimau (Tito) y hasta el talentoso Juan José Camero, antes de personificar a Nazareno Cruz.

Los cines céntricos y de barrios porteños vieron, a partir del 8 de agosto, cómo las butacas se llenaban para ver “La Mary”: casi un millón de espectadores le daría la razón a un cineasta que dejaría su último opus entre la niebla y los amaneceres de la Isla Maciel.

A su vez, Susana Giménez durante ese 1974, continuaría actuando en “La Revista de Oro”, junto a Jorge Porcel y una vedette clásica: se trataba de la infartante Nélida Roca.

Mientras tanto, cerca de fin de año, el 15 de octubre de 1974 Carlos Monzón le daría una paliza y tiraría al tapiz en el séptimo capítulo al australiano Anthony Mundine en el estadio Luna Park.

La actriz Susana Giménez se ubicó en el ring side; en tanto “Escopeta” Monzón levanta los brazos en señal de triunfo; pero ya no eran La Mary y El Cholo, sino una joven pareja del jet set local que, tal vez, esa misma noche, fueron a festejar su tórrido amor a la boite Mau Mau.

Volviendo al estreno, el 2 de septiembre de 1974 ante una enfervorizada multitud de todos los sectores sociales, tuvo lugar en el cine-teatro Colón de la ciudad de Santa Fe, la presentación del filme argentino “La Mary”, con la asistencia de figuras de relieve de la pantalla grande, del espectáculo, el deporte, la revista y el empresariado argentino e internacional.

El preestreno se realizó el 8 de agosto en los cines Atlas y Callao: en la primera sala se congregaron numerosas personas para observar el filme de Daniel Tinayre, de una duración de 107 minutos, con una importante inversión para esa época que trepaba los dos millones de pesos. La recaudación ascendió, en todo el país, a 55.353.148 pesos.

PALABRA DE LECTOURE

La muchedumbre congregada en avenida Rivadavia intentaba acercarse a su máximo ídolo, Carlos Monzón, impecablemente vestido: mientras los organizadores posibilitaban el ingreso del público que portaba la invitación especial, en tanto la inmensa mayoría quedaba afuera de la sala cinematográfica, ante la mirada atónita y sorpresiva del incomparable campeón mundial de la categoría Mediano.

El prestigioso adiestrador Amílcar Oreste Brusa, demasiado preocupado por el futuro de su pupilo, le había reiterado una vez más a Juan Carlos Lectoure la decisión del monarca de abandonar la actividad, descansar un tiempo y dedicarse al cine, señalando que él había aceptado su decisión.

Tito, que todavía mantenía buena relación con Brusa, trataba de calmarlo. Le dijo esa noche: “Tenga paciencia, Amílcar, usted es como un segundo padre para él, lo conoce más que yo, está en plena condición física y técnica; hoy está demasiado nervioso y contenido; le gusta la fama y ser el número uno del mundo”.

“Fíjese que sus amigos de la infancia, de la calle, de su barrio, de los clubes que frecuenta, los canillitas, los lustrabotas, los parroquianos que salían de los bares, los changarines de la estación de ómnibus y la gente humilde no pudo saludarlo y tocarlo, Carlos sufrió mucho. Para que ellos sean felices, tiene que regresar al ring y luego le ofrece el triunfo a su pueblo; usted lo sabe, Monzón nunca olvidó sus orígenes; aguarde unos días porque va a regresar al gimnasio”, aseguró Lectoure.

Según publicó un diario porteño de esa época, Brusa -masticando bronca- manifestó: “La Mary puede ser buena película, pero a los hombres del boxeo les hizo daño, nos quieren sacar a un campeón del mundo incomparable...”.

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AÑO DE ESTRENOS

La de 1974 resultó una temporada muy importante para la cinematografía nacional al estrenarse 39 películas. El menú incluyó La Historia de Martín Fierro (dirigida por Enrique Dawi); Quebracho (Ricardo Wullicher); Boquitas Pintadas (Leopoldo Torre Nilson); La Patagonia Rebelde (Héctor Olivera), Minguito Tinguitela Papá (Enrique Dawi); El Encanto del amor prohibido (Juan Batlle Planas, h); La Tregua (ópera prima de Sergio Renán); El amor infiel (Mario David); El sexo y el amor (Armando Bó) y Rolando Rivas, taxista (Julio Saraceni), entre otras.

Lamentablemente, después de la muerte del presidente Juan D. Perón llegarían al país momentos muy difíciles debido a una incomprensible censura y los secuestros de copias.

MONZÓN EN EL CINE

Carlos Monzón se coronó campeón del mundo de peso medio el 7 de noviembre de 1970 frente a Giovanni “Nino” Benvenutti, en Roma; tiempo después el mundo de la cinematografía se interesó en él, a partir de “La Mary” que fue el primer filme que lo tuvo como protagonista, y también el más recordado.

Más adelante, con el asesoramiento de su amigo, Alain Delon, actor, productor y director de cine, el sanjavierino comenzó a recibir propuestas para ser modelo en Europa. A partir de allí se convirtió en una figura de la farándula en el Viejo Mundo y así lo reflejaban diarios y revistas especializadas.

En cuanto a la actuación de Monzón, el destacado crítico cinematográfico Salvador Sammaritano escribió en el semanario deportivo Goles: “Tiene ángel y fotogenia; se mueve bien y puede transmitir distintos estados de ánimo. Sus problemas están en la recitación de textos”.

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“SHOCK” DE JABÓN CADUM

La actriz Susana Giménez, muy elegantemente vestida, acaparaba la admiración de los jóvenes santafesinos, quienes la recordaban por el famoso “Shock” del jabón Cadum. En cine había interpretado papeles menores hasta “La piel del amor”, donde jugaba algunas escenas eróticas con Claudio García Satur.

Se la consideraba también una joven estrella, especialmente de la publicidad y el teatro, tras el sonado éxito en las tablas de “Las mariposas son libres”. Con una sonrisa en los labios mostraba su respeto y agradecimiento al experimentado actor Ubaldo Martínez, Marikena Monti y charlaba de forma amena con los productores Guillermo Cervantes Luro y Ricardo Tomaszewsky.

En el plano internacional se había producido la dimisión del presidente de EE.UU., Richard Nixon, y la asunción de Gerald Ford, siendo la última y decisiva crisis debido al “Watergate”.

En esa etapa de la vida local, eran famosas las reuniones danzantes, en las instituciones barriales, en “Ferroviario ‘74”, se presentaban Tropical Santa Fe, Habana Combos, Los Reyes de la Cumbia y Astral (con la voz de Carlos Espíndola).

En República del Oeste los grupos que actuaban eran el Trío Rubí, Los Palmeras, Oscar Rodríguez, El grupo Caravana (PUD); en tanto, en el Centro Gallego había un Desfile de Variedades y la actuación de ocho conjuntos orquestales de esta ciudad y de Paraná; para la colectividad la sensacional presentación de “Los Gaiteros de Buenos Aires”, en honor de Santiago Apóstol, con la adhesión de la Unión Feriantes de Santa Fe.

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