La situación se complica

Caracas amplía el cierre fronterizo con Colombia

Mientras ajusta los controles en la zona de Táchira y expulsa más colombianos, Maduro invitó a su colega Manuel Santos a sostener un diálogo a solas para buscas una solución al entredicho. La oposición venezolana descalificó al presidente y repudió sus provocaciones al países vecinos.

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Con lo poco que pudieron recoger, un grupo de colombianos residentes en Venezuela esperan en la Aduana de San Antonio para regresar al su país. Caracas desplegó 3.000 soldados en la zona fronteriza para desalojar a los “intrusos”. Foto: Agencia EFE

 

Alberto Andreo

Agencia EFE

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, tendió hoy una mano a su homólogo colombiano, Juan Manuel Santos, para encontrarse personalmente y resolver la problemática generada por el cierre de 100 kilómetros de frontera común ordenado desde Caracas la semana pasada y que hoy fue ampliado.

Tras el aumento de la tensión dialéctica de los últimos días el jefe del Ejecutivo venezolano hizo esta proposición a Santos en la clausura de una marcha en Caracas en apoyo del decreto de estado de excepción en seis municipios del fronterizo estado Táchira, así como del cierre de los pasos en los mismos, una decisión esta última que Maduro anunció que ampliaba a cuatro municipios del área.

“Estoy dispuesto a reunirme con el presidente Santos a hablar de estos temas donde él quiera, cuando quiera y como quiera. Él y yo, solitos, y le pongamos el cascabel al gato, presidente Santos y hagamos historia usted y yo, si usted quiere”, anunció Maduro.

Solicitó a su par colombiano acomodar las agendas ya que, dijo, “llegó la hora de vernos la cara usted y yo” para buscar la solución a una problemática que ayer incluso llevó a Venezuela y Colombia a llamar a consultas a su embajadores en el otro país.

Los pasos fronterizos hacia colombia en seis municipios del estado Táchira están cerrados desde el jueves de la semana pasada, entidades que se encuentran bajo el estado de excepción, una posibilidad constitucional que activó el Ejecutivo alegando una lucha contra la inseguridad y el contrabando en la zona y a raíz de un supuesto ataque de paramilitares a un patrulla venezolana.

Maduro ha reiterado que se vio obligado a poner en marcha estas medidas ante el descontrol en la zona y ha acusado a Colombia de no hacer suficiente en la lucha contra el hampa y el contrabando que hace vida en la zona aprovechando la gran diferencia de precios de, entre otros, la gasolina venezolana, la más barata del mundo.

Desde que Maduro tomó estas decisiones las fuerzas de seguridad del país bolivariano han repatriado a más de 1.000 colombianos y más de 4.000 se han ido voluntariamente, un situación que ha sido criticada por organismos internacionales, sobre todo, por los malos tratos por parte de las efectivos venezolanos denunciados por los regresados.

Poco antes de las declaraciones del máximo mandatario venezolano y durante la marcha, el presidente del Parlamento, Diosdado Cabello, aseguró que la posición de Colombia en este conflicto ‘raya la inmoralidad‘.

“Total y absolutamente inmoral, más de cinco millones de hermanos colombianos viven acá y no los vamos a echar (...) pero ocúpense ustedes de los ocho millones y medio de colombianos que viven en el norte de Santander, no nos los achaquen a nosotros”, dijo.

El vicepresidente del Ejecutivo, Jorge Arreaza, calificó a Colombia como la “hermana más complicada” que existe en el continente y apuntó que “a veces”, al otro lado de la frontera “no hay institucionalidad” y gobierna el “paramilitarismo”.

Palabras... sólo palabras

A pesar de las intenciones de Maduro el posible encuentro con Santos no será en breve ya que anunció que mañana comienza un viaje a China y Vietnam para cerrar acuerdos económicos, una decisión criticada desde la oposición, que calificó de “paseo” o “huida” el viaje del presidente con la actual situación en la frontera occidental.

