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Estar de vuelta

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Póster de Sten-Lex.

 

Por César Celis

¿Puede envejecerse bien? ¿Qué significa llegar a la última etapa de la vida con energía vital? ¿Por qué hay gente que llega bien y otros, mal? ¿El paso del tiempo es igual para el cuerpo que para el alma? ¿Dan sabiduría los años? El neurólogo Diego Bernardini plantea este tipo de preguntas a gente que circulan por la tercera edad con una rica vida en el pasado, con pleno aliento presente y con lúcida visión del futuro. Reportajes con gente que está De vuelta (tal el título del libro que recoge estas entrevistas), “metáfora de aquel que ya dio todo lo mejor de sí, pero también es metáfora de aquel que fue y trajo el conocimiento, la experiencia, la sabiduría de ese otro lugar”.

“Es habitual leer u oír que ‘la sociedad está envejeciendo’. Se trata de un error conceptual: las que envejecen son las personas y por lo tanto la población, no la sociedad, que puede tomar distintos caminos frente a este desafío que encierra oportunidades. La clave estará en la manera en que se procese colectivamente la transformación demográfica”. Robert Kaplan, Julio César Strassera, Graciela Fernández Meijide, Julio Bárbaro, María Fux, Carlos Garaycochea, Hilda Bernard, Aldo Ferrer, Luis Felipe Noé e Irma Roy, son algunos de los entrevistados.

El sociólogo y ensayista Juan José Sebrelli reflexiona de este modo: “Desconocemos cuáles serán las próximas invenciones tecnológicas. Nadie previó la existencia de la informática... Así que yo no me puedo imaginar el futuro inmediato. Sí, puede pensar que será como es hoy o peor porque uno lo va viendo día a día por lo menos en algunos aspectos. Tampoco se puede creer que todo tiempo pasado fue mejor. Ante eso siempre pienso: ¿qué era mejor? ¿vivir a mediados del siglo XX o vivir ahora? Es muy difícil contestar de forma simple a esa pregunta. Primero depende de en qué país vivas. Si vivís en España, es mejor vivir ahora. No digamos en los últimos tiempos por la cuestión de la crisis, pero aun con ella es mejor vivir ahora que hacerlo en la primera mitad del siglo XX con la guerra civil y la dictadura de Franco... El hecho de que yo tenga ochenta y dos años y siga escribiendo, actuando y hablando, eso era muy difícil encontrarlo en 1950... La medicina empieza después de la Segunda Guerra Mundial... En otras cosas, ahora es mucho peor. Por ejemplo, la cultura urbana, la ciudad para los paseantes como yo. Esa ciudad prácticamente desapareció, es una cosa del pasado por muchísimos motivos... Desaparecieron los lugares típicos del barrio, que son el café, el cine, el club social. La calle para pasear no existe más. La gente está encerrada detrás de las rejas por miedo. Salís a la calle, te asaltan y te matan. Eso se acabó, la ciudad muere. Cada vez más”.

La escritora Liliana Heker, por su parte, dice: “Estoy interesada en ver las cosas que me pasan, qué puedo modificar y en qué sentido quiero cambiarlas. Cuáles son las cosas que nunca hice pero deseé hacer y que tal vez puedo hacer a partir de ahora. Qué cosas no me gustan de mí y que quizás puedo intentar transformar. Porque creo que el secreto consiste no en tratar de volver a ser quien una fue, sino en ir acercándose a esa persona que una nunca antes consiguió ser... Para un chico un año es larguísimo, nunca vas a escucharlo decir: ‘Qué rápido pasó este año’. Si le dicen: ‘Vas a cumplir años dentro de cinco meses’, le parece que falta una eternidad. Porque cada cosa que vive es intensa, todo le llama la atención, todo es experiencia nueva, entonces un día le parece eterno. La mayoría de la gente a medida que pasan los años vive con menos intensidad, con menos interés. Por eso, tiene la sensación de que el año pasó muy rápido: porque es un año vacío. En la medida en que uno lo vuelve intenso y denso, el tiempo no pasa rápido. Así, una de algún modo está alejando de sí el día de su muerte”. Publicó Aguilar.