Pulsos de la política provincial

Inseguridad: lo urgente no debe distraer lo importante

Darío H. Schueri

Pasó por Santa Fe el líder de la Fundación Conín, Dr. Abel Albino, cuyo mayor postulado es propender a la alimentación de los niños en su primera etapa evolutiva para evitar que se conviertan más tarde en débiles mentales que no podrán aprender ni desarrollarse, afectando de esa manera su futuro y el capital humano del país.

El problema alimentario, junto al déficit de hábitat y las paupérrimas condiciones en que viven millones de familias en la Argentina, son el caldo de cultivo perfecto para la drogadicción y la delincuencia. No alcanzarán los policías -ni las cárceles- para custodiar a una población que convive con una inmensa fábrica de desposeídos sin futuro.

Esto viene a cuento por el pueril debate que caló en la “sociedad política” santafesina a raíz de las urticantes declaraciones del senador nacional Carlos Reutemann respecto de la inseguridad y el narcotráfico en la provincia. Unos se subieron al caballo descriptivo del dos veces ex gobernador para alimentar el menú discursivo preelectoral; otros optaron por descalificar en duros términos a Reutemann tirándole muertos y expedientes por la cabeza. El gobernador Bonfatti le pidió que presente proyectos; mientras el ministro Galassi habló de la herencia social de los vituperados años 90, en los que gobernó el actual senador nacional.

Las referencias apuntaban a un proceso de degradación social cuyas consecuencias no sólo no se apagan, sino que ya avanzado el siglo XXI da la impresión de que sigue vigente pese a las buenas intenciones de los gobernantes.

De nada servirán las afiebradas iniciativas parlamentarias tendientes a endurecer el marco jurídico represivo y condenatorio para quienes delinquen si no se atacan las causas. Los programas provinciales “Abre” y “Vínculos” son ejemplos que se deben profundizar, para lo cual hay que destinarles el presupuesto necesario, aún a costa de atrasar alguna obra pública.

Dentro de un marco general que el senador peronista Raúl Gramajo -por otros motivos circunstanciales- definió con las palabras “a partir de ahora todo será campaña”, la clase política tiende a repetir el baile sobre la cubierta del Titanic. El exabrupto del senador nacional kirchnerista Miguel Pichetto (quien luego pidió disculpas a su par santafesino Rubén Giustiniani) al calificar a Santa Fe como la “nueva Medellín”, no fue un dislate aislado. Forma parte de la estrategia de endosarle a una provincia no gobernada por el oficialismo un problema que tiene su epicentro en el Gran Buenos Aires y las porosas fronteras nacionales que permiten el paso de droga y personas casi sin control.

Pruebas de pista

La increíble “unidad del peronismo” comenzó desflecada luego de que María Eugenia Bielsa negara su participación en la primera convocatoria formal del presidente del PJ, José Luis Freyre, pese a que éste, junto a Rossi, Ramos y Perotti juran sobre la Biblia que Bielsa estuvo. Como sea, el intendente venadense hará otro intento de avanzar hacia la unidad en los próximos días con un nuevo llamado a los demás sectores del peronismo, incluido el gremialismo.

Carlos Reutemann, tal como adelantáramos en estas páginas 48 horas antes, fue poniéndole un contorno a la unidad, pero dejando en claro que si llegase a fracasar no será su responsabilidad, ya que “que están las autoridades partidarias para llevar adelante cualquier tipo de conversación”. Reutemann recordó que el partido tiene un presidente, y que se trata de un partido constituido y con sus correspondientes congresales. Ni lento ni perezoso agregó que, por lo tanto, la base de diálogo tenía que pasar por el partido. “Creo que lo han hecho en ese sentido y no puedo asegurar cómo va a terminar”, manifestó el senador.

María Eugenia Bielsa sigue convocando a plenarios de dirigentes y mandatarios comunales y municipales en el interior (el lunes pasado fue en Malabrigo, departamento Vera, y el próximo se hará en el sur provincial) para hacerles saber que no traicionará sus convicciones (las mismas que la llevaron a renunciar a su banca en Diputados en 2013) y que sólo será precandidata a gobernadora “si están dadas las condiciones”, que no son otras que las de “trabajar para ganar la provincia y no festejar las derrotas para seguir perdurando”, según se le oyó decir.

