Del dicho al hecho
Del dicho al hecho
En INTA Oliveros los organismos públicos y los privados lograron amplio consenso sobre el uso de Buenas Prácticas Agrícolas y el control como el camino a transitar.
Federico Aguer
Tal como detallamos en el informe central de hoy, el pasado miércoles se dio un hecho poco usual en la Argentina de hoy: que el campo y el gobierno nacional se pongan de acuerdo en algo. No es poca cosa, teniendo en cuenta que el mismo día se sancionaba en Buenos Aires la Ley de Abastecimiento, duramente criticada por los representantes del sector rural y por ámbitos empresarios: un tema que promete más dolores de cabeza que soluciones al problema de la inflación, y que desnuda las verdaderas intenciones de apropiarse del “canuto” que los productores recelan dentro de los silobolsas.
Pero en Oliveros, lejos de los discursos de barricada, los mismos representantes de los ámbitos oficiales coincidieron en la importancia del sector agropecuario para la generación de divisas. Y remarcaron la necesidad de preservar la salud humana de la mano de las Buenas Prácticas Agrícolas y el control de las aplicaciones, a caballo del rediseño de un esquema agrícola integral que apunte a la sustentabilidad y la eficiencia.
Las Pautas sobre Aplicaciones de Productos Fitosanitarios en Áreas Periurbanas, publicado el año pasado, asoma como el documento que sustente una ley nacional de agroquímicos que ayude a esclarecer el debate y siente las bases de un principio de acuerdo al tema.
La contracara del evento estuvo en las ausencias de los legisladores santafesinos, que tienen en carpeta un proyecto de ley para modificar la ley 11.273, y que teniendo en el “patio de su casa” una jornada de capacitación sin precedentes, prefirieron no asistir.
Del dicho al hecho hay mucho trecho, y lograr consensos nunca es fácil cuando el tema es polémico. Pero apostar por el sustento científico, la razonabilidad y el sentido común demostró ser un camino que puede llevar a las soluciones de otros problemas que debe resolver el país.