Alertas terroristas, pánico ciudadano y medidas políticas

Sangrienta ofensiva de E.I.: El día después

Tres continentes se vieron sacudidos por atentados terroristas: Francia, Kuwait y Túnez fueron golpeados por distintos hechos que en pocas horas dejaron más de 65 muertos. Los ataques desataron alarma en diversos países y dejaron en claro que el salvajismo de Estado Islámico no conoce límites de ningún tipo.

Sangrienta ofensiva de E.I.: El día después
 

Desolador. Nada queda en las playas del Imperial más que manchas de sangre y ramos de flores para recordar a las víctimas. Un cartel que representa la pregunta que muchos se hacen por estas horas: “¿Por qué?”.

Foto: Agencia EFE

 

Redacción El Litoral

Agencias EFE/DPA

La mañana posterior al atentado el hotel “Imperial Marhaba”, de la cadena española RIU, parece abandonado. Con las colchonetas blancas, unidas con una banda de precinto negra y amarilla, parecen formar una especie de verja ante el complejo hotelero. Detrás pueden verse algunas flores lanzadas a la arena o sobre las sillas, así como una pelota y un libro abandonados. Lo que no abundan son los turistas: sólo hay algunos que son entrevistados por periodistas en el lugar. Aún sigue sin estar claro lo que ocurrió en la jornada de ayer, cuando un estudiante de la pobre provincia de Siliana, en el norte de Túnez, sacó su arma en las instalaciones del hotel y comenzó a disparar indiscriminadamente.

Muchos dicen que llegó desde el agua en una tabla de surf, y otros cuentan que lo hizo caminando y que había escondido el arma en una sombrilla. Como no tenía barba y llevaba pantalones cortos, su aspecto no llamó la atención de los vigilantes.

Al final, al menos 39 personas murieron en el que es ya el atentado más sangriento contra turistas de la historia del país.

Un turista italiano cuenta que cada día pasea por la playa a la misma hora, precisamente la hora en la que tuvo lugar el ataque. Pero el viernes decidió caminar en otra dirección. “Si no habría ido a los brazos del atacante”.

Para muchos turistas de los hoteles vecinos también se han acabado las vacaciones en la costa: ahora esperan impacientes en el hall del hotel a que los operadores turísticos los lleven de vuelta a sus países.

Entre ellos, Anna Schneider, una alemana que asegura que no quiere quedase ni un minuto más en ese lugar.

“La gente corría presa de pánico, dejó todo y huía descalza. La playa parecía un campo de batalla. No hemos dormido en toda la noche”, cuenta.

Aún no está claro qué ocurrirá en el popular lugar vacacional a 120 kilómetros al sur de la capital Túnez, aunque parece que de momento, la estación turística que acababa de empezar podría terminar de forma prematura.

Detenciones

Mientras tanto, en Kuwait, la policía detuvo al dueño del vehículo empleado en el sangriento ataque en una mezquita chií mientras decenas de fieles se ocupaban de su tradicional rezo de los viernes.

No obstante, las fuerzas del Ministerio de Interior continúan buscando al conductor del vehículo que huyó de la zona tras dejar a su compañero cerca del templo blanco del ataque.

Al menos 18 personas han sido detenidas hasta el momento por su supuesta vinculación en el ataque terrorista de ayer, que también fue reivindicado por Estado Islámico.

En total 27 personas murieron y otras 227 resultaron heridas, cuando un hombre detonó la carga de explosivos que llevaba adosada al cuerpo en la sala de oración donde se congregaba un gran número de creyentes, con motivo del rezo del mediodía del viernes.

La matanza fue inmediatamente condenada con firmeza tanto por líderes nacionales como internacionales.

Duros cuestionamientos

En Francia, nuevamente la indignación y el miedo coparon las calles tras el atentado cometido en una fábrica local.

Ante las críticas de la oposición, el ministro francés del Interior, Bernard Cazeneuve, justificó el dispositivo de lucha contra el terrorismo y recordó la reciente ley que refuerza los medios de los servicios secretos.

Tras participar por segundo día consecutivo en un Consejo de Defensa convocado por el presidente, François Hollande, Cazeneuve recordó que se ha reforzado la seguridad en los lugares “sensibles” de la región donde tuvo lugar el atentado, lo que incluye ciertas instalaciones industriales similares al escenario del crimen.

El responsable de Interior indicó que el Gobierno “no ha dejado de actuar para afrontar el elevado nivel de amenaza terrorista que pesa sobre Francia y sobre Europa”, que consideró “más alto que nunca”.

Cazeneuve dijo que en ningún momento han ocultado a los ciudadanos el riesgo que pesa sobre el país y señaló que, para afrontarlo, se han aprobado dos leyes antiterroristas, además de la que la semana pasada reforzaba los medios de los servicios secretos, muy criticada por ciertos sectores por considerarla “liberticida”.

El funesto califato del EI cumple un año afianzando su poder

El mensaje de audio que reflejaba toda la dimensión del horror se propagó a la velocidad del viento en Internet hace un año. El portavoz de la milicia terrorista sunita Estado Islámico fue directamente al grano: “Ha salido el sol de la Yihad (la guerra santa)”, exclamó triunfal Mohammed Al Adnani.

“Los indicios de la victoria se han manifestado”. Y siguió con la frase que no sólo a asustó a los musulmanes: El líder de EI ha decidido proclamar un “califato Islámico”.

