Te llevo en la piel

Una nueva moda está proliferando en la sociedad, tanto aquí como en el resto del mundo: hombres que se tatúan enteros sus cuerpos. Aprovechando la ocasión del día del padre, aquí una reseña sobre los más famosos y por qué lo hacen.

TEXTO. GEORGINA LACUBE.

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David Beckham, el afamado futbolista inglés, cuenta con más de treinta tatuajes que le cubren casi la totalidad de su cuerpo.

 

Desde tiempos remotos, los tatuajes poseían poderes protectores para quienes los llevaban en su piel. Con el correr de los años, y llegando a nuestra contemporaneidad, pasaron a ser patrimonio de marinos y convictos, y bordeando los 60, imprimieron un lugar de pertenencia para quienes querían ser parte de diversos estilos de vida, como los punks, rockeros, etc.

“Somos una sociedad de vacío, de falta de identidad propia y necesitamos pedirla prestada en lugar de construirla. Lo que hace unos años era solo de una población marginal hoy está en el centro”, sentencia el Dr. Enrique de Rosa Alabaster, médico psiquiatra, especializado en Trastornos de Ansiedad y Terapias Cognitivas en la Universidad de Oxford.

¿Pero qué es lo que lleva a una persona a tatuarse hoy en día? “La búsqueda de reconocimiento”, revela la Dra. Dora Laino, licenciada en Psicología, integrante del Comité Académico de la Especialización en Sociopsicogénesis del Entendimiento Escolar de la Universidad Nacional de Córdoba. “Así como el nombre es un signo que identifica, el tatuaje es un ícono que, como las señales en las puertas, permite reconocer. Existen ocasiones en que las identidades son más vulnerables, por haber perdido orientaciones habituales en momentos anteriores, por ejemplo en la adolescencia, o cuando no se tiene la libertad, en las penitenciarías, o incluso en situaciones de intensos enamoramientos en los que se depende mucho de otro. Se puede buscar ser reconocido por diferentes motivos, procurando aumentar la identificación del propio cuerpo. Pueden ser sujetos expulsados de sus proyectos de vida, incluso marginados del contrato social, o simplemente quienes buscan ser mirados y tenidos en cuenta, porque buscan ser más identificados”.

Hoy en día, el boom de los tatuajes es cada vez mayor y podemos verlo con mayor frecuencia en las celebrities. Tal es el caso de David Beckham, el afamado futbolista inglés, quien cuenta con más de treinta tatuajes que le cubren casi la totalidad de su cuerpo. Padre de cuatro hijos junto a la multifacética Victoria Beckham, ellos son parte importante del por qué de tantos tatuajes. El primero fue en 1999 a raíz de la llegada de su primer hijo y con el subsiguiente nacimiento de cada uno fue tatuándose los nombres hasta tenerlos a todos inscriptos en su cuerpo por siempre: Brooklyn, Romeo, Cruz y Harper. Además, en su brazo izquierdo cuenta con una inscripción hebrea, junto con el nombre de su mujer, que dicta: “Yo soy de mi amado mi amado es mío”. También tiene una imagen de cuatro querubines sosteniendo a Jesucristo, una cruz alada y hasta el proverbio chino “La vida y la muerte están determinadas por el destino, rango y riqueza decretado por el cielo”.

Otro sex symbol adicto a los tatuajes es el actor norteamericano Johhny Deep. Cual “pirata del Caribe”, los grabados invaden su piel, pero hay uno que es su favorito y del cual más orgulloso está: el nombre de su hija sobre su pecho, Lilie Rose.

Los raperos siempre se han destacado por la infinidad de tatuajes en su cuerpo. Tal es el caso de Eminem, el más famoso rapero blanco, quien no sólo compuso varias canciones dedicadas a su hija sino que también se tatuó el rostro de ella en su hombro más el nombre (Hailie) escrito en su antebrazo. Toda una prueba de amor.

