En la zona de La Loma

Ola de robos domiciliarios en Rincón

Los vecinos aseguran que se trata de una banda de adolescentes domiciliados en las cercanías. “Todos sabemos quiénes son, hasta la policía, pero no se puede hacer nada porque se trata de menores de edad”, coincidieron las víctimas.

Joaquín Fidalgo

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En la ciudad de San José del Rincón, la zona de La Loma (aproximadamente en el kilómetro 5,8 de la Ruta Provincial 1, a la altura de la estación de servicio Petrosol) siempre fue un lugar “tranquilo” para vivir. La mayoría de las viviendas no contaba con rejas en sus aberturas, porque prácticamente no se registraban allí episodios de inseguridad. Esta situación cambió radicalmente en los últimos días, a raíz de una serie de robos a domicilios.

El último hecho ocurrió el pasado 23 de junio, en casa de Néstor Carvallo, un diseñador gráfico de 43 años que vive con su pareja sobre calle Milicias Rinconeras. “Ese martes llegué a mi casa a las 18.15 y me llamó la atención que mis perros no salgan a recibirme. Al entrar me encontré con un gran desorden. Era peor en cada habitación que me metía. Se ve que entraron y salieron por el dormitorio principal, por la ventana, que quedó destruida. No teníamos rejas. Ahora las estoy colocando”, aseguró esta mañana Carvallo.

“Para mí que estaban adentro cuando yo llegué, porque se llevaron bastantes cosas, pero tenían preparadas muchas más. Según las huellas, fueron al menos tres personas las que me robaron. Se llevaron una notebook, una netbook, una tablet, herramientas eléctricas, la caja de pesca, cuchillas de cocina, un rifle a aire comprimido y bastante dinero en efectivo que habíamos ahorrado por años”, se lamentó.

“La policía -agregó-, con la comisario Stella Olivera a la cabeza, llegó rápido a casa cuando llamamos. En un baldío lindero, durante los rastrillajes, encontraron el televisor que se habían llevado”.

Armas de fuego

El pasado miércoles 17 del corriente, con la misma modalidad, fue vulnerada la casa de una pareja de jubilados de calle Olegario Andrade. Jorge Luis Roldán relató hoy que aquel día salieron con su esposa Norma para una consulta médica, aproximadamente a las 16. “Regresamos a las 20 y nos encontramos con la puerta principal ‘reventada’. Adentro del hogar, todo estaba dado vuelta. Los placares y las mesitas de luz se encontraban vacíos. Se habían llevado algunos artefactos, reproductor de dvds, cámaras digitales de fotos, ropa, calzado, valijas, algo de dinero en efectivo, botellas de vino. También me desaparecieron cuatro armas de fuego, tres revólveres y una escopeta. Se trataba de viejos recuerdos familiares”, puntualizó.

“Para mí que todavía estaban adentro de mi casa cuando volvimos, porque dispararon por un ventanal grande que da al fondo. En el quincho encontré un horno microondas que dejaron abandonado. Se ve también que trataron de arrancar los televisores que tenemos empotrados en la pared, pero no pudieron. A partir de ese día, no dejamos más la casa sola ni un minuto. Cuando uno sale, el otro se queda. Ahora estoy esperando que vuelva mi mujer de hacer unos trámites, para poder ir yo a hacer los mandados”, se quejó Roldán.

Niño sin pieza

Rodrigo García tiene 42 años y es empleado de una estación de servicio. Con su esposa y sus dos hijos menores de edad también vive en calle Milicias Rinconeras. El lunes 8 de junio, ladrones se metieron en su hogar. En este caso, también abundan las coincidencias con los anteriores. Salimos a eso de las 16 para conocer a mi sobrino recién nacido y a las 21 nos llamó un vecino que encontró una garrafa tirada en un lote lindero. Habían entrado por la ventana de la pieza de los chicos. Avisamos a la policía, pero demoraron 45 minutos en llegar. Encontramos todo revuelto y faltaban los televisores, una notebook, una tablet, una bicicleta, una guitarra, la play station y los ahorros de los chicos”, narró García esta mañana.

“El nene más chico, de apenas 9 años, es el que sufre las mayores consecuencias. Está con un susto terrible y no quiere dormir más en su pieza. Se está quedando por las noches en la casa de una tía”.

En alerta

El 29 de marzo, sobre la misma calle, delincuentes ingresaron en horas de la madrugada a la vivienda de Carina Marti. “Cortaron el tejido y me robaron mi moto Guerrero de 110 centímetros cúbicos. Ese mismo día, al vecino de enfrente le llevaron varios metros de tejido. Acá tenemos el problema de los yuyales, que son escondites perfectos para malvivientes. Yo hace cinco años que vivo acá y nunca habían pasado cosas así antes. Estamos todos alerta. Tenemos que acompañar a los chicos a la parada de colectivos, andamos con miedo. A ciertas horas no se puede andar por la calle”, dijo la mujer.

Todas las víctimas coincidieron al señalar que los presuntos responsables estarían individualizados. “Lo más triste de todo es que ya sabemos quiénes son, pero como son menores no se puede hacer nada. La misma policía ya los conoce”, manifestaron los vecinos, palabras más, palabras menos.

Postales de robos. En todos los casos, las víctimas se encontraron con escenarios similares al regresar a sus hogares. Foto: El Litoral