Crimen Nº 116
Muerto a tiros en Playa Norte
La víctima tenía 18 años. Se encontraba en la zona de Riobamba al 8600 cuando recibió varios disparos de escopeta. Murió luego en el hospital Cullen.
Personal policial se internó en los peligrosos pasillos de la villa, aunque no logró dar con los responsables del homicidio. Foto: El Litoral
Danilo Chiapello
Faltaban algunos minutos para las 15 cuando en Guadalupe se escucharon varios estampidos de armas de fuego.
El inconfundible sonido, que provenía de la zona de Playa Norte, permitía imaginar un nuevo hecho de violencia lo que alteró un grado más la ya precaria tranquilidad de los vecinos del lugar.
Al ruido de los balazos se sumó el sonido de las sirenas de varios patrulleros los que arribaron a la zona, a toda velocidad.
Para esta parte ya nadie pudo dudar de que un hecho de sangre había acontecido.
El arribo de los uniformados se produjo en momentos en que el sector de Riobamba al 8600 estaba convertido en un real campo de batalla.
Dos grupos de malvivientes saldaban sus cuestiones a tiro limpio en plena calle, en medio de corridas y bajo el estrépito de los disparos.
Pero como suele ocurrir, ni bien los policías asomaron sus narices los sujetos dejaron la disputa a un costado e hicieron causa común, abriendo fuego contra los agentes.
La secuencia prosiguió con tres de los rufianes escapando del lugar a la carrera, mientras que un cuarto joven quedó tendido en el piso.
Un rato después, el herido era ingresado al hospital Mira y López en gravísimo estado. El infortunado presentaba varios impactos de bala, en realidad, perdigonadas de escopeta que lo habían lesionado a la altura de cuello y tórax.
Suministrados los primeros auxilios, el joven fue derivado al hospital Cullen donde, pese a los esfuerzos realizados, se produjo su deceso.
La víctima resultó ser José Ignacio Ferreyra, de 18 años, quien se domiciliaba no muy lejos del lugar donde fue herido de muerte.
Desde el lugar del suceso, los pesquisas de la sección Homicidios se incautaron de un cartucho, calibre 16, el que estaba percutado.
En medio de la conmoción propia del hecho, los agentes se internaron entre los pasajes de la villa, aunque no lograron dar con los partícipes del hecho.
La muerte de Ferreyra cerró un patético fin de semana largo, el que dejó como saldo 7 muertos.
