Inseguridad en el acceso a la ciudad por autopista

Comisaría 28: reconocen la falta de recursos y de intervención estatal

El jefe de la Comisaría Nº 28 del barrio Barranquitas defendió el trabajo del personal de la seccional, ante los reiterados ataques a vehículos en la autopista. Como la delegación policial no tiene teléfono de línea, utiliza su propio celular.

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Según los agentes policiales, la cercanía de las viviendas a la autopista constituye, además de un riesgo para las personas, una dificultad para trabajar. “Si estuvieran más atrás, podríamos circular mejor para controlar el lugar”, consideró López. Foto: Guillermo Di Salvatore

 

De la Redacción de El Litoral

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En el contexto demarcado por la creciente inseguridad en Santa Fe, son frecuentes los ataques a automovilistas en los semáforos de la autopista Santa Fe-Rosario, en la zona del cruce con calle Iturraspe. El último episodio que tomó estado público ocurrió entre el jueves y el viernes de la semana pasada, e inmediatamente las miradas apuntaron -y cuestionaron-, al accionar de los efectivos policiales de la comisaría Nº 28, ubicada en esa intersección, a escasos metros de donde ocurrieron los ataques. Pero el jefe de la delegación, el comisario Carlos López defendió el trabajo de la fuerza, aunque también reclamó recursos para mejorar la atención y pidió enfáticamente que se atiendan los problemas “de fondo” de la zona.

Según publicó El Litoral oportunamente, voceros de la Agencia de Seguridad Vial informaron que en los ataques sobre la autopista resultaron dañados ocho coches por la presencia de adoquines en el acceso. Posteriormente también fue noticia la comisaría: “Los policías llegaron caminando al lugar porque no tenían patrullero porque está roto y la ‘28’ no tiene teléfono”, destacaron las crónicas periodísticas sobre el episodio, aunque desde la Subsecretaría de Seguridad Pública de la provincia minimizaron la situación. De todas maneras, tras tomar estado público el hecho asignaron el móvil Nº 4377, en reemplazo del patrullero averiado que estaría reparado hoy.

En tanto, El Litoral consultó al subsecretario provincial de Seguridad Pública, Diego Poretti, por el caso en sí y por la línea telefónica de la comisaría, quien confirmó que “nunca tuvo”. En ese sentido, el funcionario señaló que “por un problema con la empresa” no cuenta con el servicio, pero que “eso no hace a la operatividad de la comisaría”. Es que para tomar contacto con la fuerza, está disponible el código 911 y “se dejó de divulgar los números de las comisarías”, remarcó Poretti. Asimismo, los agentes policiales también cuentan con el sistema de radiocomunicación policial.

Al servicio de la comunidad

Más allá de las explicaciones esgrimidas por el subsecretario Poretti, el comisario Carlos López consideró que en la zona es el trasfondo social, marcado por la pobreza y la violencia, lo que merece atención urgente. Y una vez más la vinculación entre la ausencia del Estado, la pobreza y la delincuencia se vuelve fácil, obvia y tangible.

—¿Cuál es el problema de fondo?

—El crecimiento del asentamiento a la vera de la autopista, sobre la mano del sur. Nosotros hacemos nuestro trabajo, pero ahí hay gente que espera que nos retiremos para hacer maldad. Las 24 horas, es una vigilancia mutua. Si nos vamos 10 minutos hacen un desastre, si pasan 25 autos los golpean a todos. Y después se dice “la policía no hace nada”. Es fácil echarle la culpa a la policía, yo vengo de ahí y pasé un momento muy complicado.

—¿Qué es un momento muy complicado?

—Ir caminando por un pasillo y tener 4 ó 5 tipos que se van cruzando entre rancho y rancho. O están provocando o hicieron algo o nos pueden recibir a balazos. El móvil ha recibido montones de piedrazos y se escuchan detonaciones. En cambio, la mano de enfrente está más controlado porque hicieron planes de vivienda de Los Sin Techo, iluminación, marcaron calles.

—Evidentemente las obras y la presencia del Estado cambian el panorama.

—Lejos. Y es un bien para todos, incluso para nosotros. No obstante seguimos trabajando y no me quiero meter en otros temas, puede traer problemas. Yo me hago cargo, fui recién, estuve pisando el barro y cualquier ser humano se da cuenta de lo que pasa ahí. Nosotros no podemos cambiar eso. El fin de semana, estuvimos ahí todo el tiempo y no hubo hechos.

—¿Estuvieron en el barrio las 24 horas?

—Claro. Si no pasan más hechos es porque nosotros estamos. Esto no es joda y yo también tengo que cuidar al personal, acá todos tienen familia.

—¿El hecho de que hayan colocado otro semáforo en el cruce de calle Gaboto complica la situación cuando los vehículos se detienen?

—No quiero opinar de eso.

—¿El teléfono fijo es necesario en la comisaría?

—Por supuesto. Nosotros tenemos la frecuencia radial de la policía, pero el teléfono es más útil para llamar a los fiscales o jueces cuando tenemos aprehendidos.

—¿Cómo se comunica ahora si necesita hacer una llamada?

—Con el mío, está a disposición. Nos comunicamos con mi teléfono celular al sistema central de Orden Público. Llamamos a la central y nos devuelven el llamado, por eso a veces se demora la llamada si está ocupado, si no llaman al toque.

—La ecuación parece fácil entonces: a mayor recurso, mejor atención.

—Exactamente.