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“El manuscrito secreto del Unicornio”

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“LA DAMA DEL UNICORNIO”, tapiz. En la nota, Allassia alude a su último libro, “El manuscrito secreto del Unicornio”, publicado por la Asociación Argentina de Lectura, Buenos Aires.

 

María Guadalupe Allassia

“¿Qué habrá soñado el Tiempo hasta ahora?/ Ha soñado el libro, ese espejo que siempre nos revela otra cara.../ Ha soñado el jazmín que no puede saber que lo sueñan...” (Jorge Luis Borges).

Las uvas eran dulces y yo las comí. Uvas moscatel. Colgaban de la parra, cielo verde y deseado desde mi pequeña estatura de seis años. Sé que fueron las uvas, que soñaban que alguien las soñaba. Entre los jazmines enredados entre las uvas, la Fantasía, también verde y azucarada, dibujaba una espiral de sueños, airecito de constelaciones y sortilegios extraños.

Yo me hamacaba y veía caer de las uvas, los sueños entrelazados en historias, personajes de maravilla, laberintos de sol y jazmines.

¿Eran las uvas, perlas mágicas, que a goterones caían sobre mi pensamiento ingenuo y desmedido? ¿O eran espejitos ovales que multiplicaban la luz de los pajaritos-flores transformándolos en historias que nunca sucedieron? De noche, la luna se comía la miel de mis ensueños. Pero las historias ya estaban en mi cabeza. Para deshilarlas después, todavía ahora.

¿Cuántas lunas pasaron?

¿Cuántas uvas?

Las historias permanecen en la hamaca que nunca dejo.

Como ésta, la del Unicornio. Me parece verlo todavía sobre el aljibe mirando la luna que dormía en el fondo del pozo.

Así vino caminando lento, entre las páginas de libros con perfume a verano.

El Unicornio me buscó en el aljibe, en la hamaca vacía a la caída del sol. Me encontró en el temblor de los azules y se sentó en mi libro con un manuscrito secreto que nunca vi y que guarda laberintos, signos inexplicables, anagramas, números, puertas, caminos, esferas de colores, palabras, conjuros poéticos, espejitos, lunas y membrillares.

El libro suelta un río de estrellas que no veo, pero que brillan en mis ensueños de cometas. Aparece un ángel, quien abre el misterio del relato con la luz, entre el perfume de las lavandas y la música de Mozart. Hay una casa con cerezos que tiembla en rojo y una pastorcita, con ponchito de lana con olor a menta, con un arpa mágica. En mi libro también hay galaxias, planetas y seres espaciales. Hay siete niños y un perro que navegan en el misterio.

Magia. Magia. Magia. Aparecen también seres maravillosos y palabras de amor.

Es un viaje a través del tiempo y del espacio, donde los personajes juegan con aquella dulzura que yo tuve en mi infancia; con la poesía, el arte, la música de Mozart y el pensamiento, para llevar la paz y el amor a la humanidad.

Mientras las uvas siguen creciendo en aquella lejana casa y la hamaca vacía viene y va, viene y va, el libro, mi libro, se llenó de luciérnagas y mariposas blancas, como el Unicornio de Gaudí.

En la primera página se advierte: “El Manuscrito Secreto del Unicornio, enigma de una fantástica historia, de misterio, magia y amor, se oculta dentro de este libro y de la luz. Cuando estas páginas sólo sean polvo, persistirá el misterio y no la explicación”.

Para los niños y grandes que quieran volar entre las galaxias de las palabras, subidos al carrito de oro del Unicornio, se los invita a caer en el hechizo, el 18 de diciembre de este año, en los salones de la Alianza Francesa -Chateau Rose-.

No habrá conjuro poético que salve al espectador de la magia.

Ni Mozart, que entre mariposas blancas, seguirá con su música elevándose en el cielo.

Temblando en el azul.

El Tiempo habrá soñado que Alguien lo sueña.