En el Museo Rosa Galisteo de Rodríguez
En el Museo Rosa Galisteo de Rodríguez
Con el sello del Coro Polifónico
El organismo provincial dio muestras una vez más de su permanente calidad. Foto: Pablo Aguirre
Lilia Bachini
* Dedicado a Bruno Barsotti
Con la particularidad de haber sido un concierto con sonido “disonante”, pero muy bien ensamblado (aunque parezca contradictorio sonaba armónico e impecable) fueron varias obras las que interpretó el Coro Polifónico Provincial bajo esta propuesta musical. En primer lugar, tres canciones referidas a las flores como I. Hide Myself (poema de Emily Dickinson). Después interpretaron “Con un lirio en la mano”, con letra del poeta español Federico García Lorca, cantándole también a la esperanza, a la vida, al amor y especialmente agradeciéndole a Dios por todos los hermosos días que vivimos.
A continuación llegó la parte jocosa: “Animal Crakers I y II”, para coro y piano con textos de Ogden Nash. Varios animales como la pantera, la vaca, el canario, y otros producen sonidos que nos mueven a la risa. Esto fue lo que ocurrió, porque en las interpretaciones de los sonidos de animales se notó un gran trabajo que terminó con un efecto sonoro muy bien logrado, que por supuesto cautivó al público fiel del Coro Polifónico.
Llegó el turno de “ Leonardo dreams of his flynng machine” con texto de Antony Silvestri para coro y percusión. Es aquí donde se vio la acertada elección del maestro Alejandro Molina, quien reemplazó al director titular Sergio Siminovich. Molina eligió cinco canciones hebreas de amor, para coro violín y piano. Esta seguidilla de canciones fueron motivo de una gran ovación por parte de los espectadores, que al grito de “bravo” vitorearon al Coro Polifónico una vez más.
Quisiera en este breve comentario referirme y destacar las condiciones y sensibilidad de Alejandro Molina, quien tuvo la deferencia de explicar las distintas secuencias de las diferentes obras al público.
Ya sobre el final interpretaron a “capella” un homenaje a los madrigalistas ingleses del siglo XVI, nuevamente con textos de Antony Silvestri. En este pasaje, hubo un pequeño desliz en la afinación, lo que en la jerga coral se llama “calado”, aunque fue imperceptible para muchos; los que alguna vez hemos cantado nos dimos cuenta y es por eso que lo que se valora es la interpretación en su conjunto y no algunas partes, porque obras como éstas no las interpreta cualquier coro, ni cualquier solista. Sabemos de la calidad del Coro Polifónico y sus solistas.
En síntesis podemos concluir que fue un hito más en la riquísima histora del Coro y sus protagonistas, que como siempre han aportado un granito de arena más a la cultura de nuestro pueblo santafesino interpretando y enseñando verdaderas y deliciosas joyas musicales.