editorial

  • Desde 1983 a la fecha, ésta es la etapa de mayor amplitud entre el gobierno que termina su gestión y el electo por voluntad popular.

La transición de gobierno en nuestra provincia

Desde el regreso de la democracia en 1983, la provincia de Santa Fe tiene en marcha una de las más largas transiciones entre el actual gobierno y el que asumirá el 11 de diciembre. Esto es así porque la administración encabezada por Antonio Bonfatti decidió llevar hasta la fecha más extrema que fija la Constitución, el acto electoral para nominar a su sucesor. Hubo acuerdo para ello con las restantes fuerzas que integran el Frente Progresista y los adversarios políticos con representación parlamentaria.

Una de las razones esgrimidas fue separar claramente el proceso electoral santafesino del nacional que tendrá su primer acto comicial el 9 de agosto con la selección de candidatos en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias. Eso se cumplió y a los cinco días de la elección provincial se produjo el cierre de listas para los comicios nacionales.

Por estos meses, la gestión Bonfatti transita la última etapa de gobierno mientras Miguel Lifschitz encara la conformación de su equipo de trabajo y define los principales objetivos que tendrá la gestión, la mayoría de los cuales fueron planteados en la campaña electoral. Los dos dirigentes están enrolados en el Partido Socialista y por el momento no se han producido encontronazos públicos. El actual mandatario ha dicho que gobernará hasta el último día que le fija la Constitución mientras que el electo demorará hasta las últimas semanas de noviembre la publicidad de su equipo de colaboradores. No obstante, una de las primeras tareas que deben realizar en conjunto es la elaboración del proyecto de Ley de Presupuesto General de Gastos y Recursos para 2016 que debe ser presentado ante la Legislatura el 30 de septiembre.

Es que si bien la elaboración del proyecto la debe realizar el actual equipo económico, su ejecución la llevará adelante la próxima gestión. Es en esa elaboración donde se verán los primeros trazos de la gestión por venir. Habrá que señalar que para la confección del presupuesto se requiere conocer algunas variables sobre las que trabaja el gobierno nacional, como tipo de cambio, expectativa inflacionaria, de recaudación, de comportamiento de la economía. Y esto también está supeditado al desarrollo de las elecciones nacionales para saber quién ocupará la primera magistratura del país.

Lifschitz, además, se ha comprometido con los socios frentistas a tener un gabinete con mayor participación territorial y de dirigencia partidaria extra socialista.

Queda mucho tiempo por transcurrir y es de esperar que la etapa no produzca fricciones que afecten a la ciudadanía ni a la marcha institucional del Estado santafesino. Eso sí parece estar pasando en muchos lugares del interior santafesino donde hubo cambio de color político y donde la Federación de Municipales está advirtiendo que no tolerará nombramientos políticos en las plantas comunales, o en otros lugares, caso Chabás, donde renunciaron casi todos los miembros comunales dejando acéfala la administración y colocando al Poder Ejecutivo provincial en situación de aplicar el remedio institucional de la intervención.

Es de esperar que la transición entre dos hombres del mismo partido político no provoque rispideces que alteren el normal desenvolvimiento del Estado santafesino.