El rincón de la LIJ (*)
El rincón de la LIJ (*)
“Bienvenido, Plumas”
Por María Luisa Miretti
A propósito de Bienvenido, Plumas, de María Fernanda Heredia, con ilustraciones de Roger Icaza, publicado por Alfaguara.
Este libro reúne una historia de amor, sorpresa y amistad. Su autora (Quito, 1970) aborda con calidad estética la problemática de la infancia y la disputa que padece su protagonista cuando le descubren un celular nuevo.
Esta situación lo lleva a enfrentarse con sus pares, pero también a encarar situaciones conflictivas: pedirle baile a la chica que le gusta, ser rechazado y convertirse en motivo de burla, etc. La secuencia muy bien organizada lo sorprende cada día, hasta completar con una caja que esta chica que le gusta le pide guardar hasta su regreso, pues se mudan.
A partir de este pequeño conflicto se observan los vaivenes de toda una familia -la mamá siempre protestando, el abuelo protector, la hermana-, que debe adaptarse al nuevo regalo que hay en la casa.
El regalo camina, come y ensucia; por sus características lo apodan Plumas y sin querer comienzan a encariñarse con él y las cosas que hace, aunque el ultimátum de la madre para que en horas lo hicieran desaparecer es inflexible. Esto genera una serie de acciones para proteger y cubrir a Plumas y que no le suceda ninguna desgracia. Las derivaciones son amenas, dinámicas hasta la resolución de todos los conflictos.
Las ilustraciones en blanco y negro caracterizan y complementan de modo ideal cada historia, ya que permiten visualizar las diferentes escenas. Si bien está sugerida desde los 10 años, es posible de leer y compartir en grupos de todas las edades.
Para temblar
A propósito de Cuentos para temblar, de Estela Smania, con ilustraciones de Ana Luisa Stok, publicado por Comunicarte.
Excelente libro que reúne 9 cuentos en los que priman la emoción, el suspenso y la sorpresa que deja miles de interrogantes abiertos.
Cada historia aborda cuestiones distintas en torno a niños, jóvenes, adolescentes que viven en carne propia algún conflicto, pero la sorpresa de las develaciones le imprimen un estilo y una estética especial.
De pronto, nos encontramos con un personaje que habla y actúa pero ya está muerto, o bien las relaciones entre una niña aspirante a escritora y la odiosa bibliotecaria quien le deja un testamento increíble, o ciertas transformaciones a través del sueño.
“Mientras leés, alguien está parado a tu lado”, comienza la autora y esa sensación es la que permanece a lo largo del libro. Los escenarios pueden ser cementerios y los personajes seres de otras dimensiones, pero no están hechos con “trampas resolutivas para la estocada final”, sino con enorme precisión y cuidado del lenguaje y del nivel de la historia. Hay un especial cuidado en las expresiones y en las formas, que remiten a trasfondos psicológicos, reflexiones filosóficas y una estética digna de destacar.
Las ilustraciones acompañan cada historia y permiten imaginar el contenido, dando forma a fantasmas y aparecidos. No es un libro que busque provocaciones tenebrosas, sino más bien historias que hacen pensar que uno no está solo y es susceptible a que le sucedan ciertos hechos, no siempre agradables.
Está sugerido a partir de los 9 años, pero es posible de leer, compartir y disfrutar en cualquier edad.
(*) Literatura Infanto-juvenil.