Acicateado por los tiempos y sus seguidores, el diputado nacional Omar Perotti arrancó esta semana formalmente su campaña de precandidato a gobernador, entusiasmado -dicen en su entorno- por el apoyo que le habrían brindado los senadores, aún los “massistas” quienes de todos modos le ponen como inexorable condición para acompañarlo que se “limpie de todo kirchnerismo”. Perotti insiste hace rato que “el peronismo santafesino es más que el Frente para la Victoria”.

De todos modos, Eduardo Buzzi, quien se lanzará al ruedo como precandidato a gobernador del Frente Renovador, dijo que se reunirá la semana entrante con los seis senadores que fichan con Sergio Massa. Ellos aún no lo saben, y tampoco que Freyre los va a citar.

Dentro del Frente Renovador, Oscar “Cachi” Martínez acordó ir a internas con el reutemannista ex intendente de Las Rosas, Raúl Ponzio, (y Eduardo Buzzi) mientras sondea la posibilidad de que Daniel Germano sea candidato a intendente de Rosario.

En el peronismo (también en el radicalismo) comenzó a gestarse hace tiempo la “nueva generación” o “generación Sub 45” que contiene a dirigentes de la talla de los concejales santafesinos Sebastián Pignata, Nacho Martínez Kerz, Juan Saleme (PyT); los diputados provinciales Leandro Busatto (FPV) -de esta capital- y Eduardo Toniolli (Evita), de Rosario; la diputada del FPV Marcela Aerberhard; el diputado nacional Marcos Cleri (La Cámpora); el dirigente santotomesino bielsista Carlos Clemente. Todos ellos aspiran a formar parte de listas locales o provinciales el año que viene.

En el andarivel gobernante, desde el socialismo aventaron algunas versiones que hacían dudar de la precandidatura de Miguel Lifschitz (mencionaban a Hermes Binner) explicando que el senador rosarino está mucho mejor posicionado que lo que estaba Antonio Bonfatti cuando Binner lo eligió como sucesor. Aseguran que la “marca” FPCyS mide entre 38 y 40 puntos y que en las generales de julio próximo será muy difícil ganarle, ya que en las encuestas que la Casa Gris maneja, los consultados no avizoran cambiar de signo político.

No es lo que piensa Mario Barletta, que con sus propios números no subestima el crecimiento de Miguel del Sel, elemento que le permite razonar sobre la necesidad de ir a internas dentro del FPCyS para “motivar y movilizar” a la militancia.

El lunes pasado, un asado bien regado que se hizo en esta capital reunió a los principales dirigentes del “barlettismo” (Corral, Marcucci, Boscarol, Daverio, el propio Barletta) quienes junto a los “invitados especiales” Jorge Henn y Fabián Palo Oliver agudizaron el convencimiento de ir a internas en el Frente con un candidato radical. Ahora habrá que convencer al resto del radicalismo provincial, sobremanera a los senadores del denominado Grupo Interior (Michlig, Marcón y Borla).

Para ello, Barletta también acelerará su campaña instalándose a partir de la semana que viene durante tres días en los departamentos. Comenzará por Gral. López, Gral. Obligado y Castellanos, donde mantendrá reuniones con militantes, dirigentes, medios de comunicación y, de paso, presentará su caballito de batalla: el programa “Nutrichicos”.

La política, como medio para alcanzar el bienestar común. Hoy los candidatos salen a pista a probar la resistencia de sus motores rumbo a la grilla de largada (cierre de listas) de fines de febrero próximo. No deben olvidar que lo urgente: prevenir, reprimir y condenar el delito, no debe distraer lo importante: atacar sus causas.

Se busca endosarle a una provincia no gobernada por el oficialismo un problema que tiene su epicentro en el Gran Buenos Aires y las porosas fronteras nacionales.