Con este mensaje quedó claro que el EI no era sólo una banda de combatientes salvajes que había conquistado amplias partes de Irak y Siria, sino que las ambiciones del grupo iban mucho más allá. Proclamando el califato querían unirse a una forma de gobierno que evoca en muchos musulmanes la época dorada del islam.

Además, subrayaban así que querían construir un Estado, lanzando una señal de fortaleza que para muchos simpatizantes de los yihadistas resulta atractivo, por que les hace creer en el poder y el un objetivo visionario.

Y esta exhibición de poder quedó de manifiesto ayer con los atentados en Túnez, Francia y Kuwait, actuando en tres continentes distintos y causando masacres con más de 60 muertos.

En los territorios donde ha impuesto su ley, el EI no sólo controla la administración y la educación, sino que también cobra impuestos. Los tribunales propios siguen la versión más radical de la Sharía, la ley islámica. En Internet incluso circulan rumores de una moneda propia, incluso con imágenes de billetes que supuestamente han acuñado. Y todo ello bajo el mando del “califa Ibrahim”, como se hace denominar el líder de EI, Abu Bakr al Bagdadi.

Pero el Califato también sirve al EI para poder levantar una fachada de dureza. Forma parte de la propaganda de los extremistas aterrorizar a los rivales con la intención de hacer creer que el EI es invencible. La milicia sunita de EI actúa de forma despiadada contra adversarios y miembros de otras confesiones. Las victorias militares de los yihadistas también contribuyen a esa imagen. Hace unas semanas pudieron asestar todo un golpe al gobierno y al Ejército de Irak al tomar la capital provincial de Ramadi, en el oeste del país árabe.

Pero a los yihadistas se les puede vencer. Las Unidades de Protección Popular kurdas expulsaron a fines de enero a EI de la ciudad siria de Kobane, tras meses de fuertes combates. Los yihadistas lanzaron el jueves un nuevo ataque contra esta ciudad en la frontera con Turquía, pero según las últimas informaciones las fuerzas kurdas han vuelto a recuperar el control.

Además, hace unos días, los extremistas sufrieron otra derrota a manos de los kurdos, cuando las Unidades de Protección Popular recuperaron la localidad fronteriza de Tell Abyad, de importancia estratégica. Todo ello demuestra que unidades con una organización más o menos decente pueden hacer frente a EI.

Pero sobre el EI se ciernen además problemas económicos. La milicia está considerada el grupo terrorista más rico del mundo, porque el control de campos de petróleo y de gas en Irak y Siria le está proporcionando ingresos millonarios, pero mantener al grupo cuesta mucho dinero. Además, la riqueza de EI se basa en la economía del botín: territorio que se conquista, territorio que se saquea. Y en los últimos tiempos no ha podido realizar una conquista amplia de territorios.

 

análisis

Javier Martín

¿Por qué Francia y Túnez son objetivos?

  • Más allá de la conmoción común por los atentados del viernes, Francia y Túnez comparten una característica que explica, en parte, porqué son objetivo de la demencia yihadista.

Son las dos naciones que más voluntarios aportan a la guerra que ha lanzado en Siria e Irak el autoproclamado Estado Islámico, de Abu Bakr el Bagdadi.

Según los expertos, alrededor de 3.000 tunecinos -entre ellos unas 700 mujeres- han partido en los últimos años a Oriente Medio, vía Turquía, para sumarse al califato y defender su herética visión del islam.

De ellos, las autoridades creen que en torno a medio millar han regresado al país en los últimos meses, y una cantidad similar ha viajado a Libia para unirse a la rama del EI que avanza por el norte de ese país.

“Siempre se ha considerado en Occidente a Túnez un país abierto y moderno. Una sociedad avanzada. Pero lo cierto es que el radicalismo no es algo de ahora, tiene hondas raíces” que siempre han sido conveniente ocultadas, explica el periodista Hedi Yahmed.

Otros apuntan a la deficiencia de los servicios secretos. De hecho, ayer fuentes de seguridad admitieron que Saifedine Rezgui, uno de los supuestos autores de la masacre en el hotel “Marhaba Imperial” de Susa, no estaba en la lista de radicales considerados peligrosos.

Por otro lado, Hadi Nasser, abogado tunecino especialista en yihadismo apunta también al déficit del sistema educativo y cultural -que apenas ofrece actividades a los jóvenes- y al conflicto en Libia como causas que contribuyen a la fortaleza de los radicales.

Muchos de los retornados actúan en mezquitas del cinturón pobre de la capital y en las depauperadas aldeas del sur, abandonadas por el antiguo régimen en favor de esa industria turística ahora atacada y que Ben Alí desarrollo como telón para presentar una falaz imagen de país moderno y abierto, que Occidente compró.

Y desde allí viajan a Libia, donde se han sumado como comandantes a la rama del EI que desde hace meses avanza rápidamente por la costa en dirección a la frontera tunecina.

Uno de los más conocidos, Abu Zakariya al Tunisi, murió meses atrás en un combate cerca de la ciudad mediterránea libia de Sirte, y la katiba internacional que lideraba en nombre del EI juró venganza.

Su colega, Abu Yahya al Tunisi, emitió meses atrás un mensaje que instaba a sus compatriotas a sumarse al EI y advertía que el objetivo era llevar la yihad a Túnez, país “plagado de infieles”.

Una amenaza que en apenas tres meses suma ya 64 víctimas en dos cruentos atentados terroristas.