“Tras prender un candelero en la frontera y desafiar valientemente a Santos a debatir, Maduro anuncia que se va mañana... PARA CHINA!!!”, publicó en su cuenta de Twitter, el secretario ejecutivo de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática, Jesús Torrealba.

En su discurso Maduro tendió una mano pero escondió otra, ya que amplió la clausura fronteriza a cuatro municipios más del Táchira, que además se reforzarán con tres mil efectivos, completando así el cierre de la totalidad del paso hacia Colombia por esta zona del país.

Este área no cuenta con pasos internacionales importantes, aunque sí con puntos que podían estar siendo utilizados como una opción de cruce en los últimos días, municipios donde las fuerzas de seguridad se desplegarán para buscar a “paramilitares hasta debajo de las piedras”, aseguró Maduro.

Colombia y Venezuela comparten una frontera de 2.219 kilómetros con tres puestos migratorios terrestres en Paraguachón (La Guajira), Cúcuta (Norte de Santander) y Arauca (Arauca), y uno fluvial en Puerto Carreño (Vichada), y el resto son cruces ilegales, muchos de ellos en zonas selváticas.

El mandatario también informó que propondrá a la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) la creación, en acuerdo con el Gobierno colombiano, de una Comisión Sudamericana de la Verdad sobre la situación de “contrabando, narcotráfico y paramilitarismo” en esta frontera.

“Como hay tanta manipulación, voy a proponer que se establezca una comisión de la verdad que venga a ver la situación del narcotráfico, del paramilitarismo, de la guerra económica, de la economía criminal”, argumentó.

El presidente venezolano rechazó además cualquier opción de que la Organización de Estados Americanos participe en solucionar la problemática fronteriza ya que, dijo, no le reconoce “ninguna utilidad ni valor para meterse” en esta.

No obstante, una organización como la Unasur, a la que Maduro sí reconoce, ha convocado a una reunión de cancilleres a petición de Colombia para el próximo 3 de septiembre para tratar el asunto fronterizo, según informó la jefa de la diplomacia colombiana, María Ángela Holguín.

 

Preocupación en la ONU

La oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos se mostró hoy preocupada por los problemas fronterizos entre Colombia y Venezuela, y pidió a los dos países que solucionen las diferencias a través “del diálogo sereno”.

“Estamos preocupados por la situación en la frontera entre Colombia y Venezuela, en particular con los informes de violaciones de derechos humanos que se producen en el contexto de las deportaciones de colombianos”, dijo el portavoz del organismo Rupert Colville, según declaraciones difundidas por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia.

“También estamos preocupados por la declaración de un estado de emergencia en seis municipios de la frontera, en el estado de Táchira, en Venezuela”, agregó.

Colville dijo que esa oficina de las Naciones Unidas hace un llamado a los dos países para que los problemas se resuelvan “a través de la discusión y el diálogo sereno”.

“Instamos a las autoridades venezolanas a garantizar que los derechos humanos de todas las personas afectadas sean plenamente respetados, en particular en el contexto de las deportaciones. Vamos a seguir de cerca la situación y estamos dispuestos a participar y a asesorar a las autoridades venezolanas y colombianas”, concluyó.

La crisis empezó la semana pasada, cuando el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ordenó el cierre de la frontera y decretó medidas de excepción en Táchira, que limita con el departamento colombiano de Norte de Santander.

Maduro tomó la decisión a raíz de un ataque armado que dejó tres militares venezolanos heridos y que atribuyó a bandas armadas colombianas. Según el mandatario, con el estado de excepción se busca erradicar el contrabando desde Venezuela a Colombia y combatir a bandas paramilitares que operan en esa zona.

El aspecto que más tensiones ha causado es la deportación de más de un millar de colombianos, que desde hace una semana empezaron a llegar a albergues de Cúcuta, la capital de Norte de Santander.

Varios de los deportados han denunciado que sus casas fueron marcadas con la letra ‘D‘ y luego demolidas con maquinaria pesada por haber sido construidas sin autorización en invasiones del municipio de San Antonio, en Táchira.