editorial

  • Los coincidentes comicios en la Ciudad de Buenos Aires, Córdoba, Corrientes, La Rioja y La Pampa habilitaron todo tipo de lecturas. Pero se obvió una: hay más cordobeses y más santafesinos que porteños. Y la Cámara de Diputados de la Nación no lo refleja.

“Súper domingo” y débil federalismo

La coincidencia de elecciones en diferentes provincias y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el domingo 5 de julio, puso a los analistas políticos a interpretar los resultados con que fueron designadas autoridades locales en esos distritos.

Hubo lecturas sobre avances y retrocesos respecto del oficialismo y de la oposición a nivel nacional, e interesantes observaciones respecto de una jornada en la que se expresó un 20 por ciento del padrón nacional, en general con abultadas derrotas para el kirchnerismo. Además de porteños, votaron cordobeses, correntinos, pampeanos y riojanos.

Bajo ese guarismo, la jornada en las urnas fue mediáticamente bautizada como un “súper domingo”, a la manera del conocido “súper martes” de la tradición electoral norteamericana.

Pero fuera del debate quedó un aspecto que los medios de comunicación de la ciudad de Buenos Aires poco exponen. Y que, como se verá, tiene efectos muy concretos en el régimen federal de gobierno.

La Capital Federal no es -desde hace ya casi una década- el segundo distrito electoral del país, sino el cuarto.

Obviamente es la provincia de Buenos Aires la que tiene mayor peso en el total nacional. Posee 11,8 millones de electores y su padrón equivale a un 37% del total del país.

Luego se encuentra, en el segundo puesto, una de las provincias que fue protagonista del “súper domingo”. En Córdoba, el total de electores es de 2,7 millones, lo que implica el 8,6% de los de la Argentina.

Y a continuación tampoco está la Capital Federal, sino Santa Fe, que con 2,6 millones de personas habilitadas para votar tiene un peso electoral del 8,3% del total.

Caba es -como se ha dicho- el cuarto padrón electoral argentino: son 2,5 millones de electores que representan el 7,9% de los votantes del territorio argentino.

Pocas veces se hacen comentarios al respecto en la TV que se emite desde los canales nacionales. Al tema sólo lo mencionan de manera tangencial algunos diarios de tirada nacional, y es aún más extraño dar con contenidos radiales que divulguen esta realidad: hoy los porteños están “sobre-representados” y los santafesinos y los cordobeses “sub-representados”.

De todas formas, son los bonaerenses quienes más se perjudican con esta desactualización, que sus autoridades (por acción u omisión) han consentido. Si se aplicara el Censo de Población de 2010, los habitantes de la provincia de Buenos Aires, que hoy tienen 70 diputados nacionales agregarían nada menos que 27.

Córdoba, que posee 18 escaños, debería contar con 21 y Santa Fe, en lugar de 19 debería votar a 20 representantes del pueblo.

Pero lo más notable ocurre con la Capital Federal, que hoy dispone de 25 diputados y sólo debería tener 18.

No es casualidad que la mayoría de los argentinos ignore cómo se reparten, entre las distintas jurisdicciones, las 251 bancas de la Cámara Baja. Y mucho menos que se oculte esta deliberada desactualización sobre el Congreso de la Nación.

En otras palabras, de 1983 a hoy, las provincias de Córdoba y Santa Fe “pasaron”, en habitantes y en electores, a la ciudad que es el ombligo de la Argentina, pero sus instituciones no lo reflejan.

La Capital Federal no es -desde hace ya casi una década- el segundo distrito electoral del país, sino el cuarto.