Una residencia para los estudiantes del interior

El Colegio Mayor Universitario cumple 60 años de trayectoria

Con 86 estudiantes viviendo en 8 casas residenciales, la institución celebrará su aniversario en octubre. Recuerdan el legado de los sacerdotes Leyendecker y Rosso.

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El rector José Luis Ambrosino (en la cabecera) junto a Miguel Fauda, uno de los estudiantes fundadores; el vicerrector Jorge Jourdan y los actuales residentes y una egresada. Foto: Guillermo Di Salvatore

 

De la Redacción de El Litoral

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Corría el año 1954 cuando el padre Ernesto Leyendecker y un grupo de jóvenes miembros del entonces Ateneo Universitario y de la Acción Católica Universitaria decidieron fundar una residencia destinada a los estudiantes del interior que venían a Santa Fe a realizar su formación profesional. Lo hicieron bajo el modelo de los colegios mayores europeos, con el objetivo de favorecer la formación integral de los estudiantes universitarios desde la libertad, la vocación de servicio y un diálogo entre la fe y las ciencias.

Desde entonces, varias generaciones de jóvenes que llegaron a nuestra ciudad a realizar su carrera académica encontraron en el ámbito del Colegio Mayor Universitario un espacio de desarrollo personal, de amistad y de formación humanística, y hoy se desempeñan en distintos puestos laborales a lo largo de la provincia, del país e incluso del exterior.

El padre Atilio Rosso tomó la posta de presidir la institución a partir del año 1967 y hasta su fallecimiento en 2010, tras lo cual quedó a cargo el actual rector, José Luis Ambrosino.

El Colegio Mayor cuenta con una residencia central, ubicada en San Jerónimo 3328, donde está el comedor universitario y que además es la sede administrativa del Movimiento Los Sin Techo. En total, alberga a 86 estudiantes universitarios y terciarios distribuidos en 5 casas de varones y 3 de mujeres, ubicadas todas en la zona céntrica de la ciudad.

“Nuestro trabajo se apoya en dos premisas: la excelencia académica y la solidaridad social que incentivamos a partir de un clima de convivencia, estudio y respeto mutuo. El estudiante del interior llega acá y sabe que se incorpora a la residencia aún siendo no creyente o de otra religión. Todavía mantenemos las misas dominicales, las actividades de convivencia y las charlas de formación que dictan los más experimentados”, explicó Ambrosino, junto al vicerrector de la institución, Jorge Jourdan.

Libertad y acompañamiento

La mitad de los actuales residentes proviene de Entre Ríos, pero también hay estudiantes del interior de la provincia de Santa Fe (principalmente del norte), de Formosa, Corrientes, Misiones y Chubut. “El plus que tiene un estudiante que llega al Colegio Mayor es que no está sólo, ya que convive con otros jóvenes. Se siente acompañado en todo lo que necesita y eso, para alguien que está lejos de su familia, es muy importante”, destacaron Gonzalo Peresón, estudiante y decano del Colegio Mayor, junto a las residentes Maricel Del Zotto y Constanza Abelenda.

Los jóvenes también se forman como personas al asumir el compromiso de llevar adelante cada residencia, dado que integran los “consejos” que dirigen cada casa. Se suman, asimismo, a actividades de voluntariado para ayudar al más necesitado, con el fin de adquirir una conciencia social que redunde luego en su vida profesional.

“Muchos de los universitarios viven en el Colegio Mayor durante toda su carrera por convicción. Soy testigo de la libertad que existe allí ya que nunca profesé la religión y viví en la residencia durante 6 años y medio”, aportó la ex residente Cecilia Aramburo, quien aprovechó la oportunidad para invitar a todos los que pasaron por la institución a sumarse al reencuentro.

Leyendecker y Rosso

Ambrosino destacó el legado de los sacerdotes Leyendecker y Rosso. “En su época, Leyendecker era un referente, un hombre muy talentoso, de mucha valentía en lo religioso y en lo político porque le tocó vivir una época difícil, de pleno conflicto de la Iglesia con el poder político. Siempre tuvo una presencia militante, que le costó persecución y hasta calabozo. Era un filósofo humanista-cristiano, que además de crear el Ateneo y el Colegio Mayor fue co-fundador de la Universidad Católica de Santa Fe. Creía en la libertad y el pluralismo filosófico, y por eso a veces fue discutido hasta por los miembros de la Iglesia”, consideró.

La preocupación por la educación llevó a los residentes del Colegio Mayor a las luchas universitarias que caracterizaron sus primeras décadas. La irrupción de las dictaduras, las vivencias religiosas de apertura nacidas con el Concilio Vaticano II, el advenimiento en un pensamiento histórico que predicaba la necesidad de un compromiso con los pobres, cuestionaron en distintos momentos a los jóvenes de la residencia. El dolor que atravesó la Argentina a partir de 1976, fue sentida en carne propia por el Colegio Mayor que tuvo a ex residentes muertos y desaparecidos.

Atilio Rosso, que se recibió de doctor en Química y luego hizo su opción religiosa, llega a la conducción del Colegio Mayor en 1967. “El sacerdote vivió riesgos altísimos en épocas de convulsión del país y sobrellevó la última dictadura. En esos años empezó a trabajar con los sectores populares y ya con el advenimiento democrático de 1983, extendió su actividad a los barrios periféricos en las áreas de oficios, vivienda, salud y educación, dando origen al Movimiento Los Sin Techo”, recordó Ambrosino.

El rector cerró con una reflexión: “Aún en las épocas más complejas del país, el colegio nunca se disolvió porque siempre fue pluralista. Ésa es la impronta antropológica no negociable que caracterizó a la institución hasta nuestros días”.

El dato

Actos y festejos

  • Entre los eventos a realizarse se destacan el acto académico y artístico a realizarse el sábado 11 de octubre, a las 20, en el Teatro Municipal 1º de Mayo, que contará con la presentación de la Banda Sinfónica Municipal y la participación del tenor Juanjo Cura (de Rosario). Ese mismo sábado, se realizará una jornada de encuentro de ex residentes en la casa central del Colegio Mayor Universitario, sita en San Jerónimo 3328. El domingo 12, a las 11 horas, se celebrará la misa en la quinta de Monte Vera, y luego habrá un almuerzo de confraternidad con importantes premios (incluye un automóvil). Las tarjetas pueden adquirirse al Tel. (0342) 4524260, E-mail: [email protected]
 

Los inicios

  • Miguel “El Pibe” Fauda, como le dicen desde su época de estudiante, llegó a Santa Fe a estudiar en el año 1953 y la única referencia que tenía era el Ateneo Universitario. “Estaba enfrente de la Facultad de Ingeniería Química y se ocupaba de buscarnos dónde vivir a los que llegábamos de afuera. Viví en una pensión, luego en otra, hasta que con otros estudiantes de Ingeniería Química recalamos en una casa de Crespo y 25 de Mayo en el año 1954. Ahí nos organizamos y eso se convertiría luego en el Colegio Mayor”, contó.

“Más adelante -recordó- fuimos tomando otras casas, como la de Crespo y 25 de Mayo, Crespo 2487 (una casona donde vivían y tenían su comedor los de Abogacía), 25 de Mayo 1810 a la que llamábamos El Cabildo; también fui jefe de la residencia de los Del Sastre. Los encargados teníamos que organizar a los ingresantes que debían traer su ropa de cama y pintar la pieza cuando se iban”.