Bicentenario de la autonomía provincial (1815 - 2015) - 8

Santa Fe y el artiguismo después de la autonomía (1815 - 1820)

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JOSÉ GERVASIO DE ARTIGAS en un retrato de Juan Manuel Blanes.

Por Alejandro A. Damianovich

Cuando Artigas se retiró de Santa Fe, la ciudad había instalado un gobierno autónomo a cargo de Francisco Antonio Candioti, y arriado la bandera española que fue reemplazada por la celeste y blanca con listones colorados. Era el 23 de abril de 1815 y había motivos para alentar esperanzas de pacificación general ya que el día anterior había llegado la noticia a Santa Fe de la caída del Director Supremo Carlos María de Alvear y de su reemplazo por el Coronel Ignacio Álvarez Thomas, quien se había sublevado en Fontezuelas veinte días antes, en una manifestación de adhesión a Artigas.

Competencia portuaria y guerra a Artigas

Pero aquella alianza era imposible, pues todas las evaluaciones de los hombres de Buenos Aires pasaban por la especulación mercantil y las expectativas de un movimiento portuario monopólico. No era admisible que Montevideo, ahora en manos de Artigas, se constituyera en puerto alternativo dentro del mismo territorio nacional. Era preferible que la Banda Oriental se perdiera, ya fuera porque se hiciera independiente bajo el mando artiguista o porque cayera en manos de los portugueses, convenientemente alentados a avanzar hacia el sur por la diplomacia de Buenos Aires.

Tampoco era tolerable para los porteños que Santa Fe se plegara al movimiento artiguista, pues siendo el paso más conveniente en el cruce del Paraná, los productos entrados por Montevideo llegarían por esta vía a los mercados interiores. Lo declaró Darragueira en una carta de aquellos días en la que señala que si Buenos Aires perdía el control de Santa Fe “sufriría en su aduana” y dejaría de ser el “puerto preciso” de las demás provincias. Efectivamente, Artigas liberó a Santa Fe de cargas aduaneras inmediatamente.

El “Protector” recibió en Paysandú, a mediados de junio, a dos enviados del director interino, los señores Pico y Livarola. Fueron a ofrecerle lisa y llanamente la independencia de la Banda Oriental y dejaban librada a la decisión de Corrientes y de Entre Ríos si se sumaban al nuevo Estado o se mantenían del lado de las Provincias Unidas. La propuesta fue rechazada, como ya se había hecho en dos oportunidades con similares ofertas del director Alvear. Artigas no deseaba la independencia oriental si no era en el marco de una confederación con los otros pueblos rioplatenses. Ese tema se trató el 29 de junio en Arroyo de la China (Concepción del Uruguay) en un encuentro de diputados que la historia ha recordado como “Congreso de Oriente”, y en el que Santa Fe estuvo representada por el joven abogado Pascual Diez de Andino.

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Estanislao López en un retrato de Nidia Pereyra Salva.

 

Proyectos de país

La ciudad de Santa Fe tenía por entonces bien en claro su proyecto de país y la forma en la que iba a integrarse en él. Este proyecto está contenido en las instrucciones que llevó Diez de Andino al Arroyo de la China: debía promover la sanción del “sistema proclamado en esta América, de su libertad e independencia, y la de cada uno de los pueblos unidos, y en particular la de éste, haciendo que se reconozca por provincia independiente, con todo el territorio que comprende su jurisdicción, para que establezca y sancione la autoridad suprema que ha de regir a todos, con los límites y extensión que convenga a un perfecto gobierno federado y a la conservación de los derechos de los pueblos”.

Éste no era el proyecto de los hombres de Buenos Aires, como quedó demostrado cuando cuatro diputados artiguistas se trasladaron a esa ciudad para acordar con Álvarez Thomas un acercamiento y la pacificación del territorio y fueron confinados en un barco de guerra sin ser escuchados. Es que se estaba preparando una invasión a Santa Fe al mando del coronel Juan José Viamonte sobre la que Artigas no debía ser alertado.

Efectivamente, Viamonte marchó sobre la provincia con mil quinientos hombres y dos buques de guerra y entró en la ciudad el 25 de agosto. No se le ofreció resistencia porque la ciudad estaba desguarnecida. La primera legislatura santafesina, que era pro porteña, eligió gobernador en reemplazo del fallecido Candioti, al colaboracionista Francisco Tarragona, que había integrado en 1811 la Junta Grande en nombre de Santa Fe. Para acudir a Tucumán se nombró diputado al doctor Juan Francisco Seguí, representación que nunca se hizo efectiva.

