Promesas

Almagro quiere a Cuba en la OEA

El flamante secretario general del organismo y ex canciller uruguayo trazó su plan de acción para su próximo mandato.

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El flamante titular de la OEA Luis Almagro (der.) toma posesión del cargo en Washington.

Foto: Agencia EFE

 

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El nuevo secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), el uruguayo Luis Almagro, prometió al tomar posesión de su cargo “más derechos para más gente en las Américas” y una Cuba integrada en la organización hemisférica.

“Mi administración hará del lema Más derechos para más gente, su motivo de existencia porque el hemisferio está harto de exclusión, de derechos políticos, económicos o sociales para algunos pero no para todos. Está cansado de racismo, de persecución, de prejuicios y antagonismos estériles‘, dijo Almagro en su discurso de toma de posesión en la sede la OEA en Washington.

Almagro, que fue elegido el 18 marzo secretario general de la OEA por 33 votos a favor y una abstención, sustituye en el puesto al chileno José Miguel Insulza, quien estaba al frente de la organización desde mayo de 2005.

El nuevo secretario instó a los estados miembro, al personal de la OEA y a todas las partes del sistema interamericano a trabajar con él para lograr “una OEA cada vez más cercana a la gente, más eficiente, menos burocrática y que contribuya a la resolución de los problemas de nuestro hemisferio y de sus ciudadanos”.

En cuanto a Cuba, Almagro dijo que la Cumbre de las Américas, celebrada en abril en Panamá, marcó “un punto de inflexión en nuestro hemisferio”, y consideró que el deshielo diplomático entre Cuba y Estados Unidos “abre un abanico de distensión de efecto benefactor para todo el hemisferio”.

“Trabajaremos para que Cuba pueda integrarse plenamente a la OEA, obviamente tomando en cuenta la necesidad de respetar tiempos y procesos que no están bajo nuestro control”, aseguró el político uruguayo. “La OEA tiene que enterrar la Guerra Fría con el ingreso de Cuba. Esto requiere un esfuerzo de la Organización de Estados Americanos, obviamente, y un esfuerzo también de Cuba”, dijo Almagro posteriormente en un encuentro con la prensa.

Almagro, que no se presentará a la reelección, asume las riendas de una organización con una credibilidad a la baja e inmersa en una crisis presupuestaria y de identidad, ante la proliferación de organismos regionales, como la Unión de Naciones Suramericas (Unasur) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).

“No me interesa ser el administrador de la crisis de la OEA, sino el facilitador de su renovación”, reiteró, retomando una frase que ya pronunció en marzo cuando fue elegido.

Almagro, que antes de asumir el cargo fue ministro de Exteriores del Uruguay y senador de su país, instó a los estados miembro a “avanzar una agenda positiva para colocar a la OEA a la altura de las circunstancias”.

El nuevo secretario general cree que para lograrlo se deberían “fortalecer las capacidades de negociación, de mediación y de construcción de consensos en esta OEA que nos alberga a todos los países del hemisferio‘.

Aunque no mencionó a Venezuela en su discurso, Almagro pareció aludir a la crisis política en ese país cuando señaló que la organización “debe tender una mano a aquellos países que atraviesan momentos de crispación y antagonismos que a veces sobrepasan los niveles de civilidad a los que la democracia regional debe aspirar”.

El nuevo máximo representante insistió en que “en todos los países que tendrán procesos electorales es necesario que las elecciones sean incluyentes y transparentes así como en los tiempos constitucionales establecidos‘. Anunció además que se propone crear una Escuela de Gobierno para funcionarios públicos y miembros de la sociedad civil del hemisferio “porque la gobernabilidad democrática va más allá de las elecciones”. Esta escuela permitiría fortalecer “las prácticas de transparencia institucional, la búsqueda de consensos para encarar reformas y la rendición de cuentas ante la ciudadanía”, según Almagro.