Mano a mano con Carlos Bilardo en La Serena...

“Al fútbol argentino le va a costar cinco años la muerte de Grondona”

  • Se refirió a las declaraciones de Martino (“el fútbol argentino nunca tuvo una línea de juego”, dijo el Tata), al escándalo de la FIFA y confesó que extraña mucho al ex presidente de la AFA.
“Al fútbol argentino le va a costar cinco años la muerte de Grondona”

Un referente del fútbol argentino. Y además... un gran personaje. Carlos Bilardo estuvo viendo los partidos de la Selección en Chile y analizó junto a el enviado especial de El Litoral la actualidad del equipo, de la AFA tras la muerte de Grondona y de la FIFA luego del reciente escándalo por corrupción.

Foto: El Litoral

 

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a La Serena, Chile)

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Si hay alguien que siempre está —a pesar de que asegura sentirse cansado, aunque enseguida se arrepiente porque el fútbol es su vida— es Carlos Bilardo. Cuando dirigía, porque dirigía. Y después, porque Grondona lo llevó como “mano derecha” para que esté al lado suyo en el proceso con la selección, tanto con Maradona como con Batista y luego con Sabella. Asegura que “extraña mucho” a Julio Grondona y de más están las explicaciones de los por qué. Y cuando Bilardo anda con ganas de hablar está bueno aprovecharlo, independientemente de sus opiniones y razonamientos, que pueden dar margen para lo que más nos gusta a los argentinos: polemizar sobre fútbol.

—¿Y Carlos?, ¿expectante con esta Copa América?

—A mí me gusta ver fútbol, por ahí me siento un poco cansado pero esto puede más que yo... Argentina viene bien, se están dando resultados que yo no esperaba en esta Copa, le tenía confianza a Brasil, a Uruguay, a Colombia... Pero se están dando algunos resultados complicados.

—Bueno, pero usted siempre dijo que el fútbol se está equiparando...

—Es la realidad, es lo que pasa. Antes, en Argentina, los campeones eran siempre los grandes de Capital Federal, Boca, River, Racing, Independiente, San Lorenzo. Después aparecimos nosotros con Estudiantes y luego vinieron los de Rosario y clubes que no estaban en los planes, como Lanús, Argentinos Juniors, Banfield... A los japoneses y africanos, antes, los goleábamos. Ahora no. Cuando fui a Estados Unidos a crear la primera escuela, le pedí a la gente que me diera una mano para que los chicos dejasen de jugar al béisbol, porque allá nadie jugaba al fútbol y todos jugaban al béisbol.

—Entonces lo ve bien al equipo...

—Argentina está bien. Contra Paraguay se jugó bien el primer tiempo y después costó. Y con Uruguay ganamos un clásico, lo jugamos como clásico. Este plantel salió subcampeón del mundo, son casi los mismos. Pero hay algunos que, por edad, hay que empezar a pensar en que los vengan a reemplazar.

—¿Leyó lo que dijo Martino en la conferencia de prensa antes del partido con Uruguay?

—No, ¿qué dijo?

—Que Argentina no tuvo jamás una línea definida de juego...

—¿Cómo que no?... Ojo, no estoy opinando sobre lo que dijo Martino, porque te repito que no leí sus declaraciones... Yo estoy desde el año 66 con la misma línea, Estudiantes salió campeón tres veces de América e Intercontinental con la misma línea.

—Entonces no está de acuerdo con lo que dijo Martino...

—No es que comparto o no comparto. En Argentina puede ser que no haya habido una línea, pero en Estudiantes tuvimos siempre en claro las cosas. Estudiantes jugó al fuera de juego cuando todo el mundo lo criticaba. Nosotros practicábamos 15 corner, después 15 tiros libres, así todos los días, y nos criticaban. Ahora veo y escucho que dicen: “¡qué bien que juega este equipo en las pelotas quietas!”... Me fastidio un montón. De nosotros se decía que era puro laboratorio. Me acuerdo que un día leimos que Zubeldía explicó cómo y cuándo jugábamos al offside en las pelotas quietas del rival. Lo queríamos matar. “Maestro, ¿qué hizo?”, le dijimos. ¿Y sabés qué me contestó?, “mejor, así me hacen pensar”.

