En la Sala Marechal del Teatro Municipal
El ser humano, con espíritu chejoviano
En la Sala Marechal del Teatro Municipal
El ser humano, con espíritu chejoviano
Se estrena “Malversión de amor (Será tu sonrisa)”, ópera prima de Julieta Vigo.

De izquierda a derecha, Esteban Coutaz (músico) Adrián Cáceres, Julieta Vigo (directora), Carolina Cano, Lucas Ranzani; Guillermo Frick, Cecilia Mazzetti (asistente corporal) y Selma López.
Foto: Martín Bayo
Roberto Schneider
Los clásicos están siempre puestos al servicio de los jóvenes realizadores ávidos de materia prima incuestionable. Shakespeare, Calderón de la Barca, Lope de Vega, Lorca, Discépolo. Y Chejov. El gran autor ruso y su obra dramática son fuente de inspiración, como la recordada puesta de Edgardo Dib de “El jardín de los cerezos”. Este viernes 10, a las 22, el sábado 11 a las 22 y el domingo 12, a las 21, en la Sala Marechal del Teatro Municipal, está previsto el estreno de “Malversión de amor (Será tu sonrisa)”, de la actriz y dramaturga santafesina Julieta Vigo, que tiene a “Tío Vania” como disparador creativo.
En diálogo con El Litoral, Julieta relata que un grupo de personas se reúne en la Clínica de los Soles a intercambiar figuritas diagnósticas. ¿Qué no haríamos? ¿De qué no seremos capaces? Con tal de sanar la absurda herida de existir. “La verdad acorrala a Sonia y confiesa: todo tipo de terapias. Y en medio de la fiesta, algo en tu cara. Inhibición, síntoma y malversación de amores. Todo sucede aquí pero también en otra dimensión. ¿La cuarta? ¿La cuántica? Si tan sólo nos atreviéramos a dar el gran salto, reconocer que el doctor tiene razón, que las casualidades no existen, si pudiéramos dejar caer la máscara y preguntarnos: ¿quién sos Elena, quién sos?”
Proceso
Esta producción nace del deseo de un grupo de actores de autogestionarse en la concreción de una obra de teatro. Se logra un proceso que hace un recorrido inverso al habitual, en el sentido de que no es el director quien convoca a un elenco, sino un elenco el que convoca a un director. Siempre hay mayor cantidad de gente que quiere actuar y son menos quienes quieren dirigir. El motor y la responsabilidad general de lo que en el proceso ocurra, corre por responsabilidad de la dirección, equivale a decir que nadie está dispuesto a pagar los platos rotos.
Los platos rotos. Romper una forma. Tomando como disparador a Chéjov, lo dice Treplev en “La gaviota” no se trata de formas nuevas ni de formas viejas, y sin embargo... “De eso se trata. ¿Cómo vamos a intentar decir lo mismo?, revela Vigo. Hablo en estos términos porque me voy compenetrando con el doctor de nuestra obra, que es un médico de las enfermedades del alma, por así decirlo”.
Correr algún tipo de riesgo, intentarlo. “Malversión de amor...” es un proceso de aprendizaje, una ópera prima. Un grupo de actores, como muchos otros, que encuentra una posición activa, sale de la agónica espera actoral a ser convocados o elegidos en el casting. “Creemos que también se trata de resignar y aclarar roles para después compartir opiniones, invitar a amigos, aportar entre todos pero teniendo claro que alguien asume una decisión final y se arriesga a que salga bien o que salga mal, pero por sobre todas las cosas, que salga a la luz. No es tan fácil que las cosas salgan a la luz. Hacer teatro es sin exagerar una tarea imposible, todo está antes que la actuación primero en la vida, el problema de la subsistencia debe pasar a segundo plano”.
La nueva obra mantiene los vínculos y los personajes de “Tío Vania” pero haciendo de ellos seres contemporáneos. “Estos seres que se encuentran en el presente, comienzan a sentir que se conocen de otro lado. Irrumpe la fantasía de otras vidas. Deja vú. Convocamos a Esteban Coutaz, músico que se vio inspirado y comprometido por este universo de meditaciones trascendentales y terapias alternativas. Realmente su participación fue fundamental para la concreción de la obra, las escenas se sucedían y tomaban forma en un ida y vuelta musical. Se vuelve la puesta también una obra que apuesta a lo actoral y es porque fue gestándose con nada, minimalísticamente, acompañados por la tenacidad de Cecilia Mazzetti y las sugerencias de Verónica Bucci en este reunirnos a todos, la mano invisible y amiga del alma”.
Los hacedores
La génesis grupal comienza a gestarse en el marco de un taller de dirección dictado por Edgardo Dib en 2012 en la Escuela Provincial de Teatro, dependiente del Ministerio de Innovación y Cultura de la Provincia de Santa Fe. Dos de los seminaristas presentan escenas de “Tío Vania” de Chejov.
Finalmente el proyecto se define con cinco de los personajes que serán la síntesis de la adaptación propuesta en un primer momento por Guillermo Frick que encarnara a Vania (en nuestra versión Iván Tito), Carolina Cano, Selma López, Lucas Ranzani y Adrián Cáceres.
La escritura y dirección general son de Julieta Vigo, la asistencia de dirección de Facundo Ternavasio, el diseño de vestuario de Carolina Chiarelli diseño de planta de luces de Ponchi Insaurralde, las fotos son de Martín Bayo y la gráfica de Laura Benech.