al margen de la crónica

Alemania se cierra

El gobierno conservador del estado de Baviera, en el sur de Alemania, fue blanco hoy de duras críticas por sus planes de abrir en la frontera “campos de deportación” para refugiados de los Balcanes con escasas posibilidades de recibir asilo político.

El primer ministro de Baviera y presidente de la Unión Social Cristiana (CSU), Horst Seehofer, anunció el lunes que dos campos serán erigidos en la región limítrofe con Austria destinados a recibir a los migrantes procedentes de países considerados seguros.

Seehofer argumentó que la idea de agrupar a solicitantes de asilo como Albania, Kosovo y Montenegro aceleraría los trámites de deportación a pocos días o semanas.

El líder socialcristiano destacó que cerca de 40 por ciento de quienes solicitan refugio en Alemania provienen de seis Estados del sureste europeo que no pertenecen a la Unión Europea y que tienen escasas posibilidades de ser reconocidos como asilados.

El Partido Socialdemócrata, socio de la CSU en el gobierno de la canciller Angela Merkel, y los opositores Verdes y La Izquierda acusaron a Seehofer de tratar de ganar terreno político alimentando tendencias xenófobas en momentos en que se multiplican los ataques a centros de refugiados en distintos puntos del país.

“El señor Seehofer debiera ser consciente de que el SPD no permitirá que se someta a estas chicanas a los refugiados”, sostuvo el vicepresidente del SPD Ralf Stegner. “Los incendios reales suelen ser precedidos por una retórica inflamatoria”, disparó.

“La CSU no está interesada en hallar una solución política al creciente número de refugiados. Está haciendo campaña directamente contra los inmigrantes que buscan refugio en el rico estado de Baviera”, afirmó Margarete Bause, del opositor Partido Los Verdes.

El gobierno alemán espera que la cifra de solicitantes de asilo se duplique este año en comparación con 2014, para alcanzar los más de 400.000. El fuerte aumento en la llegada de refugiados a Alemania generó tensiones en el país, reabrió el debate sobre una nueva ley de inmigración y motivó ataques a hogares de acogida.