La invasión a Santa Fe disparó la ruptura entre los dos grupos de provincias. Uno, el que seguía a Buenos Aires y que reuniría a sus diputados en el Congreso de Tucumán. El otro, el de los “pueblos libres”, los del Litoral, que había sesionado en el Arroyo de la China y que ya se consideraba independiente, no sólo de la monarquía española, sino también de la dominación de Buenos Aires.

La nueva ocupación porteña sobre Santa Fe duró hasta abril de 1816, cuando Viamonte fue vencido, apresado y enviado ante Artigas, en un movimiento de reacción local dirigido por Mariano Vera y Estanislao López y apoyado por tropas artiguistas al mando de José Francisco Rodríguez.

Gobiernos de Vera y de López. Batalla de Cepeda

Vino después el gobierno de Mariano Vera quien, si bien no congenió con Artigas, no dejó de ser federal. Fue por ello que a los dos meses de haber asumido fue llevado por sorpresa y con disimulo a Paraná por el general oriental Ramón Toribio Fernández, quien indicó a los santafesinos que debían elegir otro gobernador. Pero el resultado de los nuevos comicios confirmó ampliamente a Vera, que fue repuesto en su cargo.

Después de la firma del Pacto de Santo Tomé, el 9 de abril de 1816, en el que se acordaba el reemplazo del director supremo Álvarez Thomas y el del general Belgrano que comandaba un nuevo ejército destinado a invadir Santa Fe, se firmó el acuerdo del 28 de mayo por el que el directorio reconocía la autonomía santafesina. También se convenía establecer negociaciones con Artigas. Sin embargo, el Congreso de Tucumán dio largas al asunto sin aprobar lo firmado, y en el ínterin fue declarada la independencia nacional sin que Santa Fe hubiera llegado a sumarse, ni se concretara el prometido acercamiento con Artigas.

El nuevo director, Juan Martín de Pueyrredón, aumentó la presión sobre Artigas y negoció con los portugueses la invasión a la Banda Oriental. Fue así que mientras por un lado los hombres de Tucumán declaraban la Independencia, por el otro el titulado “directorio” entregaba a la “dominación extranjera” el preciado territorio de la Banda Oriental y, para alivio de los intereses portuarios de Buenos Aires, caía Montevideo ante el general Lecor el 20 de enero de 1817.

Cuando asumió el gobierno de Santa Fe, Estanislao López profundizó su enfrentamiento con Buenos Aires y rechazó sucesivas ofensivas porteñas durante 1818 y 1819, mientras el director Pueyrredón gestionaba la coronación en Buenos Aires de Luis Felipe de Orleans, por medio de la misión de Valentín Gómez a París. El futuro monarca francés (1830-1848) fue reemplazado como candidato por el príncipe de Luca, sobrino de Fernando VII, y el nuevo director Rondeau confiaba en que éste llegara a reinar en el antiguo virreinato del Río de la Plata y Chile, mientras se dictaba la constitución centralista de 1819 que, con retoques, podía funcionar en el caso que se coronara un monarca.

Pero el directorio y el Congreso tenían las horas contadas. Los caudillos artiguistas López y Ramírez avanzaron sobre Buenos Aires en defensa del federalismo y del orden republicano. Mientras tanto, San Martín desobedecía la orden de concurrir en auxilio del puerto, y el general Juan Bautista Bustos sublevaba en Arequito a las tropas que acudían desde el norte. La batalla de Cepeda, acaecida el 1º de febrero de 1820 puso fin a esta primera etapa de apropiación del poder regional que Buenos Aires había intentado perpetuar desde mayo de 1810.

Pero el artiguismo había sufrido el golpe que lo destruiría. El 22 de enero un poderoso ejército portugués había aniquilado al grueso de las tropas orientales en Tacuarembó. A partir de allí, sólo quedaba el camino del exilio y la crisis interna del federalismo que enfrentaría a los caudillos litorales y alejaría al “Protector” de la escena política definitivamente. Santa Fe, bajo el mando de Estanislao López, pasaría a ser el centro de las definiciones de los próximos años.

Cuando asumió el gobierno de Santa Fe, Estanislao López profundizó su enfrentamiento con Buenos Aires y rechazó sucesivas ofensivas porteñas durante 1818 y 1819.