Pulsos de la política provincial

Una transición que ya comienza a incomodar

Por Darío H. Schueri

Pasaron doce semanas desde que Miguel Lifschitz ganara la gobernación y quedan 16 para que Bonfatti le entregue los símbolos del poder.

Septiembre es el mes bisagra para ir poniéndole nombres y apellidos al entramado ministerial que seguramente el gobernador electo tiene diseñado en mente. Algunos creen que para mediados del mes próximo a empezar, Lifschitz debería oficializar por lo menos al ministro de Gobierno, quien debería encarar formalmente las negociaciones con los expectantes radicales.

Alguna vez dijimos que el exasperante manejo de los tiempos de Miguel Lifschitz, los modos y formas para encarrilar las conversaciones, poco y nada se parecen a los de sus antecesores. El parsimonioso ingeniero rosarino hace del hermetismo un culto; aunque soterradamente no deje de labrar relaciones que comenzaron a disparar suspicacias y, por qué no, alguna que otra teoría conspirativa en la comandancia radical.

Al menos así ocurrió esta semana, cuando debió haberse llevado a cabo la primera reunión “de los 12” (seis radicales y seis socialistas) para dar inicio a las conversaciones formales. A pedido de un sobresaliente dirigente radical, la bilateral se pospuso, dando lugar en el Comité Provincia, a un ríspido encuentro de los tres sectores radicales que conforman el buró negociador, donde, entre otros reproches, no faltaron advertencias para evitar sospechadas exploraciones individuales con el gobernador electo.

Finalmente se convino que, a más tardar la semana entrante, comiencen los llamados telefónicos de rigor para arrancar de modo formal, como convinieron Miguel Lifschitz y el presidente del radicalismo, Mario Barletta. El coloquio en cuestión definirá primero el cuerpo ministerial y luego las trabajosas segundas y terceras líneas con las que el FPCyS seguirá gobernando a partir del 10 de diciembre. “Primero tienen que ponerse de acuerdo los socialistas sobre la cuadrícula ministerial, para después comenzar a barajar nombres”, sentenció un legislador radical sureño.

A todo esto, el flamante espacio NEO (Nuevo Espacio Organizado), ex Grupo Interior, impresionará a propios y extraños, la semana que viene, con un plenario constitutivo de la mesa de conducción que la elegirán tres delegados por departamentos. NEO contará con su propio Foro de Intendentes (16 sobre 22) y de concejales, y se armarán mesas transversales para el análisis de temas (educación, salud, etc.). “Nos preparamos para disputar poder”, pronunció uno de sus creadores.

Con un pie acá y otro en Buenos Aires

Mientras los radicales atacan el frente interno, pidiendo pista para evitar que los rumores los desgasten en lo que será una “larga y extenuante” negociación con el socialismo, según supo anticipar el senador Lisandro Enrico, algunos actores fatigan negociaciones en Buenos Aires, con vistas a las elecciones generales nacionales del 25 de octubre.

Lo cierto es que el cuarto lugar de la boleta corta encabezada por Hermes Binner junto al radical Hugo Marcucci, como primer candidato a diputado nacional -que en las primarias del pasado 9 de agosto no logró colar siquiera en las expectativas a la segunda candidata socialista, María de los Ángeles “Chiqui” González-, puso en estado deliberativo al socialismo por un lado y a los radicales por otro, trasladando los escarceos hacia donde reside el poder: la Capital Federal.

Primero viajó a la Ciudad Autónoma una avanzada radical para conversar con el líder nacional Ernesto Sanz sobre el futuro nacional de la coalición Cambiemos, habida cuenta de que el radicalismo central no termina de confiar en la vocación frentista de Mauricio Macri, un empresario que toda su vida tomó decisiones solo. Sanz quedó en conversar con Macri el martes pasado, pero los desgraciados sucesos de Tucumán postergaron la reunión para la semana que viene.

A este cónclave se agregará un picante condimento: se trata de la última tertulia de la cúpula de Unen (Binner, Stolbizer, Tumini, Donda, Peralta) en la que se repasó el magro resultado de las elecciones en Santa Fe, y las expectativas poco esperanzadoras para el polarizado 25 de octubre venidero.

La idea arrojada sobre la mesa puede haber parecido fútil para algunos, pero digna de ser considerada por otros: ¿por qué no ir con boletas pegadas Stolbizer-Binner?

Inmediatamente surgió la contrarrespuesta: ¿qué hacer con el radicalismo representado por Hugo Marcucci (aliado del PRO) en la boleta de diputados nacionales que lleva a Hermes Binner como candidato a senador nacional? ¿Podría estar Binner también pegado a Mauricio Macri? Consultas entre expertos en derecho electoral admitieron que toda vez que en ambos casos hubo expresa adhesión a las candidaturas de Macri, en el caso de los radicales, y de Stolbizer, en el caso del Socialismo, el GEN y el resto de los partidos que integran la coalición, no habría problemas.