El caso del rapero 50 Cent es particular porque desde hace un tiempo decidió sacarse de a poco la infinidad de tatoos que invadían todo su cuerpo, según declaró “para poder dedicarse a ser actor y ser contratado para todo tipo de papeles”. En su cuerpo llevaba desde la cara del Diablo y de Jesucristo, el número 50 en gigante en toda su espalda, palabras como Southside, Gangsta (que recuerdan a un posible pasado pandillero), la palabra Warrior y un hacha... Pero el más importante, el que seguro no se borrará, es el tatuaje que dice Merquise, el nombre de su hijo.

Hablando de cantantes, Michael Bublé, el cantante canadiense y marido de Luisana Lopilato, no quería faltar en la lista y el año pasado compartió en Instagram una foto con el nombre de su hijo Noah tatuado en su muñeca junto a la manito del pequeño.

¿Y QUIÉN PIENSA EN LOS HIJOS?

La pregunta fundamental que queda picando es si acaso estos comportamientos de los padres puede afectar de alguna manera a sus hijos. “Se podría decir que a los niños les despierta mucha curiosidad y que tienden a querer hacerse tatuajes. Los toman como algo natural que forma parte de la personalidad de sus padres”, asegura la Dra. Hilda Catz, Licenciada en Psicología de la Universidad de Buenos Aires, Psicoanalista Miembro titular en función Didáctica de la Asociación Psicoanalítica Argentina. “Puede que en la adolescencia comiencen a cuestionarlos, porque es la edad en que se cuestiona a los padres y se los confronta permanentemente, pero en general, comparten esa forma de lenguaje con mucha naturalidad, juegan a hacerse dibujos sobre su piel imitándolos, les despiertan mucha curiosidad porque de alguna manera los tatuajes siempre encierran algo de inquietud ante el misterio que envuelve su elección e incluso su ejecución.

Por eso, es importante tener en cuenta el valor que tiene para flexibilizar la comunicación y el crecimiento mental de los hijos, que se pueda hablar de los tatuajes y sobre todo de las motivaciones que los llevaron a hacérselos, pasando a formar parte de la historia de vida familiar”.

CRÉDITOS LOCALES

A este team de padres tatuados se suma el conductor Marcelo Tinelli, quien sorprendió hace un par de años con unos brazos a los cuales ya casi no les queda espacio para realizarse nuevos tatoos (mucho se dijo que quería imitar a David Beckham). Si bien no dicen estrictamente los nombres de sus hijos (tiene entre otros una geisha y dos peces koi, con flores, aguas y piedras; todas obras de su tatuador personal, Hernán Coretta), los dibujos de sus brazos fueron creados por su hija Candelaria. Respecto a su rol de comunicador social en el programa más visto de la televisión argentina, la Dra. Laino aporta: “Cuando aparecen conductores tatuados que pasan a formar parte de las figuras habitualmente percibidas en los hogares y por ello brindan ejemplos de acciones posibles, resultan imitadas por muchos sujetos adolescentes o por quienes están procurando ser reconocidos. Todo esto lleva a una generalización de acciones que se incorporan formando parte de la psicología colectiva, algo así como seguir la manada, es decir, hacer lo que se hace y se ve reiteradamente. Algo que tiene vigencia colectiva como moda que se va imponiendo en los hábitos compartidos”.

Para finalizar, quizá el más tierno de toda esta lista de tatuajes corresponde al que Leo Messi inmortalizó en su piel. Al principio, no se sabía bien de qué se trataba, pero su hermano Matías, vía Twitter, fue quien aclaró el panorama: ‘Son las manitas de Thiago, agarrando el gemelo izquierdo de Leo, con el nombre. Nadie pudo adivinarlo”.

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El actor Johhny Deep tiene un grabado favorito: el nombre de su hija, Lilie Rose.

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Marcelo Tinelli, casi sin espacio para nuevos tatoos.

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Lionel Messi lleva las manos de su hijo Thiago alrededor del gemelo izquierdo.