Tras la acusación a Cristina por encubrimiento
Tras la acusación a Cristina por encubrimiento
Una promesa que truncó la muerte

Patricia Blanco Fernández
DyN
Alberto Nisman había encontrado la forma de poder obligar a los iraníes sospechosos de haber planificado la voladura de la mutual judía a prestar declaración indagatoria ante la Justicia argentina. Así lo había revelado Nisman antes de morir, pero no quiso dar más detalles al respecto porque todavía trabajaba para darle forma a esa presentación que prometía dejar bajo tierra las intenciones iraníes y hacer trizas el pacto firmado por el gobierno argentino con ese país.
Esa presentación auguraba un revuelo internacional que llevaría a la Argentina a las tapas de los diarios del mundo, en un escenario en donde -según creía Nisman- un organismo internacional iba a obligar a Irán a entregarle a los acusados en bandeja para poder interrogarlos.
¿Nisman había soñado con que fuese la Organizacion de Naciones Unidas (ONU) la que dejara esa huella en la causa Amia? Todo eso quedó en la nada, por ahora, con la muerte de Nisman.
Algunos de sus apuntes para lograr ese objetivo estaban en sus papeles personales, pero ni siquiera hay un sucesor de la UFI-Amia para hacerse cargo de la megacausa, una decisión que está en estudio de la procuradora Alejandra Gils Carbó.
La denuncia que formuló Nisman contra la presidente Cristina Fernández por encubrimiento y luego su misteriosa muerte opacaron la importancia de ese dato, que sólo le había confiado a unos íntimos. Sin embargo, Nisman adelantó ese movimiento estratégico que estaba por dar en la causa Amia durante la verborrágica entrevista que brindó al programa “A Dos Voces” en TN en la noche del miércoles 14 de enero, cinco días antes de morir y que -a la luz de las circunstancias- se tornó reveladora. “Hemos encontrado una solución totalmente aplicable y se va a firmar en los próximos días -había sentenciado-. Existe una forma para que los iraníes sean juzgado en la República Argentina”.
En ese reportaje, Nisman explicó durante casi 40 minutos los detalles de la denuncia que había presentado ante el juez Ariel Lijo en la que acusaba por encubrimiento a la presidente Cristina Fernández, al canciller Héctor Timerman, al diputado camporista Andrés “Cuervo” Larroque, al dirigente Luis D’Elía, al jefe de Quebracho Fernando Esteche y al “lobbista” iraní Jorge Khalil, entre otros.
En la denuncia -ahora a disposición del juez Daniel Rafecas- se sostiene que se buscaba “fabricar” la inocencia de Irán, acusando a “un sector facho” local del ataque. En esa hipótesis, la Argentina se vería beneficiada con la reanudación de las relaciones comerciales, mientras que los iraníes conseguirían que se bajaran las circulares rojas de Interpol que les impiden a los acusados andar libremente por el mundo.
Como las alertas rojas no cayeron -dijo el fiscal-, a Irán el Memorándum ya no le servía: el Parlamento de ese país nunca lo aprobó y 18 meses después la Justicia argentina lo tachó de inconstitucional.
Sin información de los servicios de inteligencia del exterior -que ya no confiaban en Argentina tras la firma del pacto- y sin poder indagar a los iraníes, la causa por la Amia había quedado empantanada desde hace por lo menos dos años, indicaron fuentes del caso a DyN.
Pero el giro que había encontrado la fiscalía de Nisman forzando a los iraníes a hablar prometía generar un revuelo internacional. “Pensaba no decirlo pero me parece importante explicarlo porque viene a colación del Memorándum -adelantó Nisman en TN cinco días antes de su muerte-. Está muy próximo a salir, y digo muy próximo porque ya tengo la decisión tomada. Existe una forma para que los iraníes sean juzgado en la República Argentina”.
“Obviamente Irán no los va a entregar voluntariamente. Quiere decir que acá va a intervenir algún organismo internacional, un organismo que tiene que actuar compulsivamente. Para actuar sobre Irán, Irán tiene que ser miembro de ese organismo. Esas circunstancias se dan. Esto va a salir ahora en unos días”, había prometido. Habrá que ver si cuando se designe un sucesor, el elegido cumple con esa iniciativa.
La clave
arroyo Salgado
The New York Times
La novela negra
“En un país obsesionado, la pregunta se convierte en quién no lo hizo”, señala el título de la nota que en The New York Times firmó Simon Romero. El artículo indica que desde que murió el fiscal, quien acusó a la presidente Cristina Fernández por “encubrimiento” con la firma del tratado de cooperación con Irán, el país “fue inundado con teorías acerca de quién apretó el gatillo, y por qué”.
“La presidente lo hizo. No, fue el jefe de los espías argentinos que conspira contra ella. Tal vez realmente fue un suicidio, la trágica caída de un hombre cuyo caso se estaba deshaciendo. ¿O fue Irán, el Mossad israelí, la CIA? ¿Y qué decir de la influencia persistente de los nazis que se refugiaron aquí después de la Segunda Guerra Mundial?”, son algunos de los interrogantes que presenta la nota en su inicio. “La pérdida del señor Nisman es la última entrega de una tradición latinoamericana: muertes políticas simbólicas que estimulan una serie de teorías diversas, a menudo durante décadas”, señala.
En ese sentido, afirma que “al igual que el asesinato de Kennedy en Estados Unidos, las muertes sospechosas se han convertido en elementos básicos de debate político en la región, a veces empujando a los tribunales y las autoridades a hacer un gran esfuerzo para resolverlos”.
La marcha
El secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández, cuestionó a Mauricio Macri (PRO) y Sergio Massa (Frente Renovador) por ser “enormes oportunistas” al concurrir a la marcha. “Buscan utilizar su muerte” para “beneficio propio”, acusó.
Asimismo, tildó como “despropósito” e “infelices” las declaraciones del fiscal Carlos Stornelli, quien alertó que el caso de Nisman “podría no ser el último”.
En Santa Fe, el fiscal federal Walter Rodríguez -a requerimiento de El Litoral- hizo saber que su posición acerca de la marcha “es personal” y que no la daría a conocer a la prensa. Y en el gremio de Judiciales de la provincia no hubo directivos para responder a la consulta.
El dato
Fein