editorial

 
  • Los docentes de Amsafe y Sadop rechazaron la mejor propuesta salarial realizada en el país.

Un paro difícil de comprender

Los docentes provinciales rechazaron la oferta salarial del gobierno y las clases no comienzan en la provincia de Santa Fe. Hasta allí, no parece una noticia novedosa. De hecho ocurre desde hace muchos años y, en la Argentina actual, atribulada por niveles inflacionarios crónicos y asfixiantes, las discusiones paritarias frecuentemente se estancan y derivan en medidas de fuerza.

Sin embargo, existe un dato llamativo: los maestros de Santa Fe van al paro, a pesar de que el gobierno provincial les hizo la mejor oferta de todo el país. Si hubiesen aceptado la propuesta, recibirían un incremento de sueldo escalonado en dos tramos y, en julio de este año, un maestro con cargo inicial estaría cobrando 8.820 pesos. Además, se les ofreció una suma fija que también rechazaron.

En la provincia de Córdoba, donde los gremios sí aceptaron la oferta gubernamental, el sueldo básico de un maestro llegará a 8.700 pesos en julio.

Pero existen otros ejemplos que demuestran hasta qué punto la provincia de Santa Fe realizó una buena oferta. En Santiago del Estero, los docentes aceptaron un incremento del 30 por ciento y el salario inicial llegará a 5.850 pesos. En La Pampa, recibirán un aumento del 29 por ciento, escalonado en tres veces hasta agosto. En Neuquén, aprobaron un 30 por ciento de mejora salarial, y el sueldo inicial llegará a 8.500. Lo mismo sucedió en Río Negro. Y en Buenos Aires, los maestros rechazaron una oferta que lleva el mínimo a 7.000 pesos mensuales.

La situación sorprende. Sobre todo, porque al concluir el último encuentro con representantes del gobierno, los dirigentes sindicales se mostraron conformes con el ofrecimiento. Si bien aclararon que la propuesta debía ser evaluada por las bases, manifestaron un tono conciliador. No sólo porque eran conscientes del nivel de la oferta, sino porque conocen las cuentas de la economía provincial y, además, saben que para este año se espera cierto desaceleramiento de la inflación, que en 2014 llegó al 35 por ciento.

El rechazo de la propuesta salarial no estuvo acompañado por la posibilidad de un endurecimiento progresivo del reclamo. No hubo término medio: los maestros afiliados a la Amsafe tensaron la situación al máximo y votaron por realizar dos huelgas de 48 horas que se desarrollarán en las próximas dos semanas.

Con esta respuesta, no sólo rompieron la posibilidad de diálogo con el gobierno, sino que empujaron a los docentes privados a seguir el mismo camino, tal como viene sucediendo históricamente.

Quienes más perjudicados se vieron por esta situación, fueron los maestros afiliados a UDA (Unión Docentes Argentinos), quienes habían aceptado la propuesta de incremento salarial realizada en Santa Fe.

Sin embargo, ante las medidas de fuerza decretadas por Amsafe y Sadop, el gobierno resolvió retirar la propuesta. Por lo tanto, ningún docente en la provincia recibirá aumento salarial alguno, por lo que UDA no tuvo otro remedio que sumarse a la huelga.

El gobierno adelantó que no volverá a negociar con los gremios mientras las medidas de fuerza se mantengan en pie. Como los cuatro paros -durante las dos primeras semanas de clases- se realizarán indefectiblemente, la incertidumbre y el clima de tensión se prolongará por lo menos hasta la tercera semana de marzo.

La dirigencia sindical sabe que el gobierno de Santa Fe -ya con las cuentas en rojo- no tiene margen para mejorar la oferta. No sólo porque los recursos son limitados, sino porque los docentes no son los únicos con los que la provincia debe negociar. De todos modos, y como sucede con llamativa frecuencia, a los docentes esta situación poco parece importarles, lo cual perfila -cada vez con mayor claridad- que los intereses sindicales han desplazado a la educación del centro de la escena pública.

El gobierno adelantó que no volverá a negociar con los gremios, mientras las medidas de fuerza se mantengan en pie.