Preludio de tango

Claudio Bergé

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Manuel Adet

Lo conocí con los mejores auspicios; mejor dicho lo escuché en esas condiciones. Se trataba de un disco en el que cantaba acompañado por la orquesta de Luis Stazo, un detalle importante atendiendo a la calidad del maestro, aunque la novedad, aquello que, como dicen los pibes ahora, “me dio vuelta la cabeza”, fueron las glosas de Julián Centeya. ¿Temas? “Canchero” y “Cuando me entrés a fallar” del Negro Celedonio Flores. O “Mala suerte”, de Francisco Gorrindo. Innecesario decir que a esas interpretaciones las continué escuchando y las continuaré escuchando cada vez que quiera pasar un buen momento con el tango.

Es verdad que acompañado por Julián Centeya hasta yo soy capaz de cantar bien, pero en el caso de Bergé, el “Hombre Gris de Buenos Aires” realzaba su calidad como cantor o, para decirlo de una manera que no se preste a equívocos, Bergé no necesitaba de Julián Centeya para probar que era bueno. Escuchen, acompañado por la orquesta de Carlos García, temas como “Margot”, “Rencor”, “Tengo miedo” o “Mala entraña” y después me cuentan.

Claudio Bergé nació en la ciudad de Buenos Aires el 29 abril de 1939. Como Alberto Castillo, pertenece al linaje de los médicos dedicados al tango o de los tangueros que alguna vez ejercieron la profesión. Pediatra, pero también periodista, de todos modos lo suyo fue y es el tango, oficio en el que inició a los dieciocho años participando en las sesiones musicales de LS6 Radio del Pueblo.

Para esos tiempos, el popular y controvertido Julio Jorge Nelson convocó a un concurso que lo tituló: “De la fábrica a la fama”. Allí lo conoció al comentarista Alfredo Tani quien no vaciló en recomendar al muchacho para que se sumara a la orquesta dirigida por el maestro Armando Iglesias. Cuando debutó en la confitería La Armonía todavía se seguía llamando Palacios.

En 1961, nos enteramos de que Alberto Tavarozzi, autor de “Medianoche”, lo convoca para que se sume a su concierto que luce sus habilidades musicales en LR1 Radio el Mundo “y su red azul y blanca de emisoras argentinas”. Esta vez no se presenta como Palacios, sino como Juan Manuel. “Bergé” aún está esperando a la vuelta del camino. Para ello será necesario -en primer lugar- que Héctor Varela decida sumarlo a su orquesta en reemplazo de Rodolfo Lesica. El debut se produce en la ciudad de Ramallo, el escenario del bautismo del cantante que a esta altura de los acontecimientos apenas suma veinticinco años de edad. Para esa época, el hombre canta algunos de sus mejores tangos en el mítico programa de Radio el Mundo, el “Glostora Tango Club”, conducido por los animadores Rafael Díaz Gallardo y Nina Morán.

Para mediados de los años sesenta, la televisión ya es reina y señora del espectáculo, el sitio que consagra o posterga a las grandes estrellas. Es en esos años que Bergé ingresa a Canal 9 después de rendir una prueba exigente con Santos Lipesker y Alejandro Romay. Con el visto bueno de sus directivos, se integra al programa estelar “Lluvia de estrellas”, dirigido por Pinky y Bernardo Neustadt.

A partir de ese momento, puede decirse que Bergé está en todas. En “Sábados Continuados”, de Emilio Ariño y Antonio Carrizo. También comparte escenarios y fama con Sandro y Los de Fuego, Leonardo Favio y Rosamel Araya; en otro momento lo vemos en el “Tropicana Club”, “Sábados de la bondad” y “Grandes valores del tango”. Su inserción plena en el universo vaporoso de la farándula no atenta contra su calidad de cantor. Seguramente esos méritos fueron los que tuvo en cuenta Ben Molar al convocarlo a participar en ese notable emprendimiento que se llamó “Los 14 con el Tango”.

Continúan los reconocimientos. En 1965 participa en la “Embajada del tango en España” acompañado por Edmundo Rivero, Alberto Castillo, Virginia Luque, Chico Novarro, Néstor Fabián y Cacho Tirao. En 1969 es considerado revelación en la Fiesta Nacional del Tango de la ciudad de La Falda, ocasión en la que le hacen entrega del “Gardel de oro”. En 1971 es considerado el mejor intérprete de tango en el “Festival Odol de la Canción”, programa televisivo conducido por Blackie. Esa noche estrena el tango “El último round”.

O sea que para mediados de los setenta Claudio Bergé es definitivamente una de las figuras centrales del tango argentino. Joven, inteligente, buena pinta, tiene todos los atributos para lucirse. A su presencia en los canales de televisión, suma su participación en los grandes locales nocturnos de su tiempo: “Teatro Estrella”, “Michelángelo”, “Viejo Almacén”, “Caño 14”, “La casa de Carlos Gardel”, templos tangueros donde se codea con Horacio Salgán, Ubaldo de Lío. Sexteto Mayor, Beba Bidart o Roberto Rufino.

En ese contexto se entiende su presencia en el cine en películas malas pero taquilleras. “Cinco pisos en las nubes”, con Gogo Andreu, Dorys del Valle, Alberto Marcó, Ricardo Rey y Claudia, es una de ellas . En el sainete “El conventillo de la Paloma”, dirigido por Rene Mujica y Martha Reguera, actúa acompañado por Hugo del Carril, Tincho Zavala, Inés Moreno y Tito Lusiardo. Pocos años después le proponen interpretar a Carlos Gardel en la película “El día que me quieras”, del autor venezolano José Luis Cabujas. Finalmente, en diciembre de 2005 se presenta en Madrid con el espectáculo “De Gardel a Bergé, 115 años de tango”, producido por Carlos del Mar y Rodolfo Ghezzi.

Claudio Bergé lleva grabado alrededor de cuatrocientos temas. Ahijado artístico de Oscar Alonso y protegido de Mariano Mores, es una de las expresiones no sé si renovadoras pero genuinas del tango cantado. Cualquier duda, escucharlo. Recomiendo “Por la vuelta”, de Enrique Cadícamo. O los temas de Eladia Blázquez que él hizo famosos: “Mi ciudad y mi gente”, “Sueño de barrilete”, “Contame una historia”.