El increíble equipazo que armó Unión en 1975...

A 40 años de la “revolución”

El lunes que viene se cumplirán cuatro décadas del inicio del torneo en el que Unión fue sensación. Ganó los cinco primeros partidos y terminó saliendo cuarto, pero todo el país hablaba de ese equipo del Toto Lorenzo.

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Hugo Orlando Gatti en el sector de la cancha auxiliar, junto a Alberto Violi (colaborador del Toto, quien luego se quedó a vivir en la ciudad) y, de fondo, el ingreso a la tribuna redonda. Foto: Archivo El Litoral

 

Enrique Cruz (h)

Hace exactamente 40 años, el hincha de Unión se pellizcaba la piel porque no entendía nada. Cuatro años antes, a fines de 1970, el club descendía y se desafiliaba de la Afa. Había que jugar —con todo respeto se dice— con Santa Paula de Gálvez, los equipos entrerrianos, Don Orione de Chaco y Primero de Mayo de Formosa para jugar el Nacional a través del Regional. El Nacional era un torneo medianamente federal, que se disputaba en los últimos cuatro meses del año. No sólo permitía que los equipos del interior tengan la chance de jugar contra los grandes de Buenos Aires, sino que algunos crecieran de manera considerable, como fue el caso de Talleres de Córdoba, quizás el de mayor resonancia. Ni en 1971 y 1972 lo pudo lograr. Y en el 73 volvió a la Afa para recuperar su lugar en la B y ascender al año siguiente.

En esta realidad cambiante y con momentos de oscuridad deportiva, Unión pateó el tablero e hizo tambalear el mercado. Trajo al Toto Lorenzo, que en 1972 había salido bicampeón con San Lorenzo y luego se fue a Europa para dirigir en España e Italia. Y no fue eso sólamente, porque con el Toto llegaron Hugo Orlando Gatti —uno de los mejores arqueros del país por lejos—, Victorio Nicolás Cocco —venía de ser campeón con San Lorenzo y de jugar en Europa—, Baudillo Jáuregui llegó de River junto a Heber Mastrángelo, Víctor Rodolfo Marchetti y Víctor Alfredo Bottaniz, también vinieron Trossero y Marasco, dos “9” de gran proyección, Miguel Angel Tojo con una zurda temible, el “León” Espósito y el “Chapa” Suñé con su bagaje de experiencia y personalidad, más Leopoldo Jacinto Luque que se potenció y a los pocos meses fue vendido a River en una cifra record para el fútbol argentino, transformándose después en el “9” de la selección.

Unión armó un equipazo y revolucionó el fútbol argentino. Uno mantiene aún fresco el recuerdo, por ejemplo, de un amistoso contra Patronato antes de iniciarse el certamen. La cancha de bote a bote, una calurosa noche de verano en febrero de 1975. Unión ganó 4 a 1 con el Loco en el arco. Esa noche, el único ausente fue Cocco, cuyo avión no llegó a tiempo para jugar. Victorio le dijo al Toto por teléfono: “Me bajo del avión y me voy directo de Sauce Viejo a la cancha, espéreme que llego”. Pero no fue así. Y Lorenzo lo puso a Luque, que marcó dos goles esa noche y, cuentan, el Toto se aproximó a él y le dijo: “Si usted me hace caso, en poco tiempo va a ser el ‘9’ de la selección”. Y así fue. Hasta ese momento, Leopoldo era un jugador que a veces jugaba de centrodelantero y otras de “10”, porque el titular muchas veces había sido Benito Emilio Valencia, el mendocino, en aquél equipo que logró el ascenso en 1974.

En realidad, el aniversario específico del debut de ese Unión de la revolución de 1975 será el lunes. El 16 de febrero de 1975, los tatengues recibían en su estadio la visita de Atlanta en el inicio del certamen. Fue un domingo también caluroso y nublado. Unión tenía una jugada preparada que salió varias veces: córner de Tojo con zurda, Mastrángelo la peina en el palo y Cocco aparece en el segundo para meter su temible frentazo y vencer al arquero. Ganó 2 a 1 Unión ese día y fue el inicio de una serie de cinco victorias consecutivas, algo casi imposible de repetir para un equipo recientemente ascendido.

Unión salió cuarto en ese torneo, detrás de River (campeón), Huracán y Boca. Fue el torneo en el que River rompió la racha de 18 años sin salir campeón —algo también impensado para estos tiempos—, coronándose con un gol del ignoto Bruno, en cancha de Vélez ante Argentinos Juniors, en una fecha en la que los jugadores hicieron una huelga y se jugó con amateurs. Fue raro, porque a Unión le tocaba jugar con Ferro, pero el partido se suspendió y se jugó después de la última fecha. O sea que Unión no jugó con los “pibes” sino que lo hizo con los grandes y al final del torneo. Y ganó 5 a 1 ese partido.

Hay algunas anécdotas imperdibles de ese gran torneo. Por ejemplo, que Unión ganó los cinco primeros partidos igual que River. Y en la sexta fecha se enfrentaron en el Monumental. “Súper, acabamos de colgar el cartelito de entradas agotadas. Esto hace muchísimo que no pasa en esta cancha”, le dijo Aragón Cabrera, presidente de River en ese entonces, a Súper Manuel Corral, su colega de Unión, papá del actual intendente de la ciudad. River lo ganó 4 a 2 al partido, pero Unión empezó ganando 1 a 0 primero y 2 a 1 después.

Otra anécdota se dio en el partido de la segunda rueda. Unión le cedió la localía a River y se jugó en cancha de Vélez, con toda la recaudación para el Tate. Se dijo en ese entonces que era por las obras que se hacían en el 15 de Abril para la construcción de las tribunas de cemento sobre Cándido Pujato. Unión ganó 2 a 0 con goles de Mastrángelo y Luque, con un Gatti brillante que le atajó un penal al Beto Alonso. Fue la noche del famoso “Rodrigazo” (brutal devaluación con alzas impresionantes de tarifas orquestado por Celestino Rodrigo, ministro de Economía de Isabel Martínez de Perón). Siempre me contaba Corral aquello del Rodrigazo, porque como Unión había traido a la mayoría de los jugadores en cuotas, se terminó beneficiando muchísimo con las medidas económicas dispuesta en ese entonces. Esa misma noche, también se cuenta, el Toto hizo cambiar a los jugadores en el micro, dio la charla técnica y llegaron al estadio minutos antes del partido para calentar y entrar a jugar. Dicen que el Toto quería poner nerviosos a los jugadores de River. Posiblemente lo haya logrado, pero armó una estrategia fabulosa, con un espléndido resultado.

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Juan Carlos Lorenzo, el hacedor de un equipo que la gente de Unión recordará por siempre. Foto: Archivo El Litoral

Aquella seguidilla

  • Unión empezó ganándole a Atlanta por 2 a 1 en Santa Fe, luego fue a San Martín y venció a Chacarita por 1 a 0 (esa noche estuvo un jovencito Daniel Passarella en la cancha. “Súper, si me llevás a éste también, me matan”, le dijo Aragón Cabrera).

En la tercera fecha, Unión le ganó a Newell’s por 4 a 2 en lo que fue el debut de Gatti (Obberti lo vio adelantado y le metió un gol de larga distancia). En la cuarta venció a Rosario Central por 1 a 0 (inolvidable marca personal de “Batata” Merlo a Kempes) y en la quinta derrotó a Boca por 2 a 1. Después llegó el partido con River, que terminó con el invicto tatengue.