Buenas Prácticas Agrícolas en Pujato

El dilema del control o las distancias

En un taller de capacitación, analizaron los alcances de la ley 11.273 en materia de control de las aplicaciones aéreas y terrestres apuntando al trabajo conjunto con los municipios y comunas. Presentan nuevas tecnologías locales de agricultura de precisión.

Campolitoral

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La semana pasada, un nutrido grupo de asistentes se congregó en la base del aeroplicador Mauricio Fargioni de la localidad santafesina de Pujato para compartir una dinámica jornada de capacitación sobre Buenas Prácticas Agrícolas. El evento también sirvió para compartir las últimas novedades en materia de nuevas tecnologías desarrolladas localmente para los aplicadores de todo el país.

El Ing. Agr. Horacio Pennino, de la Subdirección de Agricultura y Sanidad Vegetal del Ministerio de la Producción de Santa Fe, destacó el trabajo realizado desde su área en el control de la aplicación de la Ley 11.273, en este caso para colaborar en la regularización de las empresas agroaéras que todavía no lo hicieron.

“A nuestra dependencia le corresponde el control de la ley provincial de agroquímicos, que estipula un control a todos los eslabones de la cadena, desde los elaboradores hasta los aplicadores, incluso el uso de los bidones vacíos, habilitaciones, inscripciones, etc. Trabajamos detrás del objetivo de inscribir a todos”.

Pennino también rescató la importancia de eventos de esta índole, ya que la otra parte de la ley es la conexión con comunas y municipios para optimizar la aplicación, regulando las maneras de trabajar, fiscalizando las aplicaciones y las capacitaciones a operarios terrestres primero y aéreos luego, en conjunto con INTA, las universidades, colegios de agrónomos, etc.

“En localidades como Arequito, Chabás o San Jorge se ha implementado este trabajo conjunto y exitoso. Sin embargo vemos que la problemática se replica por los medios y la percepción de la gente es que el sistema no está ordenado, pero las comunas se están incluyendo y nos están llamando para hacerlo. Nos interesa que las ordenanzas tengan una aspecto práctico que se pueda controlar. Deben ser ordenanzas simples y entendibles, que normalicen cada aplicación, con la firma de un agrónomo que la autorice, que se lleve e la comuna para que ésta lo sepa y la habilite, con un profesional que la fiscalice (desde que llega el equipo hasta que se va), todo controlado y fiscalizado, sumado a la buena capacitación del aplicador. En este caso, estamos trabajando con aplicadores habilitados, y en un futuro queremos incluir a los productores que tienen equipo propio a quienes debemos también capacitar”, manifestó el funcionario provincial.

Capacitación versus miedo

Consultado sobre las últimas denuncias sobre aplicaciones de productos agroquímicos fuera de control en algunas localidades de Santa Fe, el funcionario opinó que “hay un miedo desmedido con este tema. Hay controles, pero esos controles tienen que dejar una constancia en papel con las condiciones ambientales, el viento, etc. Aconsejamos que en los bordes pongan una manga o bandera par que el ciudadano vea para dónde va el viento”.

Además, clamó por un mayor compromiso de todas las partes involucradas para resolver un tema siempre polémico. “Un manejo eficiente de plagas reduce las aplicaciones, por eso necesitamos el compromiso de los agrónomos, las comunas, etc. Estamos ajustando las multas para que esto se corrija, perfeccionando el control de manera permanente. Desarrollamos un sistema llamado Sistema Fitosanitario Santafesino (SIFISA) que está en línea, y donde queremos incluir las normas de cada comuna, para que cada aplicador sepa las normativas de la comuna donde va a trabajar”. E insistió que “con capacitación se baja el miedo. En pueblos como Firmat, por ejemplo, esto se logró y hoy no hay denuncias, todo sin la necesidad de regular las distancias. Hablo de control, no de metros, si las cosas se hacen bien y se controlan bien y las comunas se meten las cosas funcionan”, dijo, aclarando que esto no pretende reafirmar el sistema productivo actual, “pero es una manera de avanzar”.

Tecnología de Santa Fe

A manera de cierre, el Ingeniero Mecánico Luis Slaboch explicó los pormenores de los equipos para agricultura de precisión orientados a la actividad aérea que su empresa desarrolla desde la ciudad de Santa Fe. En este sentido, remarcó que los aeroaplicadores vienen incorporando la última tecnología para hacer más eficiente la aplicación de productos fitosanitarios. “Lo venimos desarrollando desde hace años y hoy cuenta con todo lo que necesita un piloto aeroaplicador. Tiene funciones de navegación que lo ayudan a ir y venir eficientemente desde su hangar hasta su lugar de trabajo, sistemas para alarmas contra obstáculos para un vuelo más seguro, sistemas de control automático de caudal para que el piloto se pueda abstraer de las dosis a aplicar, la posibilidad que la dosis sea variable en función del lugar donde está aplicando; características que permiten una aplicación mucho más segura”, sostuvo. Se trata de un equipo ampliamente aceptado en el país, con unos 400 ya instalados en la Argentina y con perspectivas que esto siga, colaborando con una mayor eficiencia a la hora de una_ aplicación efectiva que reduzca el impacto en el medio ambiente a un costo más accesible que las tecnologías importadas. Finalmente, sostuvo que si bien a esta industria le “pegan” las crisis del sector, “creo que a largo plazo hay que pensar que en una decena de años las población mundial se va a duplicar y nuestro país tendrá gran protagonismo a la hora de alimentar al mundo, y esa es una apuesta que queremos seguir haciendo”, dijo Slaboch.

Finalmente, el mismo Fargioni realizó una demostración de las virtudes del equipo de Agricultura de Precisión, del cual dijo, presenta enormes ventajas para facilitar el trabajo de los aplicadores aéreos.

 

El dato

Pasando en limpio

En febrero y marzo, el Ministerio de la Producción junto con la FEARCA (Federación de Cámaras de Aeroaplicadores), iniciaron un trabajo de inscripción de las empresas, detectando más de 100 aeronaves en unas 70 empresas que trabajan en la región, y están trabajando para inscribir a todas en el sistema para el año que viene.