Una tendencia global, ahora en Santa Fe

Nace la leyenda de los candados del amor en el Puente Colgante

  • Hay 13 candados colocados en las rejillas de los arcos y las antenas del puente. En Roma y París, las autoridades intentan frenar a los románticos por los daños al patrimonio urbano.
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Símbolo de amor. En los candados suelen estar escritos los nombres de las parejas y también dibujan corazones.

Foto: Flavio Raina

 

Gastón Neffen

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El sueño de que el amor sea un lazo tan irrompible como un candado llegó al Puente Colgante, en donde hay 13 parejas que colocaron candados para simbolizar —en el símbolo de la ciudad— el deseo de un vínculo eterno y sin retorno. Porque la llave la deben haber arrojado a la laguna Setúbal, como la tiraban al Sena los enamorados en el Puente de las Artes en París, hasta que el peso de un millón de candados (50 toneladas) derrumbó la baranda.

“K y F”, “Nico y Juan”, “Bren y Fran” y “Lali y Nico” son algunos de los que pintaron sus nombres y algunos dibujaron corazones en los candados, que están en las rejillas de hierro de las antenas y los arcos del puente. En realidad hay 14 candados, pero hay uno que forma parte de las medidas de seguridad de una de las antenas. En el puente también hay cientos de grafitis con promesas de amor y otros muy directos: “Nicol te re doy”.

Hay varias hipótesis sobre cómo comenzó y se viralizó la tendencia global de colocar candados en los puentes, que tuvo su clímax en el famoso puente parisino y también en el Puente Milvio en Roma, pero se reproduce en puentes de Europa, Estados Unidos, Australia, el continente asiático —hasta en la Muralla China— y ahora también en el Puente Colgante.

Hay quien dice que podría estar inspirada en la costumbre china de colocar candados en postes o vallas de los montes Huang (las montañas amarillas) y arrojar posteriormente la llave, pero el principal sospechoso es el prócer de la novela romántica italiana Federico Moccia —para muchos intelectuales es el culpable, sin ninguna discusión.

Los protagonistas de su libro “Tengo ganas de ti” (2006) usan uno de los postes de luz del Puente Milvio (construido en la época de los romanos) para colocar un candado y tirar la llave al Tíber. En abril de 2007, los románticos que quisieron emularlos terminaron derribando la farola porque el peso de los candados tumbó el poste.

En Roma establecieron multas y prohibieron colocar los candados. En París, las autoridades municipales organizaron un operativo para sacarlos del Puente de las Artes (que data de principios del siglo XIX) y hasta hicieron una campaña de comunicación para convencer a los enamorados de que es mejor sacarse una selfie, con la esperanza de que una postal digital tenga el mismo valor como metáfora que la solidez de un candado.

Si la moda prende en Santa Fe, habrá que ver qué medida toma el intendente José Corral para contener a los románticos.

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Pioneros en Santa Fe. Los candados también se colocan en el interior de las antenas y quedan como escondidos.

Foto: Flavio Raina