Dicen que el secretario electoral nacional, Alejandro Tulio, les manifestó a los líderes del GEN, Fabián Peralta, y de Libres del Sur, Humberto Tumini, que si las partes se ponen de acuerdo, podrían adherirse a las dos candidaturas. El abogado constitucionalista santafesino Domingo Rondina también está de acuerdo.

Cuando el hecho resonó en estos pagos, ardió Troya: los radicales sólo atinaron a responder: “Nos nos disgusta la idea, pero es cierto que suena raro”, según rescata el periodista local Coni Cherep. Los radicales santafesinos ya estaban relevando precios mayoristas para la compra de miles de tijeritas que se distribuirán en octubre a fin de que la sociedad pueda cortar la boleta de Macri a la altura de Mariana Zubic (Parlasur) y la ensobre junto a la de Binner, Marcucci, Comi.

En el socialismo vernáculo, lisa y llanamente se opusieron: unos opinaron que “con Macri no vamos ni a la esquina”, y otros que “es un disparate. Los manotazos de ahogado no ayudan, y menos en política”. Ante nuestra consulta creen que hay que seguir como hasta ahora rumbo a octubre y “confiar en que la ciudadanía nos apoye”.

Están quienes piensan que “el futuro del FPCyS no depende de los votos que se obtengan en octubre, sino de lo que se haga en el gobierno comandado por Lifschitz hasta el 2019. Y ponen como ejemplo al propio Mauricio Macri, quien no se presentó en 2011 y fue en Capital Federal con Federico Pinedo con boleta corta”. Para agregar: “Hoy pelea la presidencial porque, nos guste o no, se transformó en alternativa a los K”, argumentan.

Por su parte, Juan Carlos Zabalza no anduvo con amagues. Dijo que “el socialismo va a acompañar solamente la candidatura de Stolbizer”.

Lifschitz: el señor de la obra pública

El economista rosarino Salvador Distéfano brindó ante hombres y mujeres de negocios santafesinos un realista panorama de la economía y su horizonte. A su juicio, la provincia de Santa Fe podría ser bien aprovechada por Miguel Lifschitz, en razón de que recibirá de manos de Antonio Bonfatti una administración con margen para endeudarse, habida cuenta de que Santa Fe tiene una deuda de 5.980 millones de pesos, equivalente al 0,6% del PBG.

A modo de ejemplos comparativos, Distéfano mostró a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con una deuda de $ 23.541 millones, el 2,5% del PBG; la provincia de Buenos Aires con $ 90.310 millones (el 6,5% del PBG); y Córdoba con $ 19.360 (el 4,6% del PBG).

El economista rosarino indicó que Lifschitz “debería trabajar para realizar obras emblemáticas y transformar el centro-norte de Santa Fe en una zona logística única para el país. Santa Fe podría tener una autopista a Chaco; esto le permitiría al norte argentino llegar a Capital Federal por autopista, cerrando una alianza con los gobernadores de Chaco, Formosa, Misiones y Corrientes. Santa Fe se beneficiaría al tener una autopista al norte, mejorando la comunicación con el polo productivo de Reconquista y Avellaneda”.

Distéfano cree que el gobernador entrante deberá “realizar una alianza con el gobernador justicialista de Córdoba, para que termine la autopista de San Francisco a Córdoba y acordar con su par de Entre Ríos para realizar el puente Santa Fe-Paraná (en estudio), con lo cual tendremos una salida excelente al Mercosur, con autopistas emblemáticas sobre Entre Ríos, que nos sacan a Brasil en forma fluida”.

Agregó que “si Lifschitz hace el tercer carril de la autopista Santa Fe-Rosario, y consigue que el gobierno nacional realice la autopista Rufino-Rosario, Santa Fe se parecerá a San Luis, ya que tendrá margen para endeudarse y hacer muchas obras viales, trabajando sobre las rutas alternativas a estas grandes autopistas, claro está, siempre y cuando la Argentina retorne a los mercados mundiales”.

La semana pasada anticipábamos en esta columna lo que horas más tarde, y como consecuencia de los hechos de Tucumán, se convertiría en el tema de la semana: el obsoleto sistema electoral de boleta sábana y la boleta única que, como señalara la secretaria electoral de la nuestra provincia, Dra. Claudia Catalín, se usa en el mundo desde finales del XIX. La Argentina es un país donde lo inimaginable un día puede hacerse realidad.

El economista Salvador Distéfano dijo que Lifschitz “debería trabajar para realizar obras que transformen el centro-norte de Santa Fe en una zona logística única para el país”.