A nivel nacional se elabora un proyecto de ley

Drones: deben pedir autorización en el área de influencia del aeropuerto

  • En la Argentina estos equipos aéreos todavía vuelan en un vacío legal. Desde el aeropuerto de Sauce Viejo advirtieron que deben solicitar autorización cuando operan a menos de 18 kilómetros de la pista.

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Dos ejemplos. A la derecha, el drone que opera el municipio. A su lado, un hexacóptero que sobrevoló el hipódromo de Las Flores. Foto: Archivo El Litoral

 

Gastón Neffen

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Los drones comienzan a ser protagonistas del espacio aéreo de la ciudad. Al equipo que compró el municipio en noviembre -un pequeño avión con forma de búmeran que toma fotos geoposicionadas de alta calidad- se suman mini aviones y cuadricópteros de particulares y de empresas que ofrecen grabar desde el aire eventos y hermosas imágenes panorámicas de la ciudad. El Ministerio de Seguridad también incorporó cuatro drones que operarán en las regiones de Rafaela, Santa Fe, Rosario y Venado Tuerto.

El problema es que los drones -zángano en inglés- en la Argentina todavía vuelan sin un marco legal que ordene la actividad y se pueden dar situaciones riesgosas: a mediados de marzo, por ejemplo, un helicóptero que estaba trabajando para el gobierno provincial divisó en su ruta un drone y avisó al aeropuerto de Sauce Viejo. Por eso, la Administración Nacional de Aviación Civil (Anac) está elaborando un proyecto de ley que aún está en fase de consulta -ya cuenta con más de 30 artículos- y que pasaría por el Congreso este año (ver Los ejes del proyecto de ley).

A pesar de que no está vigente la norma, los drones que vuelen en el área de influencia del aeropuerto de Sauce Viejo -a un radio de 18 kilómetros de la pista- deben solicitar la autorización de la jefatura de la estación aérea y coordinar sus vuelos con la torre de control. Se lo confirmó a El Litoral Daniel González, jefe del aeropuerto de Sauce Viejo.

Uno de los artículos del proyecto de ley también determina que “se prohíbe la operación de drones en espacios aéreos controlados o en el área de influencia de un aeródromo, excepto que previamente se haya obtenido una autorización especial del prestador del servicio de tránsito aéreo o del jefe del aeródromo respectivo”.

Por eso, funcionarios del municipio se reunieron con las autoridades del aeropuerto para solicitar la autorización y coordinar con la torre de control cuando el drone opere en el corredor aéreo de Sauce Viejo, que llega hasta los barrios del sur y del centro de la ciudad. Lo mismo deberá hacer el Ministerio de Seguridad cuando sus drones vuelen en esa zona.

“No entrar en pánico”

En relación con las empresas privadas, Daniel Luna, el piloto de la empresa Helivisión -que graba videos en HD con drones-, le contó a El Litoral que sus cuadricópteros profesionales tienen incorporado un software que no permite que ingresen a corredores aéreos como el del aeropuerto de Sauce Viejo. “Genera como una barrera, una especie de pared informática que impide que el drone entre en esa zona”, explicó.

También contó que la falta de un marco legal complica el desarrollo de una actividad en expansión, entre otras cosas porque no permite asegurar los equipos que tienen un costo elevado: los profesionales arrancan en 40.000 pesos, pero se pueden conseguir de “iniciación” a partir de los 4.000 pesos, e incluso más baratos. “Me parece fundamental que se sancione una ley para ordenar la actividad y capacitar a la gente que los vuela, pero también creemos que no hay que entrar en pánico. El drone no es un misil teledirigido y en muchos de los eventos que hacemos, como cumpleaños de 15, no vuela por encima de la línea de los árboles”, aseguró Luna.

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Los ejes del proyecto de ley

El proyecto de reglamento provisional de los vehículos aéreos no tripulados se encuentra en etapa de consulta y todavía se pueden hacer aportes y observaciones. Los principales puntos son:

— Para pilotearlos se deberá contar con una autorización de la Administración Nacional de Aviación Civil (Anac), pero quedan excluidos los vehículos pequeños o aeromodelos destinados a un uso recreativo.

— Se prohíbe la operación de drones en espacios aéreos controlados o en el área de influencia de un aeródromo, excepto que previamente hayan obtenido una autorización especial del prestador del servicio de tránsito aéreo o del jefe del aeródromo respectivo.

— Los drones no podrán operar a una distancia lateral menor a 200 metros de áreas residenciales, viviendas aisladas, urbanizaciones, rutas y autopistas, reuniones públicas y privadas al aire libre, y a menos de 1 kilómetro de pueblos o ciudades, excepto cuando previamente se hubiere obtenido autorización de la autoridad aeronáutica.

— Deberán operarse exclusivamente en horario diurno y en condiciones meteorológicas visuales que permitan su operación segura.

— Los drones deberán inscribirse en un registro y el “piloto” deberá ser mayor de edad, contar con un certificado de aptitud psicofisiológica y acreditar conocimiento de la normativa aeronáutica e idoneidad para operarlo.

análisis

Gastón Neffen

Hefesto, padre de los robots alados

El primer esbozo de un drone me sorprendió en el microcine que funcionaba en la iglesia Sagrado Corazón, a principios de los ‘80. En la película “Furia de titanes” (1981), un búho metálico, de color plata y dorado, guiaba al “ruludo” héroe griego Perseo a la guarida de las brujas de Estigia, quienes le explicaron la única forma de derrotar al Kraken. Lo construyó Hefesto -dios del fuego y la forja- a pedido de Atenea, que no le quería prestar a Perseo su propio búho (no me queda claro si el búho mecánico era “dirigido” por Atenea o Hefesto también fue un pionero de la inteligencia artificial).

En la Argentina, los drones todavía vuelan en la misma anomia que el búho de Perseo y no es un tema sencillo de legislar porque no sólo involucra el eje de la seguridad aérea, también el derecho a la intimidad y la privacidad porque graban fotos e imágenes en alta definición.

Pero no se trata de ser “tecnofóbicos”. Utilizados con responsabilidad y bajo un marco legal apropiado, los drones pueden ser una tecnología valiosa para obtener información importante para reducir el riesgo hídrico, relevar información fiscal y colaborar en los operativos de seguridad.

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