Por las inundaciones

El campo comenzó a contabilizar las pérdidas

  • Están afectadas unas 500.000 hectáreas de trigo.
 

De la redacción de El Litoral

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Las consecuencias de las impensadas lluvias acumuladas en los últimos 15 días en el centro productivo agropecuario nacional aún no pueden contabilizarse porque los campos siguen anegados y cultivos y animales permanecen en serio riesgo. En este contexto, el campo espera que baje el agua para empezar a hacer los relevamientos que certifiquen lo más temido: millonarias pérdidas de alimentos en un año en que la rentabilidad del campo y de las economías regionales está jaqueada por una combinación de factores internos y externos.

El cultivo más complicado es el trigo, que acaba de terminar de sembrarse. “Lluvias que superaron un acumulado de 150 milímetros sobre los cuadros trigueros del este de la provincia de Buenos Aires, y que complicaron también el sur de Santa Fe y parte de Entre Ríos” causaron daños, según indicó en su relevamiento mensual de producción la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).

Al momento, la zona afectada “sería un área cercana a 500.000 hectáreas de trigo” de un total de 3,4 millones sembradas a nivel nacional. Sin embargo, según la BCR, “si las lluvias dan una tregua de 15 días, las pérdidas de superficie podrán quedar limitadas a los lotes de zonas bajas. Pero la pérdida de nutrientes limitará el potencial de rinde”.

En paralelo, “la inaccesibilidad a los lotes no permite corroborar el estado del cultivo de trigo y su viabilidad dependerá de la duración del anegamiento”, indicó la entidad.

En el caso de las legumbres, “un cultivo que es muy susceptible a la asfixia y a las enfermedades”, también se vislumbran pérdidas que aún no pueden ser contabilizadas. Las consecuencias se amplifican si se tiene en cuenta que hubo mortandad animal a causa de la inundación, a lo que se agrega que, en la zona, advierten que hay silobolsas bajo agua. Esto sumaría a la soja y el maíz cosechados hasta mitad de año a las potenciales pérdidas.

El aporte de humedad del Atlántico rompió “los parámetros del tradicional agosto seco”, dijo la BCR. Con hasta 300 milímetros caídos en dos semanas, se trata del “mayor registro histórico de la red de estaciones de GEA, la mayoría con datos desde el 2006, en un mes de agosto”. La mayor marca previa fue en agosto de 2012 con máximos de 90 milímetros, mientras que el resto de los años no llega a los 20 milímetros en el mes.

Noroeste del país

  • El año pasado, cada productor del norte del país perdió entre U$S 140 y U$S 200 por cada hectárea de maíz sembrada, unos U$S 120 por cada una de porotos y unos U$S 70 por cada una de soja. Para no trabajar a pérdida, estiman que en 2016 sembrarán apenas la mitad de los 1,2 millones de hectáreas de la región.

En el sur de Salta, el panorama inquieta a los ruralistas de Metán y Rosario de la Frontera. Hace 14 días se turnan para cortar la Ruta Nacional 9 que une la provincia con Tucumán. Los preparativos para la próxima siembra ya deberían haber empezado, pero pocos trabajan: el pesimismo sobre el futuro hace que pocos prevean iniciar las tareas.

Estimaciones del sector indican que entre el 50% y el 60% de la agricultura de la región es realizada en campos arrendados. Esos ruralistas son los más afectados por la falta de rentabilidad del sector: la mayoría de los contratos cayeron y ya nadie realiza nuevas operaciones. Según los manifestantes, ni siquiera la rentabilidad de quienes son dueños de sus terrenos alcanza para pagar las cuentas.