Anécdotas de un viajero (I)

Por Enrique Cruz

(Enviado Especial a La Serena, Chile)

  • Confieso que soy de los que espera hasta último momento y que jamás he armado una valija o un bolso de viaje con más de tres horas de anticipación a la salida, por más que me vaya un día (como habitualmente ocurre en un viaje a Buenos Aires) o casi un mes, como en esta ocasión.

Como consecuencia de eso, que me olvide de algo deja de ser una factibilidad para transformarse en una realidad. El problema es que uno no se olvida los calzoncillos o las medias. Cuando se jugó el Mundial de Sudáfrica (conexiones a internet y de energía complicadas), adquirí un adaptador universal con todas las opciones habidas y por haber. Solía, en esos tiempos, mostrarla con mucha presuntuosidad, como si fuese Messi levantando la orejona. Generarme energía eléctrica no era un problema para mí e iba a dejar de serlo en el futuro. Hasta que armé la valija cuatro años después para el siguiente Mundial y, ¿qué pasó?, me olvidé el adaptador universal.

En esta ocasión, precavido, fue lo primero que puse en la valija. En Chile todavía andan con esos enchufes de dos patitas, los que se usaban cuando las mujeres con enaguas eran las modernas y los hombres con pantalones oxford hacían “capote”. Pero con mi adaptador universal soy el más envidiado de esta mesa de periodistas en el Centro de Prensa de La Serena, aún despoblado. Pero...

A un periodista no le pueden faltar el pasaporte en regla, la birome y el grabador. Son condiciones indispensables. Y es lo que nadie puede olvidar. Pues bien, me olvidé el grabador. Y lo peor de todo es que todavía mantengo y venero el viejo, glorioso y siempre bien ponderado grabador a cassette. Y hasta lo tengo como una pertenencia muy querida. ¡Y me lo olvidé! Así que tendré que pedirle a Cachito Vera —que se prepare porque voy a comerle todo en esta semana que pasaré en esta ciudad antes de viajar a Viña del Mar— que me indique un lugar en el cual comprar algún grabadorcito digital barato que me saque del paso. Y a Carlitos Pensiero la autorización para comprarlo... O mejor, espero, porque si pierdo el celular de vuelta como en Brasil, habrá mangazo doble.

Así arrancamos. Aunque peor fue lo de Edinson Cavani, que confundió a los jamaiquinos como africanos y tuvo que salir a pedir disculpas. Me río. Alguna vez me tocó cubrir un partido de vóley de Argentina con Japón, y en el mismo texto lo hice jugar con Corea y con China. Total, son parecidos, ¿no?