En Holanda

Nueva experiencia con los subsidios

Por María López Fontanals

(EFE)

Unos 40 municipios holandeses examinan la viabilidad de proyectos piloto que investiguen sobre la renta básica universal y ofrezcan soluciones alternativas al actual sistema de subsidios sociales.

Como se sabe, por “renta básica universal” se entiende el ingreso que el Estado paga al ciudadano desocupado (o que incluso no quiera trabajar), sin condiciones ni consideraciones de ningún tipo. Abrió el camino la ciudad de Utrecht al poner en marcha un proyecto piloto, que durará un año, y al que invitarán a participar a todas las personas con prestación social en Utrecht y para el que necesitan al menos 250 personas para llevarlo a cabo, indicó el concejal de Trabajo de Utrecht y uno de los responsables de que se lleve a cabo el proyecto, Victor Everhardt.

Esas personas, que serán elegidas al azar entre los solicitantes, se dividirán en cinco grupos. Uno que estaría controlado, siguiendo las normas actuales, otros tres que se administrarán con normas más flexibles y uno que se establecerá sin reglas ni ningún requerimiento y que será el más parecido a la renta básica universal, concretó el técnico.

Para Everhardt, la idea de este experimento surge de la voluntad de simplificar las normas y los requisitos actuales en materia de bienestar, “porque muchas no contribuyen a nuestro objetivo común de ayudar a la gente a encontrar trabajo”.

En Utrecht creen que las normas y regulaciones en materia de bienestar actuales deben y pueden simplificarse y ahora se trata de investigar cuál es la combinación que mejor funciona. Pero es más, en toda Holanda otras 40 poblaciones están poniendo en marcha experimentos vinculados a la renta básica, señaló en declaraciones el econometrista holandés especializado en renta básica, Sjir Hoeijmakers. Este joven experto, que finalizó sus estudios el año pasado, ha terminado dedicándose a tiempo completo a la renta básica universal desde que concluyera con éxito su propia campaña de micromecenazgo a través de la que cobrará 1.000 euros mensuales durante dos años.

“Creo que ahora es el momento para dedicarse a investigar, escribir o crear sinergias alrededor de la renta básica en Holanda porque están teniendo lugar muchas iniciativas muy interesantes”, comentó el experto. Iniciativas que, según Hoeijmakers, son muy diversas e interesantes porque en algunos casos son ciudadanos corrientes quienes las están poniendo en marcha o políticos, y a veces incluso académicos o técnicos de los servicios sociales. Además, “están despolitizadas porque incluyen a miembros de todos los partidos políticos en Holanda”, concreta. Por un lado están los experimentos que trabajan en exigir menos condiciones para acceder a la prestación social y por otro lado aquellos dirigidos a eliminar la denominada trampa de la pobreza.

Ambas iniciativas, siguiendo el modelo iniciado por Michael Bohmeyer en Berlín “promocionan campañas de financiación colectiva para ofrecer rentas básicas a personas sin condiciones con el objetivo o bien de permitir a la gente que sus prestaciones duren más tiempo o simplemente puedan ganar dinero extra”, indicó. Aunque para este experto holandés “la renta básica universal es un sistema de redistribución de la riqueza más equitativo que el actual, independientemente del nivel de pureza de las iniciativas, el reto ahora es trabajar con estos experimentos, que nos muestren los fallos y aquello que realmente funciona para hacernos las preguntas correctas y crear debate y sentar las bases”.