—Está bien Carlos, usted habla de Estudiantes, pero el Tata seguramente se refiere a la selección y a lo que fue sucediendo en todo este tiempo...

—Yo asumí en el 83, ¿verdad?... Cuando me nombraron, estaban todos chochos. “¡Qué bien Bilardo, se lo merece!” decían. Y a los tres meses me reputeaban todos.

—Lo que me está queriendo decir es que no comparte entonces lo de Martino...

—Te repito que no hago un juicio de valor porque no lo escuché. Lo que te digo es que desde el 83 hasta el 90 hubo una línea de juego. Yo me esmeré, porque como no podía tenerlos conmigo, me iba a España y lo hacía entrenar a Ruggeri con Miguel y Butragueño, porque no podía llevarme los jugadores para allá.

—Está bien, si no quiere ser más directo le pregunto: ¿qué significa tener una línea?

—Agarrá este diario norteamericano... World Soccer... Ahí está, me había olvidado. Ese diario o periódico, un día sacó una nota sobre las diez tácticas del siglo. ¿Y sabés cuál fue la última?, el 3-5-2 de Bilardo... Y si me preguntás a qué jugaba mi equipo, es simple. Yo les decía a los jugadores: “Muchachos, nosotros tenemos camiseta celeste y blanca y se la tenemos que dar a otros que también tengan la camiseta celeste y blanca. Y cuando nos acerquemos al área, tenemos que patearle a un tipo que no almorzó, ni cenó ni merendó con nosotros”.

—Es difícil por allí entender que se hable de una falta de línea futbolística en un país subcampeón del mundo...

—Estuvimos cerquita, le pegamos en el palo. Es difícil el Mundial, no es fácil. Hay equipos que por estar entre los cuatro primeros te lo firman ya, a los alemanes les decís que salen segundos y te matan. No se bancan salir segundos los alemanes. Hasta las eliminatorias son complicadas. Antes, eran Brasil, Uruguay y Argentina. Por ahí se metía un poquito Perú, pero no más que eso. Ahora, Venezuela, Ecuador y hasta Bolivia pueden complicarle la vida a cualquiera.

—¿Es un pecado para Messi que no salga campeón del mundo?

—Messi es el mejor lejos y desde hace tiempo. Como le tocó a muchos jugadores, hoy Messi es el 1. No es un pecado no ser campeón. La diferencia es que llegás a Ezeiza y hay mucha gente si te va bien, y si no ganás, llegás a Ezeiza y ves sólo a tu familia.

—¿Es Pastore el ladero ideal, algo así como el Burruchaga o quizás el Borghi que usted soñaba para jugar al lado de Diego?

—Borghi era un buen jugador, lo conocía de Argentinos Juniors, pero era un punta tirado atrás. Un día, Berlusconi me llamó y me preguntó. Le dije que era un buen jugador, que lo llevara. Al año me llamó y me dijo que necesitaba otra clase de jugador, que no lo llenaba, y que había gastado un montón de plata. Prestálo le dije.

—Volviendo al tema de la famosa ausencia de una línea de juego. Usted habla por lo que pasó hasta el 90. ¿Y después?, ¿hubo algo que lo haya deslumbrado?

—En los últimos años estuve cerca de los planteles, viviéndolo desde adentro. No tengo ninguna táctica que me haya deslumbrado. Hay que tener los jugadores... Yo jugaba con stopper y líbero, pero acá no había. Brown era suplente en Deportivo Español y salió campeón del mundo jugando de titular como líbero. Es uno de los muchachos que mejor me interpretó. Como otros que se quedaron afuera de ese proceso, como Camino o Ponce. Yo siempre quiero que Argentina gane, porque si no, se descotiza. En Brasil, hablé con Grondona y le dije que me iba, que no doy más. A mí, el señor Dante Panzeri me enseñó que para ser buen periodista hay que tener buen archivo, entonces empecé a juntar recortes. En uno de ellos, un periodista conocido de un diario decía que Maradona no podía jugar en la selección... Parece mentira, pero así fue... “Carlos, no insista con Maradona, no es un jugador para la selección”, decía. Una vez, a un periodista le di el equipo en Alemania. Era de un diario importante. Le di el equipo y dijo que yo estaba equivocado, porque me faltaba un jugador. Le daba el equipo con línea de tres, pero el tipo no se fijaba que el que le faltaba atrás lo tenía en el medio.

