llegan cartas
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Niños sin derechos
OSCAR MANUEL DONNET
Es mentira la igualdad de oportunidades, es mentira que todos gozamos de los mismos derechos, las dolorosas cifras publicadas sobre niños con anemia y en situación de pobreza reflejan claramente que son mentiras. En un país donde escándalos como la muerte de un fiscal o hechos demenciales en lo deportivo nos sacuden y nos hacen de tapa de diarios internacionales, en un país en el que candidatos a presidente de la Nación muestran su perfil más frívolo en programas televisivos y hacen gala de una insensibilidad extrema, burlándose de defectos físicos de otros, en un país generador de alimentos, en este país que es el nuestro. La vergüenza mayor, esa vergüenza que como sociedad, como Estado, como seres humanos no podemos soslayar es la del hambre, la de la desnutrición en los más pequeños. Si nuestra dura roca llamada corazón es indiferente a las carencias ajenas, si sólo nos preocupa si nosotros comemos, sin importarnos los demás, quiere decir que nos hemos denigrado como personas. Posiblemente pensemos que esto es un tema exclusivo de quienes tienen a su cargo el tomar decisiones gubernamentales, pero nos equivocamos: si soñamos con un mundo más justo no podemos desviar la mirada ante tanta miseria. Un cerebro para crecer necesita alimentación en sus primeros años y un niño para ser un hombre de bien requiere de afecto. El futuro se comienza a escribir ya, depende con la letra que lo hagamos si el día de mañana se comprenderá o no lo escrito.