—¿Está enojado con Maradona?

—No, ¿por qué?

—Por las cosas que ha venido diciendo de usted...

—No, para nada. No tengo problemas con Diego. Una vez, me preguntaron si me enojaba que él dijera que el mejor técnico que tuvo en la selección fue Basile y contesté que no... Cuando dirigía a Sevilla y me insultó, pasaron un par de días y fui a la casa, nos agarramos a piñas, nos tuvieron que separar... Hablo mucho con Claudia, no tengo problemas con Diego.

—¿Y el tema FIFA?, ¿esperaba un conflicto semejante?

—El otro día metí la pata con algo que dije, todos sabemos lo que es el fútbol, porque todos estamos metidos de alguna forma. Yo a mi señora la conozco, pero a la tarde ella sale y no sé lo que hace, le tengo fe, confianza, pero ella no sabe tampoco lo que hago yo. En la FIFA son como 40 tipos, los conozco pero no sé lo que hacen. No conozco la vida de mi vecino, sé que es carpintero o verdulero, pero no sé lo que hace durante todo su día.

—¿Mancha al fútbol?

—Lo toca. Es lo mismo que en el barrio, viene la policía, para, aprietan a uno y le piden que diga quién es el quinielero que levanta en el bar. Y uno se sorprende porque jamás se imaginaba que eso podía pasar. Yo tengo una fábrica con mi hermano y los dos firmamos. Tenemos el contador que nos controla, pero ninguno sabe lo que hace el otro.

—Recién dijo que extraña a Grondona. ¿El fútbol argentino en general también lo extraña?

—Creo que sí y pienso que para arreglar esto va a tardar cinco o seis años. A Grondona le llevó mucho tiempo todo esto, primero la AFA, luego la Confederación y después FIFA. Es brava la Conmebol. Me acuerdo cuando Colombia la disputaba con Brasil, las peleas eran muy grandes. La ganó Brasil y después eso le permitió a Havelange continuar a la FIFA con los votos de América. Al que venga por Grondona le va a costar mucho meterse en el baile de la FIFA. ¡Tenés que confesarte 20 veces para meterte en la FIFA!

—¿Y por qué piensa que el fútbol argentino lo va a extrañar?

—Porque Julio tenía poder, sabía todo, acumulaba experiencia. Será difícil reemplazarlo.

Su relación con Pumpido

Bilardo no escatima elogios para Nery Pumpido, el arquero que más lo acompañó en su periplo al frente de la selección.

“Es muy buena persona, Nery, no tuve jamás un problema con él. Se tuvo que ganar el puesto porque lo disputaba con Islas. Nunca un sí ni un no. Lo peleó y lo ganó. Ningún drama. Y como arquero, hacía todo simple y bien. Yo dormía tranquilo con Nery, sabía que tenía el arco bien cubierto y, sobre todo, que tenía una buena persona en el grupo. Después se dedicó a la dirección técnica como otros muchachos de esa generación de jugadores, la mayoría... Bueno, a algunos les fue bien y a otros no tanto. Guardo siempre un buen recuerdo de Nery. Me acuerdo el día de su fractura en el Mundial de Italia, fue duro porque nosotros veníamos de perder con Camerún el partido inicial. Después de ese partido con Camerún, fue cuando los agarré a los jugadores y dije aquella frase: ‘Muchachos, llegamos a la final o nos subimos a un avión si nos eliminan en primera ronda y que el piloto lo estrelle’... El día del partido con la Unión Soviética anduvimos de sanatorio en sanatorio con Nery, para que lo curen bien. Fue una pena. Me dolió mucho”.

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Presencia santafesina. Jorge Goljanek, Sergio Gaite, Cristian Faisal, Gustavo Quiroz y Alejandro Payva, santafesinos que viajaron en un motor home y posaron para El Litoral ya en Viña del Mar, donde ya está esperando Enrique Cruz (h), el choque del sábado ante Jamaica.Los muchachos cenaron cerca del casino, pero eso no quiere decir que no hayan ido a visitarlo.

Foto: El Litoral